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lunes, 6 de marzo de 2017

AMAR LA EUCARISTÍA.- HISTORIA- CAPÍTULO 12





(Del libro Historia del Santísimo Sacramento.- Autor D. Francisco Menchén)

Congresos eucarísticos
Los Congresos Eucarísticos se celebran a tres niveles: diocesanos, nacionales e internacionales. Siendo los más importantes los internacionales.
Según J. A (The History of Eucharistic adoration) el Congreso Eucarístico es, ante todo, un acto de gran comunidad de fe en la presencia y la acción de Jesús en la Eucaristía, que permanece con nosotros sacramentalmente a lo largo de nuestros caminos, para que con su poder, podemos hacer frente a nuestra problemas, nuestro trabajo, nuestro sufrimiento.
Como las manifestaciones públicas de fe en la Presencia Real, los congresos eucarísticos locales se remontan a la Edad Media. Sin embargo, el primer Congreso Internacional surgió a partir del impulso de
María Marta Tamisier (1834-1910) una laica francesa que desde la infancia tuvo una extraordinaria devoción al Santísimo Sacramento. Ella llamó a un día sin la Santa Comunión su Viernes Santo (ya que el Viernes Santo no había misa y no se podía comulgar). Tras varios intentos sin éxito para entrar en una comunidad religiosa, pasó gran parte de su vida dedicada al impulso de la Presencia Real, inspirada en las conferencias de Pedro Julián Eymard y dirigida por el abate Chevier de Lyon, que primero promovió las peregrinaciones a santuarios donde los milagros eucarísticos, según sus informes, habían tenido lugar.
En el verano de 1873 un grupo de sesenta diputados del parlamento francés tuvieron la idea de consagrar Francia al Corazón de Jesús, lo que llevaron a cabo en el mismo año en Paray Le Monial (el décimo Congreso se celebraría en 1897 en este mismo lugar). Entonces la Srta. Tamisier intensificó el apostolado del culto a la Eucaristía, no sólo en Francia, sino también en Bélgica y Holanda. En 1874 consiguió organizar con el apoyo de Mons. Segur una gran peregrinación al santuario de los «padres grises», cerca de Aviñón, en cuya capilla se hallaba expuesto el Santísimo desde hacía más de seiscientos años.
El primer Congreso Eucarístico se pretendía celebrar en Lieja, Bélgica, donde había nacido la fiesta de Corpus Christi, en el siglo XIII, pero, como las circunstancias políticas no lo permitieron, se escogió la ciudad de Lille, en Francia. Se realizó del 28 al 30 de Junio de 1881. Informado el Papa León XIII de los resultados del primer Congreso Eucarístico Internacional, escribió a los organizadores “Queridos hijos, llevad adelante vuestra Obra y continuad buscando nuevos miembros. ¡Propagad la institución a la que os dedicáis y esforzaos por encender en todos el fuego celeste que Cristo ha traído a la tierra y que quiere encender, sobre todo por medio de la Eucaristía...!” (Actas, p. LXIX). Se decidió celebrar los Congresos cada año, a ser posible en una ciudad que se destacara por un hecho histórico o milagroso relativo a la Santa Eucaristía o donde se pudiese despertar la fe de los pueblos y restablecer el culto del Santísimo Sacramento. Desde sus comienzos, los Papas siguieron su desarrollo con gran interés y los orientaron con palabras iluminadoras y de aliento.
 La Adoración nocturna
En 1.810 se fundaron en Roma la Adoración Nocturna para hombres y la Pía Unión de las Adoratrices del Santísimo Sacramento, sociedades que se convirtieron en internacionales y que se extendieron por toda Europa, en América del Norte y del Sur. Su objetivo era (y es) en la adoración perpetua en el sentido estricto.
Pero la Adoración Nocturna tal y como la conocemos actualmente fue fundada por Hermamn Cohen (1.811-1.886). Nació en una rica familia judía de Hamburgo, fue educado en el judaísmo ilustrado, lo que le dio una visión bastante liberal de la vida con un cierto desprecio a la Iglesia Católica. A los cuatro años inicia Hermann su formación musical, y a los once da ya conciertos al piano. Un año después, siendo discípulo de Franz Liszt, inicia en París una carrera muy brillante como pianista, profesor de piano y compositor que lo llevará a recorrer toda Europa lo que le proporcionó fama y dinero.
