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martes, 31 de enero de 2017

Felicidades Madre María (por Mila)




En el día de tu cumpleaños Madre María,
Quiero ser siempre tu hija
para ver dónde y cómo vives,
para  que nos enseñes el camino de la verdad,
para que seamos profundamente felices por Tí...

Que me enseñes a sentir la alegría,
Que me empujes a buscar hijos para Tí,
Que me dejes mirarte a los ojos,
Quiero escuchar tu palabra para saber qué quieres de mí,
Quiero participar de la Eucaristía de tu Hijo,
Quiero rezar junto A Tí tu rosario,
Que me cambies en aquello que no soy buena,
Que me cambies mi corazón duro,
Que me cambies si estoy equivocada.

¡Felicidades Madre de Radio María!

lunes, 30 de enero de 2017

AMAR LA EUCARISTÍA-CONVERSIONES-9-Luciana Rogowicz









Nací en una familia judía: abuelos, bisabuelos... todos judíosMi abuela paterna era polaca, y vino antes de la guerra a Argentina por las malas condiciones que había allí en varios sentidos. Es el testimonio de Luciana Rogowicz, argentina, educada como judía que relata cómo la presencia de Jesucristo transformó su vida, hasta llegar al catolicismo.


  

Fui criada con valores tradicionales, familiares; y en cuanto a la religión, educada en las ideas y culto de la religión judía. Fui siempre a una escuela judía, primaria y secundaria. Todo mi entorno era judío, en el club, en la escuela, amistades…incluso siguiendo las tradiciones tales como:”el día del Perdón, el Pesajetc 
 A los 19 años conocí a quien hoy es mi marido. Él, de familia católica. Incluso su hermana es monja hoy en día. Sus padres iban a misa todos los domingos, él también. Mis padres siempre me educaron bajo la premisa tácita de que “mejor me casara con un chico judío”. Pero ellos nunca fueron cerrados, y sabían que antes de eso lo principal era el amor y que quien fuera a ser mi esposo fuese una buena persona.   Siempre charlábamos de diferentes temas: de Dios, de su Verdad, etc. Pero yo no quería entrar en el tema de JesúsEso era algo que un judío ni debía mencionar. Lo “otro”, lo “fuera de los límites”. No me lo enseñaron explícitamente en mi educación judía, pero es algo que se transmite y no sé cómo. En realidad hoy sí entiendo que es una cuestión divina, Dios no lo permite, Dios puso un velo sobre el pueblo judío y sólo va permitiendo de a poco que a algunas personas se les “caiga” este velo y puedan ver la Verdad, leer las Escrituras con un corazón abierto y sincero y encontrar allí las respuestas. En una ocasión, teníamos mi esposo y yo un largo viaje en auto y me insistió para escuchar un audio de un “judío católico. Si bien en un principio me pareció algo medio extraño e incompatible, y no me generaba ningún tipo de interés escucharlo, no quise parecer tan cerrada como para negarme, así que no me quedó otra opción que escucharlo. En este audio esta persona contaba sobre una experiencia “sobrenatural” que había tenido, una comunicación con Dios, y al cabo de un tiempo con la Virgen María. Era de un tal Roy Schoeman. Este audio que escuché ese día era solo su testimonio.. ¿Cómo llegó el Señor en ese momento? En ese mismo instante, sólo por escuchar su testimonio (donde no daba ningún tipo de argumento ni nada, sino que contaba lo que a él le pasó y cómo hoy vivía su vida como judío completo, judío que reconoce a Jesús como el Mesías y a la Iglesia como transmisora de sus ideas y doctrina), el velo “invisible” cayó de mis ojos, de mi corazón, y creí en todo en un solo instante. No entiendo bien cómo funcionó, pero es como si hubieran trasplantado en mi cerebro una parte nueva, llena de conocimiento y entendimiento. No sólo creí que Jesús era el Mesías, sino que la Iglesia era la verdadera transmisora de la verdad, la virginidad de María, la infalibilidad del Papa y todo lo que la doctrina enseña. En ese momento creí para siempre, y también tomé conciencia de “los porqué” de mi existencia. Siempre supe que tenía una misión, como todo el mundo la tiene, pero no sabía aun en qué consistía. Y en ese instante también comprendí que mi misión: debía como judía era “abrazar” esta fe y transmitirla a mi entorno, parientes, conocidos…a todos.
