Necio es el que sirve al dios Dinero pues no prevee que llegado el tiempo de la desgracia: pruebas, desilusiones, enfermedad.. el Dinero a quien sirvió, no le sirve de nada. El sabio no sirve al Dinero sino que lo tiene a su servicio. La única forma de saber si somos servidores de Dios o del Dinero es exponer nuestro corazón a ls diáfana Luz del Evangelio. Únicamente el Evangelio detecta la Verdad o Falsedad que hay en nuestro interior; su Luz es como la de un detector de metales que distingue sin margen de error un diamante de un simple cristal, por muy pulido que esté.
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