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sábado, 27 de julio de 2019

ASPIRAR

Aspirar el aire y aspirar a Tí
Aspirar a saber, a comprender que eres parte nuestra
Aspirar a reconocerte en nuestras acciones, en nuestros pensamientos
Aspirar a ser Tú
Aspirar a no batallar, batallar por el mundo
Aspirar a dejarse, a dejar que Tú hagas
Mi gloria en tus manos, aspirando a hacerse eterna
No conformarse con la limitación de este tiempo
Aspirar a sentirte, morando en nuestros ojos, en nuestra mirada
Ver el mundo con un filtro, el de tu amor
Aspirar y respirar, respirar tu presencia
Llenar nuestra alma de Tí, de tu Palabra
Aspirar y no movernos, aspirar y esperar
¡Cuánto nos cuesta creer en Tí!
Y sólo vienes a corazones que no pueden, a corazones que aspiran
A corazones que preparan espacios limpios para que Tú los ocupes
Aspirar a no pesar, a ser ligeros, a ser Tú y no yo
Esperamos y aspiramos, Señor, porque no hay sueño más alto
Porque merece la pena, apostar la vida entera a tu segura promesa.

(Olga Alonso)
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Reflexiones sobre el Evangelio del Domingo XVII Del Tiempo Ordinario Ciclo C (Lc 11,1-13) 28.07.2019

Jesús enseña a rezar a sus discípulos, desde el corazón, con el Padre nuestro. A continuación les dice que una persona golpea a medianoche la puerta de la casa de un amigo, porque necesita unos panes. Dada lo intempestivo de la hora, el señor de la casa intenta disuadir a este tipo tan inoportuno. Como el tipo no ceja en sus golpeos y gritos, decide levantarse y darle lo que le pide aunque solo sea para quitárselo de encima.Y continua Jesús: "si este hombre hizo caso a su amigo aunque fuese solo para librarse de él..¿Qué no hará el Padre, por aquellos que le piden, le aman y le buscan? Cuando un hombre se acerca suplicante a Dios,  éste no le atiende para quitárselo de encima, al contrario, le toma sobre sus hombros y como Buen Pastor le conduce hacia las Fuentes de la Vida, aquellas por las que clama su sediento y desgastado corazón. Así es como le reconocemos como Padre y así le invocamos en el Padre nuestro.

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Toque bbbj

Nunca el hombre tuvo, como hoy día, tanto miedo a todo lo que no le encaja, un miedo tan cargado de cobardía que le lleva a marginar lo que le incomoda. Por ese miedo, arrincona su alma y si pudiese acabar con ella lo haría.

miércoles, 24 de julio de 2019

Como un padre

Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo buscan.
Porque Él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. (Salmo 102)

Me imagino la ternura de Dios viendo mis esfuerzos buscándolo, como cuando yo veía a mis hijos empezar a caminar ...dos pasitos para adelante y al suelo... a recogerlos, llenarlos de besos y caricias y animarlos a seguir.... ¡eso hace Dios conmigo!, si yo siendo mala hacía eso ... que será mi padre que es bueno....
Gracias  a esta seguridad, no desisto en mi empeño por llegar a ver su rostro.... y Jesús mi Señor me dejó marcado el camino: "...yo soy el camino... " dijo, "si permanecéis en mi palabra os haré llegar a ser".. Por eso, aquí estoy a tus pies escuchando tu palabra ...

ÉSTE ES NUESTRO DIOS

(Carmen Pérez)
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lunes, 22 de julio de 2019

EL ESPÍRITU SANTO, “MEMORIA DE DIOS”

