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viernes, 27 de agosto de 2021

Domingo XXII del Tiempo Ordinario - Mc 7,1-8. 14-15. 21-23

La Palabra en el corazón

Hoy vemos que los fariseos critican a Jesús porque sus discípulos comen sin purificarse las manos. El problema no es tanto la higiene sino su impureza por no cumplir con la norma ritual. Jesús les responde parafraseando la denuncia de Isaías: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi". Lejos de Dios está todo corazón no habitado por su Palabra. Bien conocían estos fariseos la inspiración del salmista: "En mi corazón guardo tus palabras, así no pecaré contra ti" (Sl 119,11). No es que la Palabra protege del pecado como si fuera un amuleto. La Palabra como se nos dice frecuentemente en la Escritura contiene en sus entrañas la Fuerza y la Sabiduría de Dios que nos hace más fuertes y sabios que el Tentador. Los fariseos sabían esto, pero no le dieron importancia, por lo que todo quedó en los rezos de sus labios. Y… ¿Por qué no le dieron importancia? Dejemos que nos lo diga Jesús: "...Prefirieron la gloria de los hombres a la gloria de Dios" (Jn 12,43). Ahora, atención: fariseos con muchos rezos pero sin la Palabra habitando en su corazón hubo, hay y los habrá siempre. ¡Que el Señor nos convierta a todos!
P. Antonio Pavia - comunidadmariamadreapostoles.com

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