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jueves, 29 de septiembre de 2016

Poemas II.- INGRATITUD.- (por Olga Alonso)


 Jesús volvió a preguntarles:
–¿A quién buscáis?
Repitieron:
–A Jesús de Nazaret.
 Jesús les dijo:
–Ya os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad que los demás se vayan.


Jn 18; 7-9

INGRATITUD


Aquel que murió por mi escuchó de Dios la miseria de mi alma y subió a la  cruz para que yo pudiera ver.
Cada día de mi vida me pregunto qué hago yo para responder a tal gesto de amor.
¿Está mi vida a la altura de Jesús?
¿Sirvió que el mismo Dios muriera para convertirnos de nuestra miseria y abrirnos la puerta a su grandeza?
Aquí estoy, arrodillada frente a Ti, con los ojos abiertos, incapaz de entender que he hecho yo para merecer la muerte de mi Señor.
Para comprender por qué se entregó por mí y por qué mi vida no responde hace tiempo respirando cada segundo gratitud hacia Dios.
Imagino  que en su muerte, Dios contempló esta inmensa ingratitud y también murió por ella…. para redimirla,


¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho?
 ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre!
Sl 116; 12-13


 

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