Es un tanto absurdo, incluso, diría yo, erróneo, hablar de la “memoria de Dios”. El título lo único que hace es crear la “chispa” de la curiosidad, pues en Dios todo es “presente” y no es precisa esa cualidad de los humanos de recordar pasado, que, en definitiva es la memoria.
Viene esta apreciación al hilo de varias ocasiones en que se pone en tela de juicio la veracidad de las enseñanzas del Evangelio. El Evangelio, Palabra de Jesucristo revelada por el Padre, inspirada a los autores sagrados-evangelistas-, fue comenzado a escribir aproximadamente noventa años después de la muerte de Jesús. No olvidemos que el último evangelista, Juan, vivió alrededor de esa edad.
Hasta entonces las palabras de Cristo eran enseñadas por “tradición oral”. De ahí pasaban de unos a otros. Por eso es tan importante “beber de las fuentes” de los primeros “Santos Padres” de la Iglesia Católica, como san Ignacio de Antioquia, discípulo de san Juan, san Atanasio, san Basilio, san Gregorio, san Juan Crisóstomo, san Cirilo, san Juan Damasceno, san Clemente, Orígenes…
Pero aparece el “Príncipe de la Mentira”, Satanás para envenenar al mundo. Y así, con él, los enemigos de la Iglesia inundan con sus mentiras diciendo que no es posible que después de tanto tiempo las Palabras contenidas en el Evangelio fueran exactamente las que dice, sino que pueden ser incluso, inventadas. Y con estos falaces argumentso “prostituyen” la Palabra de Dios.
“…Cuando venga el Espíritu de la Verdad os guiará hasta la Verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará de lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir…” (Jn 16,13)
“…Él recibirá de lo mío y os lo explicará todo…” (Jn 16-14)
¡Qué bien conocía Jesús el corazón humano! ¡Cómo sabía que el diablo retorcería sus Palabras para infundir error…!
“…yo os digo la Verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito…y cuando venga convencerá al mundo en lo referente al pecado, a la justicia y al juicio…” (Jn 16,7)
El Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad, nos recordará todo y hablará de lo que oiga al Padre. Más claro no puede estar: las Palabras que dijo Jesús a lo largo de su vida pública, fueron transcritas, y en consecuencia, RECORDADAS, con autenticidad total, como quedó proféticamente explicado antes de que sucedieran los hechos.
De ahí que este “recordar”, es como si el Paráclito, actuase como esa “memoria” que necesitamos los humanos, tan frágiles y desconfiados a la hora de creer.

(Tomás Cremades) comunidadmariamadreapostoles.com

"PARTIR" LA PALABRA

Génesis 12

Vocación de Abrahán
 


1 Yahveh dijo a Abram: «Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. 
2 De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición. 
3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra.» 



SAL DE TU TIERRA

¿Podría dormir tranquila en una casa donde no estuvieras Tú, mi Señor?
Ahora que sé quién eres, ¿podría seguir viviendo sin Tí?
Tanto tiempo me he perdido en las cosas de este mundo que ahora que te conozco y sé que habitas dentro de mí no quiero que te marches, no quiero que te alejes, quédate Señor junto a mí.
He sido un vagabundo a lo largo de los años, buscando migajas de amor donde solo encontraba el desamor, las cosas del mundo me han cegado tantas veces enredándome en un mar de telaraña, aprisionando mi alma. Más Tu saliste a mi encuentro me llevaste a una tierra que no conocía y me enamore de Tus aguas cristalinas dándome de beber de la Fuente de la Vida.

ABRAHÁN SALIÓ DE SU TIERRA SIN SABER A DONDE IBA

Mañana no sé adonde me llevarás mi Señor, me da miedo retroceder, sé que estas junto a mí, que me atas bien fuerte a esa cuerda a la que me aferro para no caer, me siento como una cometa que bajo un cielo azul intenso ondea y hace piruetas mientras Tú me llevas. Si la brisa es suave bailo al compás que Tú me indicas, pero si la brisa se para. caigo como a un precipicio. No me dejes caer mi Señor, envía tu brisa, esa brisa suave que me mantiene elevada y atada a Ti.

VIVIR MI RELACIÓN CON DIOS A LA LUZ DE: ”ABRAHÁN CREYÓ CONTRA TODA ESPERANZA”

Vendrán días difíciles, lo sé. Vendrán días en los que sentiré tu silencio, también lo sé, y sé que sentiré la llama que has encendido un poco más tenue que ayer, eso también lo sé. Pero a pesar de todo, te aguardaré mi Señor, te esperaré, "esperaré¨ como dice el salmista ¨como el centinela la aurora¨ porque sé que Tú no me dejarás desfallecer, ahora lo sé.

