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martes, 1 de diciembre de 2015

Toques del Alma 127

7. Sólo el que asimila la espiritualidad de la Palabra conoce la “adoración en espíritu y en verdad” (Jn 4,24). Cuando un hombre llega a adorar así recibe el soplo de vida que, al igual que el salmista, le hace exclamar: ¡Tú eres mi Pastor, nada me falta!

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