Me robaste el corazón con tu mirada.. dice Dios a la esposa -el alma-. Pensemos en la mirada que se cruzaron Jesús y Pedro cuando éste le negó por tercera vez. Creo que el amor y dolor que vio el Señor en su discípulo fue inmensamente mayor que la mancha de sus negaciones. Esa noche, la de su Pasión, Pedro robó el corazón del Hijo de Dios con su mirada. Tú también se lo puedes robar
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