(Loles)  comunidadmariamadreapostoles.com



sábado, 20 de julio de 2019

El don de amar

Señor, Tú diste a los hombres el don de amar, creo que yo no lo merezco, pero Tú me lo has querido dar.
Siento ese amor en mi alma y sé que cuidándolo estás, pues tengo muchas distracciones y me olvido de rezar.
Tú me has confiado tu amor y yo no lo he sabido guardar, por esto mi alma se siente culpable y quiero ir a estar contigo para que me puedas perdonar.
También me has dado un amor, que viene en una vasija especial, es el amor para mis hijos que es tan grande, que a veces duele y duele de tanto amar.. no hay amor en el mundo que se le pueda igualar.
Tú quieres que dé amor a los hombres, y yo les doy amor, lo que no sé es manifestar el amor que les doy en realidad.
Siento mi corazón vacío, Tú has confiado tanto en mí, siento que te he defraudado, así cuando tú me llamas, yo no sé ir.
A lo mejor no deberías haber confiado tanto en mí, pero cuando Tú lo has hecho, es que tengo algo, que Tú has visto, y yo no conozco de mí.
Hay que cuidar mucho el alma y tambien el corazón, ellos son todo amor, el amor no espera nada a cambio, solo sabe dar y da amor, amor para los hombres y nunca me olvido de lo mucho que te amo a Tí, mi Dios.
Señor, Tú me has puesto en mi camino a personas que me quieren de verdad, no sé que ven en mí para quererme así, creo que no me lo merezco, pues yo no sé dar tanto amor como ellos me dan a mí.
A pesar de todo Tú sabes, Señor, que no me olvido de tí, hasta en mis sueños pienso, qué te voy a decir, pues te he dicho tantas veces, "te quiero" y no sé salir de ahí.
Jesús lléname de tu Amor, tu Amor que, con su luz, alumbre mi vida, así  podré vivirla llena de paz y de pasión, y cada día podré dar más y más amor.

(Elia)
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viernes, 19 de julio de 2019

Reflexiones al Evangelio del Domingo XVI del Tiempo Ordinario Ciclo C (Lc 10,38-42) 22-07-2019

La escena que nos presenta el Evangelio de hoy, nos es familiar. Jesús llega a Betania y entra en casa de sus amigas Marta y María. Nos imaginamos la alegría de estas dos hermanas ante su visita. Sin embargo, después del recibimiento, Marta continua haciendo las cosas de la casa mientras que María.. "sentada a los pies de Jesús, escuchaba su Palabra". Esto incomoda y mucho, a su hermana, que a un cierto momento eleva su protesta ante Jesús. Nos puede parecer lógica la actitud de Marta, mas no a Jesus, que le viene a decir que las cosas de la casa no son prioritarias respecto a "las cosas de Dios". Que no pasa nada porque ese día se atrase una o dos horas la comida, como sí lo entendió María. La decisión de ésta nos recuerda la respuesta que Jesús dio a Satanás cuando le tentó a convertir unas piedras en panes dado el hambre que sentía después de un ayuno tan prolongado. Recordamos la respuesta: "No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios". Por supuesto que también María querría comer a la hora de siempre, pero priorizó el hambre de su alma.. de ahí la proclamación de Jesús, bellísima catequesis para todos los tiempos: "María ha escogido la parte buena -de la vida- y no le será quitada"..  ¡Porque la escogió y amó más que a sí misma y a sus cosas!

