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viernes, 20 de marzo de 2020

Reflexiones al Evangelio del IV Domingo de Cuaresma Ciclo A (Jn 9,1-41) 22-03-2020


Jn 9,1-41 Isaac recibió de Dios la bendición-elección dada por Él a su padre Abraham. Con la bendición en su alma, se estableció junto a un pozo en una localidad llamada Lajay ROI que significa: El Viviente que me ve, nombre que nos permite entender mejor el Evangelio de este Domingo en el que Jesús da la vista a un ciego. Asi empieza: Al pasar Jesús vió a un ciego de nacimiento.. Jesús es el Viviente que ve los sufrimientos y pesares de este hombre a merced del Príncipe de las Tinieblas..a todos nos representa este ciego. Jesús se le acerca y toma un poco de barro, signo de la precariedad de nuestra vida y lo mezcla con su saliva, le pone el empaste en los ojos y le dice que vaya a lavarse; volvió ya viendo. La saliva es imagen de la Palabra, de hecho un hombre que no segrega saliva no puede hablar. Cuando el hombre deja que Jesús le abra los ojos es cuando ve que el proyecto de vida que tiene sobre él está libre de horizontes y límites. Jesús es el Viviente que nos ve, no para vigilarnos, sino para protegernos y cuidarnos de visiones opacas que nos hacen tan pequeños como la muerte.. y es que el Viviente que nos ve, venció dos muertes: la suya y la tuya.

(P.Antonio Pavía) 
comunidadmariamadreapostoles.com

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