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lunes, 1 de febrero de 2021

Labios y Corazón

"Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mi" (Mt 15,8). Partimos estas palabras de Jesús a la luz del primer salmo. Nos presenta tres grupos de personas, impíos, burlones y pecadores marcados por un mismo sello: la iniquidad. A continuación describe al verdadero buscador de Dios. Es aquél que medita -es decir, lleva hacia su corazón- la Palabra que lee, la susurra amorosamente. A este le llama Bienaventurado porque al trasladar la Palabra desde la mente al corazón sella en él la Fuerza y la Gracia de Dios que posibilitan su fidelidad a Él. Cuando la Palabra queda en la mente y de ahí a los labios sabes lo que tienes que hacer para agradar a Dios pero tú debilidad te lo impide como dice Pablo (Rom 7, 14). Jesús nos dice a todos, a ver si nos enteramos: "...Yo guardo la Palabra de mi Padre (Jn 8,55b). Jesús guarda la Palabra del Padre, como la guardo María Madre de la Iglesia (Lc 2,19). Como la guardan los que desean ser sus discípulos (Jn 14,23). Y es que cuando acoges el Evangelio de Jesús en tu corazón estás, no cerca de Él, sino con Él, por eso jamás te dirá: Tu rezas con tus labios pero tú corazón está lejos de mi. Al contrario, te hará ver que vive en ti.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

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