Jesús entra en casa de Marta y María, hermanas de Lázaro, a quienes profesa una gran amistad. Marta, enseguida se pone a arreglar la casa exterior yendo sin parar de un lado a otro. María, mujer sabia, decide dar prioridad a poner en orden su casa interior deja todo ajetreo y se sienta a los pies de Jesús para escuchar su Palabra. Marta no entiende, al igual que la gran mayoría de las personas, que la prioridad de todas las prioridades es preparar la casa interior para recibir la Palabra, el Evangelio, en ella. El que se preocupa primero de sus cosas nunca encontrará tiempo ni sosiego para las cosas de Dios...dicho de otra forma, nunca las cosas de Dios llegarán a ser sus cosas.
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