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lunes, 15 de noviembre de 2021

Apariencias

"Seréis como dioses": esta es la promesa que Satanás hizo a nuestros primeros padres. Ser como dioses supone seguir los dictados del padre de la Mentira -como Adán y Eva- prescindiendo de la Sabiduría de Dios. La problematización es que estos dioses son todo apariencia como dice el salmista: "Tienen boca y no hablan, ojos y no ven, oídos y no oyen ..." (Sal 135, 15-17). A esto añade que los que se apoyan en estos dioses que no son más que apariencia, terminan siendo a imagen y semejanza suya… de su apariencia (Sal 135, 18). Los que ponen su corazón en ellos bloquean los impulsos interiores hacia la Transcendencia propia de su ser. Una persona ajena a su ser transcendente siempre será alguien incompleto aunque tenga medio mundo a sus pies, reciba agasajos y premios allá por donde pasa. Todo termina siendo  el simple confeti, porque la Vida que Dios ha puesto en su alma es infinitamente mayor que sus "éxitos y logros", que de por si no tienen por qué ser nocivos. Sea como sea, la buena noticia es que para Dios nunca es tarde cuando un hombre decide sortear el abismo que existe entre las apariencias y la Verdad. Como dijo Jesús a Pilato: "... Todo el que es de la verdad escucha mi voz" (Jn 18, 37). Nunca es tarde para arropar nuestra alma insatisfecha con la Voz de Jesús: su Santo Evangelio.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

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