Antonio Pavía-Misionero Comboniano
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miércoles, 17 de julio de 2019

EL PADRENUESTRO, enseñanza de Jesús

De sobra conocido el texto del PADRENUESTRO, en Mateo 6: “Cuando recéis no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo; danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”. Porque si perdonáis a los hombre sus ofensas, también os perdonará vuestro padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. (Mt 6, 7-15)
Podríamos llamar a este Evangelio como: “la Oración más bella salida de los labios de Jesús”. Antes de que Jesucristo enseñase esta oración a sus discípulos, los israelitas fieles a Yahvé rezaban con los libros sagrados del Pentateuco: Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio.
Pero los Apóstoles, al ver al Señor rezar a su Padre, le instaron: “…enséñanos a orar” (Lc 11,1-13). Concretamente fue uno de sus discípulos el que le pidió este maravilloso deseo. Y el Evangelio no dice quién fue el discípulo que lo solicitó. Se ha mantenido en el anonimato este discípulo, que ni siquiera sabemos que fuera uno de sus apóstoles. Sería hermoso imaginar que este discípulo anónimo pudiera ser cada uno de nosotros…Y es que esta petición, arranca del corazón humano, al ver cómo rezaba Jesús.
Dicen los Santos Padres de la Iglesia que un cristiano no lo es hasta que no ha visto a otro cristiano. Es decir: Al ver la vida que vive un cristiano en sus múltiples facetas, ese ejemplo arrastra un deseo incontenible que le impulsa a ser también cristiano. Lo cual, dicho sea de paso, nos interpela enormemente.
Pues éste es el caso de ese discípulo. Y Jesús le enseña, curiosamente, con siete “enseñanzas”, que por el número indicado, el siete, ya nos lleva a la plenitud. El siete, como otros muchos números de la Escritura, tiene un significado simbólico, que nos acerca a la revelación. El siete es “la plenitud”. Siete son los sacramentos, siete los dones del Espíritu Santo…siete los días de la Creación, siete pecados capitales…y así podríamos continuar.
Sirva este “entreacto” como un aperitivo que dejamos al lector como parte de la meditación, que debe siempre acompañar a cualquier ocasión que tengamos en donde se hable de Dios y sus enseñanzas.
Estas siete peticiones que elevamos en el Padrenuestro, ya nos indican que la plenitud de nuestra oración está encaminada por ahí.
La oración comienza con la llamada a un interlocutor: el Padre de Jesús. Pero tiene algo esencial: Dice: “Padre nuestro”, no “Padre mío”. Jesús nos está diciendo claramente que el discípulo que invoca a Dios reconoce en Él a su Padre, no solo al Padre de Jesús. Lo que implica que Jesús es nuestro excelso Hermano.
Y nos dice que está en los Cielos. Sabemos que el Cielo no es un lugar físico, sino que es un “estado” del alma donde se encuentra Dios.
El fiel orante pide claramente que sea  su Nombre santificado. El nombre para un israelita no tiene el mismo significado que para nosotros, que procedemos de una cultura greco-romana, y que nos sirve para diferenciar una persona de otra, simplemente. En el pueblo de Israel el nombre representa “la esencia del ser”. Recordemos que Adán “puso el nombre “a todo lo creado”. (Gen 2, 18-20)
Y en la Carta a los Filipenses dice Pablo: “…por eso Dios le concedió el Nombre sobre todo nombre, de modo que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en el Cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre” (Fp 2,6-11)
Así, pues, pedimos al Padre que el Nombre de Jesús, su Esencia de Dios, sea reconocido en todo el Universo, como criterio de salvación y honra y honor a Él.
Que venga su Reino es pedir que Jesucristo,- verdadero Reino de Dios-, venga a nuestros corazones. Y al pedir que se haga su Voluntad en la tierra y en el Cielo, podemos volver la oración por pasiva así: En el Cielo es indudable que se hace la Voluntad  de Dios; entonces podemos decir, sin temor a errar,  que donde se hace la Voluntad de Dios, ahí está el Cielo. Y de aquí deducimos que el Cielo comienza ya desde ahora y continuará después de la muerte.
Pedimos su pan; pero: “…no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios…” (Mt 4,4)
El Padre conoce nuestras necesidades, no nos dejará sin el alimento que no perdura, el pan, pero hemos de pedirle el “Pan de su Palabra” que es su Evangelio, para alimento del alma, que perdura.
Dios es consciente de nuestras debilidades, conoce nuestro barro, por eso dice que pidamos: “…perdona nuestras ofensas…”. Sabe que vamos a pecar, y está dispuesto a perdonarnos si nosotros hacemos lo mismo con nuestros hermanos. Además nos brinda el auxilio para “no caer en el tentación”, librándonos de “ese mal” que es el Maligno Satanás.
Este es el camino de salvación que nos enseña Jesús, Hijo del Padre, nuestro Hermano.

