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viernes, 16 de diciembre de 2016

Poemas II.-ESTOS DIAS DE ADVIENTO (por Olga Alonso)

Poemas II.-ESTOS DIAS DE ADVIENTO (por Olga Alonso)

Poemas II,Olga Alonso

Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;
Lc 2; 9-11

ESTOS DIAS DE ADVIENTO
 
Ese amor, esa  obsesión tuya por salvarnos, es la que conquistó mi corazón.
Esa paciencia de padre que observa la incapacidad de sus hijos para ver, para caminar, el error de unos hijos que , como niños caen sin levantarse, esa paciencia es la que me llena de ternura.
Mirándonos cada día enterrados en el barro, presos de nuestra ceguera, pensaste que aunque teníamos tu naturaleza, no podíamos verte con nuestros ojos nublados por esa otra materia de la que estamos hechos, y creiste que tu Hijo, hecho de nuestra piel, enviado a la tierra, nos permitiría verte con más claridad.
Estos días de Adviento, como cada año, recordamos esa decisión tuya, incomprendida y sólo propia de Dios, de no poder esperar a que fuéramos capaces de aceptar tu oferta de salvación y adelantarte, con la inquietud de un padre impaciente a venir Tú, ya que nosotros no íbamos.
Ese llanto de Jesús mirando a Jerusalén es tu llanto ante un hombre inclinado a la desobediencia y por eso estos días en que a base de desesperanza hemos aprendido a esperarte, son días de celebrar, de disfrutar, de sentir dentro muy dentro que el llanto de nuestro Padre abrió la puerta de la Misericordia para todos y en especial para aquellos  que  tienen tatuado en el corazón tu salvación.
Aquellos que se encontraron contigo en un día de desolación y de tinieblas , y , desde entonces no comprenden la vida sin  .
 
Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.
Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias.
Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Fil 4; 4-7

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