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lunes, 12 de diciembre de 2016

AMAR LA EUCARISTÍA.-HISTORIA- CAPITULO 6

(del libro Historia del Santísimo Sacramento.- Autor D. Francisco Menchén)
Los Padres de la Iglesia nos van aa dar su opinión acerca de la Eucaristía:


San Hipólito
Murió en el 235. Discípulo de San Irineo de Lyon y en el año 213 fue Presbítero en Roma. Allí se opuso a la readmisión de los cristianos que habían apostatado con motivo de la persecución, lo que le llevó a enfrentarse al Papa Calixto. Con el apoyo de un pequeño círculo de cristianos se proclamó Obispo de Roma con lo que se convirtió en el primer antipapa; sin embargo acabó desterrado en la isla de Cerdeña, con motivo de la persecución de Máximo, donde coincidió con el Papa legítimo Ponciano, con el que se reconcilió volviendo a la Iglesia.
En su “Tradición apostólica” nos cuenta:
“Cada fiel procure tomar la Eucaristía antes de que haya probado ninguna otra cosa, pues si es fiel en tomarla, aunque se le dé veneno mortal, no tendrá poder sobre él. Todos eviten con diligencia que el infiel coma de la eucaristía o que los ratones u otro animal, ninguna otra cosa en absoluto caiga en la Eucaristía y perezca. Es el cuerpo de Cristo del cual todos los fieles se alimentan, y no debe de ser despreciado”.
Orígenes
Vivió entre el 185 y el 254. Fue uno de los padres de la Iglesia y el mayor maestro de doctrina cristiana de la época. Tuvo una prolífica acción literaria de la que destaca:
“Sobre el Éxodo”: “Como cuando recibís el cuerpo del Señor, lo guardáis con toda cautela y veneración, para que no se caiga ni por un poco de él, ni desaparezca algo del don consagrado.”
Sobre los números: “Entonces el maná era alimento en enigma, ahora claramente la carne del verbo de Dios es verdadero alimento, como Él mismo dice: mi carne verdaderamente es comida y mi sangre verdaderamente es bebida”.
“Sobre el Salmo 37”: “¿No temes comulgar el cuerpo de Cristo, al acercarte a la Eucaristía como si fueras limpio y puro, y como puedes huir del juicio de Dios?
En sus comentarios: “ Nosotros por el contrario, dando gracias al Creador de todo, comemos los panes ofrecidos con la Acción de Gracias y la oración sobre los dones recibidos, hechos por la oración un cierto cuerpo santo y santificador de los que sirven de Él con sano propósito”.
San Cipriano
Nació en Cartago en el año 200 y murió el 258. Fue Obispo de la ciudad, tuvo que huir por la persecución de Decio y afrontar el problema de los cristianos que apostataron de su fe para salvar sus vidas. Sus escritos sobre la Eucaristía están muy ligados a su posición de acogida a éstos.
“Armémonos también la diestra con la espada espiritual, para que rechace con fortaleza los funestos sacrificios, para que, acordándose de la Eucaristía, el que recibe el cuerpo del Señor le abrace a Él mismo, el que al poco tiempo ha de recibir del Señor el premio de las coronas celestiales.”
Firmiliano (268). Obispo de Cesarea
“Por lo demás, cuan gran delito es de quienes son admitidos o el de quienes admiten a tocar el cuerpo y la sangre del Señor, no habiendo lavado sus manchas por el bautismo de la Iglesia ni habiendo depuesto sus pecados, habiendo usurpado temerariamente la comunión, siendo así que está escrito: Quienquiera que comiera el pan o bebiera el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo de la sangre del Señor”.
Novaciano
Teólogo del S.III critica severamente que un cristiano que frecuente sitios paganos, sobre todo si acaba de comulgar. En su obra Sobre los espectáculos, declara: “atreviéndose a llevar consigo al lumpanar lo santo, el que apresurándose a ir al espectáculo, despedido del sacrificio del Señor y llevando todavía consigo como es costumbre, la Eucaristía, llevó este infiel por entre los cuerpos obscenos de las meretrices, el santo cuerpo de Cristo, mereciendo más castigo por este camino que por el placer del espectáculo.”
Esto nos demuestra que en un momento determinado los cristianos se llevaban el pan sobrante de la Eucaristía a sus domicilios, posiblemente con objetivo de su veneración ya que como ha quedado claramente demostrado que para los cristianos de la Iglesia primitiva era el mismo cuerpo de Jesús, lo que puede indicar que ello daría lugar al comienzo de la adoración del pan, en tanto que cuerpo de Cristo, que se producía en el hogar del cristiano. 

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