(Tomás Cremades)
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martes, 16 de julio de 2019

Del Salmo 7

Porque mis enemigos retrocedieron, cayeron y perecieron ante tu rostro.
Defendiste mi causa y mi derecho,
sentado en tu trono como juez justo. (Sal 7).

En este Salmo, se ve al Señor dando gracias a su padre... parece una contradicción, en la cruz... tal y como está, insultado, roto de dolor.... pero Él ve más allá de su muerte... ya sabe que muchos de ellos se marcharian dándose golpes de pecho  y reconociendo , que era el hijo de Dios y también todo lo que pasaría a lo largo de la historia, gracias a aquel sacrificio suyo. Así ahora nosotros cuando tengamos problemas podamos ver que eso no es el fin....que el Padre esta ahí esperando con los brazos abiertos ....como con el hijo pródigo, para vestirnos de fiesta con el bendito Evangelio que nos dejó Jesús .... si miramos con los ojos del Alma todo está ahí... pongámonos pues en las manos del que inició y terminará lo que empezó con nosotros y Él nos hará llegar a ser sus discípulos.

ÉSTE ES NUESTRO DIOS

(Carmen Pérez)
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viernes, 12 de julio de 2019

Reflexiones al Evangelio del Domingo XV del tiempo Ordinario Ciclo C  (Lc 10.25-37) 14-07-2019

¿Quien es mi prójimo? pregunta un escriba a Jesús cuando éste le dice que la plenitud del discipulado reside en amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y al prójimo como a sí mismo. Respuesta de Jesús: Un hombre que salía de Jerusalén fue asaltado por unos ladrones y le dejaron malherido tendido en el camino. Ni un sacerdote, ni un levita que pasaron por allí se preocuparon por él; sin embargo un samaritano al verle se le acercó, curó sus heridas y se interesó por su total recuperación. Ante la respuesta de Jesús a este Doctor de la Ley, entendemos a qué prójimo se refiere a Jesús. No al que pertenece a nuestro círculo familiar, social, laboral. ..etc es decir alguien a quien conocemos. Nuestro prójimo según esta parábola es alguien a quien no escojemos porque no le conocemos, simplemente nos sale al paso. Nuestro prójimo es y será ese desconocido que las circunstancias y Dios en ellas, han puesto ante nuestros ojos. Al acercarnos a él nos percatamos que su rostro nos es conocido..!! Claro, es el mismo Jesús!! .Lo dijo Él mismo: ".. A mí me lo hicisteis.." (Mt 25,35-40).

Antonio Pavía-Misionero Comboniano
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domingo, 7 de julio de 2019

Te reconocí

Me encontraba vacía y necesitaba encontrar algo para llenar mi alma, mi vida y mi ser... Estaba hambrienta de ese algo, pero no identificaba lo que podía ser, buscaba a mi alrededor y no lo  encontraba, por lo que me fui a buscarlo sin saber a dónde, ni el qué.
Un día iba por un sendero cansada de tanto andar, estaba llena de polvo, sudorosa, sedienta..., me encontré con alguien en el camino, me ofreció agua y algo para comer, me limpió el sudor de mi frente, hizo un lecho entre las hierbas, allí me recostó para aliviar mi cansancio y así poder seguir con mi ruta después.
Gracias a este caminante, pude sobrevivir... el calor, la sed, el cansancio, estaban haciendo mella en mí, y pensaba en abandonar esta búsqueda, pues me estaba resultando muy ardua y mi cuerpo parecía que no lo iba a resistir.
Tenía tan vacía mi alma, que necesitaba llenarla, ¿pero de qué?, y levantándome comencé a caminar otra vez.
Noté que algo había cambiado en mí, quizás ese caminante me había enseñado lo que buscaba, esta idea comenzó a revolotear dentro de mí y entonces comprendí, yo me encontré contigo, Jesús, y después de haberte ido fue cuando yo te reconocí, había algo en tí que me deleitó, esa ternura que irradiabas, ese amor y esa paz que me transmitiste, los cuidados que me diste, no tuve duda de que eras Tú lo que yo buscaba, eras a quien necesitaba para llenar de amor mi alma, mi vida, mi ser...
A veces pienso si te habrás olvidado de esa persona tan insignificante, que un día te encontraste y la ayudaste para que siguiera buscando algo para llenar su alma y su ser, ese algo que no sabía que era, hasta que en el camino te encontró y fue cuando descubrió que lo que buscaba era amor, amor para su alma y esa fuente de amor, solo puedes ser Tú, Jesús.

