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lunes, 25 de enero de 2021

El necio y "sus cosas”

Fortísima me parece, la vivencia de Dios que nos hace llegar el autor del Salmo 39. Se siente herido y humillado por un enemigo a quien intenta olvidar pero no lo consigue. Ante esta realidad pide a Dios Sabiduría para poder cerrar sus heridas: "Hazme saber Señor mi fin, cuál es la medida de mis días para que sepa lo frágil que soy" (Sal 39, 5). Dios ilumina su corazón y entre líneas le dice: ¿A qué viene tanta agitación si la vida del hombre no es más que un soplo, una sombra que pasa? ¿De qué le sirve a un hombre afanarse por acumular riquezas, honores y demás, a veces a base de codazos, si no podrá evitar que el soplo de su vida se apague? Este Salmo anuncia proféticamente a aquel hombre del que nos habla Jesús; la cosecha de sus campos fue extraordinaria y en su necedad lo único que pensó fue en hacer graneros mayores donde almacenar sus patatas, maíz, arroz... etc. Su mente y su corazón solo servían para contar sus ganancias... y Jesús dice de este hombre: ¡Necio! ¡Esta misma noche te reclamarán el alma! (Lc 12, 20) Sí, realmente necio de solemnidad porque todo su ser se volcó en "sus cosas" y no en "las cosas de Dios" que anhelaba su alma y nunca la hizo el menor caso... ni a ella ni a Dios.

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

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