Debido a ese liberalismo religioso cayó en el ateísmo influenciado por sus amigos de adolescencia y juventud. Felicité de Lamennais Sacerdote, que acabó en la apostasía, fue su maestro. George Sand (1804-1876) escritora casada, que abandonó a su familia, y vivió sucesivamente con varios hombres, con la que realizó varios viajes de placer. Era Admirador de Voltaire y de Rousseau, y también se relacionó con el anarquista Bakunine. En resumen todo un personaje para la época al que la figura de Dios le interesaba bien poco. En definitiva era un triunfador con una gran cantidad de dinero lo que le llevaba a tener una vida hedonista y desenfreno. Así malvive hasta los veintiséis años, hasta 1847, cuando este hombre pecador va a experimentar un verdadero milagro eucarístico en su persona.
El propio Hermann relata su conversión al sacerdote Alfonso María de Ratisbona: Un viernes de Mayo de 1847, en París, el príncipe de Moscú le pide a su amigo Hermann que le reemplace en la dirección de un coro de aficionados en la iglesia de Santa Valeria. En el acto final de la bendición con el Santísimo, experimenta «una extraña emoción, como remordimientos de tomar parte en la bendición, en la cual carecía absolutamente de derechos para estar comprendido». Sin embargo, la emoción es grata y fuerte, y siente «un alivio desconocido».
Los Viernes siguientes vuelve Hermann a la iglesia, y siempre en el acto en que el Sacerdote bendice con la custodia a los fieles arrodillados, experimenta la misma conmoción espiritual. Pasa el mes de Mayo y con él las solemnidades musicales en honor de María. Pero él cada Domingo vuelve a Santa Valeria para asistir a Misa.
El caso es que Hermamn deja su vida de dispendio y hedonismo y se va a vivir a la casa de Adalberto de Beaumont, toma un viejo devocionario de la biblioteca, con él inicia su instrucción en el cristianismo. En seguida recibe la ayuda del padre Legrand de la Curia Arzobispal de París. También el Vicario general, Mons. de la Bouillerie, muy interesado en las obras eucarísticas, se interesa por él.
Pronto Hermann tiene que partir a Ems, en Alemania, donde ha de dar un concierto. «Apenas hube llegado a dicha ciudad, visité al párroco de la pequeña iglesia católica, para quien el Sacerdote Legrand me había dado una carta de recomendación. El segundo día después de mi llegada, era un Domingo, el 8 de Agosto, y, sin respeto humano, a pesar de la presencia de mis amigos, fui a oír Misa.
«Allí, poco a poco, los cánticos, las oraciones, la presencia -invisible, y sin embargo sentida por mí- de un poder sobrehumano, empezaron a agitarme, a turbarme, a hacerme temblar. En una palabra, la gracia divina se complacía en derramarse sobre mí con toda su fuerza. En el acto de la elevación, a través de mis párpados, sentí de pronto brotar un diluvio de lágrimas que no cesaban de correr a lo largo de mis mejillas... ¡Oh momento por siempre jamás memorable para la salud de mi alma! Te tengo ahí, presente en la mente, con todas las sensaciones celestiales que me trajiste de lo Alto... Invoco con ardor al Dios todopoderoso y misericordiosísimo, a fin de que el dulce recuerdo de tu belleza quede eternamente grabado en mi corazón, con los estigmas imborrables de una fe a toda prueba y de un agradecimiento a la medida del inmenso favor de que se ha dignado colmarme...
«Al salir de esta iglesia de Ems, era ya cristiano. Sí, tan cristiano como es posible serlo cuando no se ha recibido aún el santo bautismo...»
Regresa a Paris y allí sigue perseverando en la oración y la instrucción religiosa y así el 28 de Agosto de 1847 recibe el bautismo. «Estaba tan emocionado, escribe, que aún hoy no recuerdo, sino muy imperfectamente, las ceremonias que se hicieron». Ingresa en las Conferencias de San Vicente de Paúl y le gusta acudir a la iglesia para estar en oración ante el Santísimo. El 10 de Noviembre hace voto ante el altar de la Virgen de hacerse Sacerdote, su vida ha cambiado totalmente ha dejado su anterior vida disoluta y sus amistades perniciosas.
Hermann alquila un modesto cuarto en la calle de la Universidad, número 102 -casa que ya no existe-, y que se puede considerar como la cuna de la Adoración Nocturna. Un amigo suyo, el señor Dupont, uno de sus primeros seguidores, refiere los datos de esta fundación:
«Habiendo entrado un día por la tarde en la capilla de las Carmelitas, que se complacía en visitar las iglesias en que se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, se puso a adorar a Nuestro Señor manifiesto en la custodia, sin contar las horas y sin advertir que la noche se acercaba. Una Hermana tornera llega y da la señal de salir. Fue necesario un segundo aviso. Entonces Hermann dijo a la religiosa: "Ya saldré cuando lo hagan esas personas que se hallan al fondo de la capilla". Y ella replicó: "Pues no saldrán en toda la noche".