(Elia)
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viernes, 5 de julio de 2019

Reflexiones al Evangelio del Domingo XIV del tiempo Ordinario Ciclo C (Lc 10.1-12,17-20) 7-07-2019

Jesús envía a sus discípulos a las ciudades cercanas, a fin de preparar los corazones de los hombres ante su visita como Enviado del Padre. Les notifica algunos rasgos propios de aquellos que, de generación en generación, anunciarán su Evangelio. Nos fijamos en ésta: "Os envío como corderos en medio de lobos"... en la misma línea del odio del mundo sobre Él (Jn 15,8..). A pesar de tanto odio les envía como corderos... que vencerán al mundo (1Jn 5,4). Nos recuerda el desproporcionado combate entre David y Goliat. Recordemos que David rechazó las armas que le ofreció Saúl para entablar el combate, pues su peso no le dejaban  caminar. Se dirigió hacia Goliat y con una piedra, imagen profética de Jesús, Piedra Angular de la Fe, le derribó. Hay algunas instituciones religiosas, antaño florecientes, que languidecen., quizás por cambiar la Sabiduría de Dios por la del mundo. Se esfuerzan, estudian el Evangelio sin parar, pero son incapaces de  hacerse con la Fuerza de Dios inherente en él (Rm 1,16). Así, se han vuelto opacos e insípidos: sin Luz y sin Sal. Los verdaderos buscadores de Dios, sin criticar a estas instituciones sino más bien compadeciéndolas, irán en búsqueda de quienes les den el Evangelio Vivo y los Sacramentos.

Antonio Pavía-Misionero Comboniano
comunidadmariamadreapostoles.com

martes, 2 de julio de 2019

SALMO 48(47).- SIÓN, MONTE DE DIOS

Grande es el Señor y digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra: el monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey.
Entre sus palacios, Dios se ha manifestado como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron para atacarla juntos.
Pero, al verla, quedaron aterrados,
y, despavoridos, huyeron deprisa.
Entonces se apoderó de ellos un temblor como de dolores de parto,
como un viento del desierto, que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído, también lo hemos visto en la ciudad del Señor de los Ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: ¡Dios la ha fundado para siempre!
Oh Dios, meditamos tu amor
en medio de tu templo: como tu nombre, oh Dios, también tu alabanza alcanza los confines de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
exultan las ciudades de Judá,
a causa de tus sentencias.
Dad vueltas en torno a Sión y recorredla, contando sus torreones.
Admirad sus murallas
y observad sus palacios,
para contar a las generaciones futuras:
«Este Dios es nuestro Dios».
Él nos guiará por siempre jamás.

Reflexión: La alabanza del corazón

En este salmo podemos imaginar a Israel entonando un himno de aclamación a Yahvé porque ha sentado su trono de gloria en Jerusalén: «Grande es el
Señor y digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su
monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra...
Dios se ha manifestado como un alcázar».
El salmista nos describe el esplendor de la Ciudad
Santa, ensalzando el templo como cumbre de Jerusalén; lugar donde
Israel canta y evoca el amor que Yahvé tiene por su pueblo.
«Oh Dios, meditamos tu amor en medio de tu templo; como tu
nombre, oh Dios, también tu alabanza alcanza los confines
de la tierra».
El autor, inspirado por el Espíritu Santo, profetiza que la luz de Dios, asentada en el templo, se extenderá un día a todos los pueblos del universo.
Los salmos no son simplemente poemas literario-religiosos como
los que tienen numerosos pueblos con sus respectivas
religiones. La Iglesia,  ha  afirmado que los salmos fueron inspirados por el Espíritu Santo como oración por excelencia, tanto individual como comunitaria.
El autor de la Carta a los Hebreos, en su comentario al Salmo 95, nos transcribe la primacía del Espíritu Santo en la composición de estos
poemas oracionales. «Por eso, como dice el Espíritu Santo:
si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones...»


