¡Somos hijos de Abraham! Bramaron airados los fariseos en sus corazones ante la llamada a la conversión formulada por Juan Bautista en nombre de Dios. Estamos con el problema de siempre, frente a la conversion que se nos propone nos sentimos ofendidos y es que como diría Jesús, el que no tenga una capa de fariseismo en su interior, que arroje la primera piedra. ¡Cuando entenderemos que el Evangelio juega a nuestro favor, no en contra...! ¡Cuando llegaremos a ser sabios segun Dios!.
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