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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Toques del Alma 136

16. El hombre crece hasta la altura de aquel a quien pertenece. Si sólo se pertenece a sí mismo quizá no crezca más que la mortaja con la que será envuelto un día. Si por el discipulado pertenece al Hijo de Dios, su crecimiento traspasa lo visible hasta llegar a la altura del Invisible.

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