El salmo que nos ocupa anuncia una luz y alabanza universal
que alcanzará a todos los pueblos y naciones partiendo del
templo santo, anunciando proféticamente al Mesías. El Hijo de Dios proclama de sí mismo: «Yo soy la luz del mundo»

Luz que alcanza a todo hombre iluminando las tinieblas
propias del pecado original que habita en él.
Luz de salvación que «acontece» en el ser humano por medio de la
predicación del Señor Jesús, sin distinción alguna de raza,
cultura, religión, condición social, etc.; escuchemos
el testimonio del apóstol Pablo: «Revestíos del
hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un
conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador, donde
no hay griego ni judío; circuncisión e incircuncisión; bárbaro, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todo en todos».
Volvemos al salmo donde vemos que  Dios se erige
a sí mismo como guía y conductor de la unidad de todos los
hombres: «Este Dios es nuestro Dios. Él nos guiará por
siempre jamás».
Dios, que se presenta como aquel «que nos guía»,
suscita al Mesías, su Hijo. Él es el enviado del Padre para
reunir a todos los hombres como un solo rebaño: «Yo soy el
buen pastor, conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí»
El mutuo conocimiento entre el pastor y las
ovejas, conocimiento que trasciende toda sabiduría e
iluminación humana, es posible porque Dios ha entregado su
palabra-luz al hombre por su propio Hijo.
La Palabra ofrecida al hombre no es solamente luz para
conocer a Dios, es también el eslabón divino que nos une a
todos; es, pues, el fermento de la unidad y comunión entre
nosotros.
Jesucristo anuncia que su misión es hacer emerger
en el mundo un solo rebaño, por el hecho de que este
escucha su voz. «También tengo otras ovejas, que no son de
este redil; también a esas las tengo que conducir y
escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño y un solo pastor»
Un solo rebaño y un solo pastor en Jesucristo,
por lo que, así como Él está en comunión con el Padre,
podamos también los hombres entrar en comunión con Dios.

Tan maravilloso don de la unidad de todos los hombres
con Dios, nos viene expresado por el apóstol Pablo en estos
términos: «Poniendo empeño en conservar la
unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo
cuerpo y un solo espíritu, como una es la esperanza a que
habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo
bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre
todos, por todos y en todos»

lunes, 1 de julio de 2019

NO SÉ

No sé cuáles son los sentidos desde dónde se te siente
No sé cuál es el lugar en el que depositas tu fuerza
No conozco el espacio en el que estás y creces dentro de mí
Pero lo veo reflejado en la fuerza, en la emoción, en la alegría cuando te
muestras
No sé desde dónde me impulsas para amar a los otros
Me desconcierta saber por qué estás o te vas
Es como si nuestra alma ya estuviera un poco en el Cielo
y sólo algunas veces nos enviara momentos desde allí
A esta tierra desordenada donde tu voz da respuesta a todo
A cada ser humano que te busca entre la bruma
Quién pudiera entender y no perder el camino
Quién fuera todo en ti para no sentirse extraño en este lugar a caballo entre lo que vivo y lo que sueño
en esta vida que vivo anhelando tu presencia
No sé si quizás mañana te quedarás a mi lado
o pasarás como brisa ante mis ojos atentos
No sé si sentiré el amor que me das, fluyendo de mi a los otros
o en su lugar, hallaré el vacío y la ausencia de ti
Pero sé, Señor, que no me faltará la esperanza de hallarte
Y sé que encontraré, en mi libro de recuerdos, tantos y tantos encuentros
en que llegas y me miras, y me dices, “caminemos, hoy nos toca caminar”
Caminar, mirando al Cielo.

(Olga Alonso)
comunidadmariamadreapostoles.com