Hermann sale del oratorio y se dirige precipitadamente a casa de Monseñor de la Bouillerie: "Acaban de hacerme salir de una capilla, exclama, en la que unas mujeres estarán toda la noche ante el Santísimo Sacramento"... Monseñor de la Bouillerie responde: "Bien, encuéntreme hombres y les autorizo a imitar a esas buenas mujeres, cuya suerte ante Nuestro Señor envidia usted". Al día siguiente Hermann hallaba la necesaria ayuda en varias almas».
Monseñor de la Bouillerie había establecido ya anteriormente en París, en 1844, una pequeña asociación para la Adoración Nocturna en casa, cuyos miembros, hombres o mujeres, se levantaban por turnos durante la noche una vez al mes, a hora fijada de antemano, para adorar a Nuestro Señor. También había contribuido a fundar la Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento, asociación femenina establecida por la señorita Debouché, que iba a ser el núcleo de las religiosas Reparadoras.
Hermann, con la autorización de Monseñor de la Bouillerie, se puso inmediatamente en busca de hombres de fe. Los primeros inscritos en la lista fueron el caballero Aznarez, antiguo diplomático español, que había enseñado el castellano a Hermann en los tiempos de su vida artística, y el conde Raimundo de Cuers capitán de fragata y otros más.
El 22 de Noviembre de 1848 Hermann los reúne a todos en su cuarto de la calle de la Universidad. Diecinueve miembros se hallaban presentes y Monseñor de la Bouillerie presidía la pequeña reunión.
«Con la intención, dice el acta de esta primera sesión, de fundar una asociación que tendrá por objeto la Exposición y Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento, la reparación de los ultrajes de que es objeto, y para atraer sobre Francia las bendiciones de Dios y apartar de ella los males que la amenaza. Con motivo de la revolución de Roma de 1.848 que motivó que el Papa tuviera que refugiarse en Gaeta, el día 6 de Diciembre de 1.848 se celebró la primera vigilia de la Adoración Nocturna; la segunda y tercera noches fueron los días 20 y 21 del mismo mes, con ocasión de las rogativas de Cuarenta Horas ordenadas con esa ocasión, en favor del Papa, por el Arzobispo de París.
En ese sentido coincide en ello con la obra de Adoración fundada en Roma, en 1809, cuando Napoleón hace cautivo a Pío VII.
Las primeras vigilias se efectuaron en el famoso santuario de Nuestra Señora de las Victorias. Más tarde, los socios de la Adoración Nocturna y de las Conferencias de San Vicente de Paúl perpetuaron el hecho con una lápida de mármol, en testimonio de agradecimiento.
Las vigilias no pudieron continuarse en Nuestra Señora de las Victorias, y se escogió para este motivo como lugar de reunión el oratorio de los Padres Maristas.
En 1849 Hermann ingresa en el Carmelo, que en esos años, tras las persecuciones de la Revolución Francesa, estaba siendo refundado en Francia bajo la dirección del carmelita español Domingo de San José. Una vez ordenado presbítero, el padre Hermann, con muchos viajes y trabajos, fue la fuerza más eficaz tanto para la extensión del Carmelo como para la difusión de la Adoración Nocturna en Francia y en el resto del mundo.
La Adoración nocturna en España
La Adoración Nocturna se inicia en España en Madrid el 3 de Noviembre de 1877 en la Iglesia de los Capuchinos, donde se reúnen siete personas, uno de los cuales D. Luis Trelles i Noguerol está en proceso de beatificación. Se constituye en una organización autónoma en el año 1893.
Al comienzo se reúne solamente grupos de hombres, pero más tarde aparece en las parroquias grupos de hombres y mujeres. Al mismo tiempo en 1925 nace en Valencia la Adoración Nocturna Femenina que se extiende por toda España formando varios grupos, unificándose en el año 1953 en la ANFE (Adoración Nocturna Femenina.)
En la actualidad existe en España la ANE (Adoración Nocturna Española) y la ANFE. Ambas asociaciones utilizan el mismo manual.
La Adoración Nocturna es una asociación de fieles, que se reúnen en grupos una vez al mes, se turnan para adorar en la noche al Señor, realmente presente en la Eucaristía, en representación de la humanidad y en el nombre de la Iglesia.
Los adoradores, una vez celebrada la Eucaristía permanecen durante la noche por turnos ante el Santísimo Sacramento, rezando la Liturgia de las Horas y haciendo oración silenciosa. (www.mercaba.org.) 

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