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martes, 6 de marzo de 2018

EL HOMBRE PRUDENTE QUE EDIFICÓ SU CASA SOBRE ROCA

“…Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron sobre la casa; pero la casa no cayó porque estaba cimentada sobre roca…” (Mt 7 24-26
Hermosas palabras de Jesús, para todo el que oiga y escuche su Palabra, su Evangelio, y lo ponga en práctica. El que así actúa es como aquellas “vírgenes sabias” que nos recuerda el Evangelio de Jesucristo según san Mateo, en (Mt 25,1-13). 
Y es que Jesús nos interpela muchas veces con la “prudencia”: “…Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas…” (Mt 10, 16)
A nadie se le ocurriría dejar un rebaño de ovejas entre los lobos…y sin embargo Jesús, el Buen Pastor, nos deja así. ¿Es que busca nuestra perdición? No, en absoluto. Nos da las claves para sobrevivir: sed prudentes como serpientes…
Y aquí nos aparece otra comparación que nos llena de inquietud: la serpiente. De modo que la serpiente siempre ha sido el símbolo del pecado, el animal que Dios eligió para simbolizar al Tentador, como nos recuerda el Libro del Génesis… ¡Sed prudentes!
En la vida nos cae encima la lluvia, es verdad. Unas veces esta lluvia representa la Palabra de Dios, que nos purifica y nos limpia. A veces esta agua, tan preciada en la tierra de Israel por su ausencia, se convierte en agua caudalosa que arrastra lo que coge a su paso…El viento sopla en todas direcciones, y solo hay UNA, la del camino que conduce a Dios, que tiene palabras de Vida Eterna. 
Los demás vientos chocan contra la casa. La casa que hemos construido con nuestras comodidades, pero donde no hay un lugar para Dios.
¿Cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar,  si antes no ata primero al fuerte? (Mt 12,29) El enemigo Satanás, nos ata con nuestras pasiones. La casa que está “totalmente ordenada”, donde el enemigo puede entrar libremente y pasearse por ella, porque no está Dios. Es el orden que el hombre se construye sin la presencia divina.
Y no está Dios porque estorba…estorba porque no le conocemos, porque el enemigo nos presenta un dios (con minúscula) que no existe, un dios que nos exige, nos molesta, no nos deja vivir la vida, y seguirle es seguir a un dios de sufrimiento. Ese dios NO existe.
El Salmo 41 nos recordará: “...Una sima grita a otra sima con voz de cascadas; tus torrentes y tus olas me han arrollado…” Estas simas, estos montes, donde habitan los dioses que hemos construido con nuestros pecados, con nuestras idolatrías, han sidoarrollados por las olas de la conveniencia, pero fuera de Dios.
El hombre prudente, como la virgen sabia, edifica su casa sobre roca; pero Roca con mayúscula, Jesucristo, nuestra Piedra angular, sin la cual todo nuestra casa se cae. Esta es la verdadera prudencia a la que nos invita Jesucristo.

(Tomás Cremades)




“…Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron sobre la casa; pero la casa no cayó porque estaba cimentada sobre roca…” (Mt 7 24-26
Hermosas palabras de Jesús, para todo el que oiga y escuche su Palabra, su Evangelio, y lo ponga en práctica. El que así actúa es como aquellas “vírgenes sabias” que nos recuerda el Evangelio de Jesucristo según san Mateo, en (Mt 25,1-13). 
Y es que Jesús nos interpela muchas veces con la “prudencia”: “…Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas…” (Mt 10, 16)
A nadie se le ocurriría dejar un rebaño de ovejas entre los lobos…y sin embargo Jesús, el Buen Pastor, nos deja así. ¿Es que busca nuestra perdición? No, en absoluto. Nos da las claves para sobrevivir: sed prudentes como serpientes…
Y aquí nos aparece otra comparación que nos llena de inquietud: la serpiente. De modo que la serpiente siempre ha sido el símbolo del pecado, el animal que Dios eligió para simbolizar al Tentador, como nos recuerda el Libro del Génesis… ¡Sed prudentes!
En la vida nos cae encima la lluvia, es verdad. Unas veces esta lluvia representa la Palabra de Dios, que nos purifica y nos limpia. A veces esta agua, tan preciada en la tierra de Israel por su ausencia, se convierte en agua caudalosa que arrastra lo que coge a su paso…El viento sopla en todas direcciones, y solo hay UNA, la del camino que conduce a Dios, que tiene palabras de Vida Eterna. 
Los demás vientos chocan contra la casa. La casa que hemos construido con nuestras comodidades, pero donde no hay un lugar para Dios.
¿Cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar,  si antes no ata primero al fuerte? (Mt 12,29) El enemigo Satanás, nos ata con nuestras pasiones. La casa que está “totalmente ordenada”, donde el enemigo puede entrar libremente y pasearse por ella, porque no está Dios. Es el orden que el hombre se construye sin la presencia divina.
Y no está Dios porque estorba…estorba porque no le conocemos, porque el enemigo nos presenta un dios (con minúscula) que no existe, un dios que nos exige, nos molesta, no nos deja vivir la vida, y seguirle es seguir a un dios de sufrimiento. Ese dios NO existe.
El Salmo 41 nos recordará: “...Una sima grita a otra sima con voz de cascadas; tus torrentes y tus olas me han arrollado…” Estas simas, estos montes, donde habitan los dioses que hemos construido con nuestros pecados, con nuestras idolatrías, han sidoarrollados por las olas de la conveniencia, pero fuera de Dios.
El hombre prudente, como la virgen sabia, edifica su casa sobre roca; pero Roca con mayúscula, Jesucristo, nuestra Piedra angular, sin la cual todo nuestra casa se cae. Esta es la verdadera prudencia a la que nos invita Jesucristo.

(Tomás Cremades)



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