Esto fue hace ya ocho años y medio. ¿Y qué ocurrió desde ese momento? Si bien esa “conversión” fue instantánea en cuanto a mi vida interior, no fue tan rápida en cuanto a mi vida exterior. Con mi esposo conversamos mucho sobre el tema y comencé a investigar. Me puse en contacto con esta persona del testimonio que escuché, Roy Schoeman, y también comencé a investigar y leer argumentos racionales sobre el tema. Mientras tanto estaba mi dilema interior: si creo en esto, debo ser coherente con eso. Y Jesús no sólo dijo increíbles y sabias enseñanzas sino que también dijo las cosas que uno debe hacer: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”… El bautismo, la comunión… era demasiado todo eso para mí en ese momento. La cuestión familiar era muy difícil. ¿Qué dirá mi familia? ¿Cómo le podrá doler esto a mis padres? Y no podía llevar a cabo todo este proceso en secreto. Si mi misión es transmitirles esto, ¿cómo iba a hacerlo en secreto? Esto es solo un resumen de lo que fue pasando por mi mente en los cinco años y medio después de ese momento único. Por supuesto que también seguí con mi rutina, mi trabajo, mi hija, luego otra hija más a quien también bautizamos. Este proceso mío fue interno, conocí historias de otros judíos católicos, y leí sobre las profecías. Pero ahí quedó. No avancé sobre el tema, el temor me paralizaba. Y al mismo tiempo se comenzaba a enfriar todo esto dentro de mí. Pero el Señor no me abandonó; midió mis tiempos, esperó a que su Verdad madurara en mí. Cinco años después de este hecho, ya hoy casi tres años atrás, pasó algo increíble que transformó realmente mi vida y mi alma. Un domingo “cualquiera” acompañé a mi esposo a misa. No tenía muchas ganas de ir, pero ese día realmente no tenía ninguna excusa para no acompañarlo y realmente era más práctico ir con él, ya que luego teníamos que ir a otro lado, y de allí llegábamos directo. Así que me senté junto a él, aguardando que terminase la ceremonia, un poco distraída. Pero algo ocurrió. En el momento de la consagración y sobre todo cuando las personas se acercaban a tomar la comunión, sentí en mí un amor profundo y una unión con todas las personas que estaban tomando la comunión. Una trasformación interior que no podía comprender qué era. En ese momento fue como si el imán más potente del mundo se hubiera instalado en mi alma, un imán que se siente atraído siempre, cada día, por la Eucaristía. Yo creo, y lo sé, que Dios se hace presente allí. Desde ese día, no pasó ni un solo día que no tuviese ganas y necesidad de ir a Misa. Desde ese día mi corazón se tornó hacia Dios. Mi vida interior dio un giro inexplicable, un amor profundo diferente a todo lo que jamás sentí (y estuve y estoy rodeada de amor toda mi vida). Tras ese domingo tan especial, al otro día le pedí a mi esposo que me acompañe a misa. Él me miraba raro: “¿Un lunes? Si ya fui ayer, domingo”. Pero no le quedó otra opción que acompañar a su judía esposa a misa. ¿Cómo decir que no a semejante pedido? El martes, lo mismo… “Vamos a Misa” le dije. Y así todos los días de la semana. No podía pensar en otra cosa que no fuese la hora de ir a Misa. De que el cura levantase la hostia y dijese esas palabras para la Consagración.
 En esa etapa también tuve otras sensaciones y una conexión tan fuerte a Dios en cada momento. Era como si estuviera a mi lado, bien cerca de mi cabeza. Por momentos sentía una energía tan fuerte que solo podía llorar, llorar y llorar. No era de tristeza, ni tampoco de alegría: era como que mi alma se desbordaba de tal sensación de Dios. Sentir que todo lo que había escuchado alguna vez era verdad, que realmente Dios existía, y no solo eso, sino que se brindó por nosotros, en su totalidadY que está presente y nos conoce, me conoce y decidió no esperarme más y me sacudió y me llenó de su amor. Un amor tan grande y tan diferente a lo que conocía. Todo esto, en ese momento de mi vida, fue el impulso que necesitaba para poder llevar a cabo lo que durante años sabía que tenía que hacer: hablar con mi familia, bautizarme y tomar la comunión. Es una larga historia cómo cada cosa pasó, sus dificultades, nervios, pensamientos, tensiones. Pero en el transcurso de menos de tres meses pude hacer todo eso que por cinco años no me había animado a hacer: hablar con algunos integrantes de mi familia y luego bautizarme, tomar la comunión y la confirmación. Desde ese momento y hasta hoy (algunos días, más otros menos), cada vez que voy a una misa, al momento de la comunión mi corazón late. Aunque esté algún día más desconectada por las ocupaciones diarias de la vida, en ese momento mi corazón late como si actuara en forma independiente del resto de mi cuerpo, como si viera lo que mis ojos no ven, como si percibiera lo que mis sentidos no pueden percibir. Si no fuera por mis ocupaciones y responsabilidades, iría dos veces por día a misa para sentir esta presencia tan profunda de Dios. Recibirlo es sentir un abrazo de Él que alimenta mi alma. Una luz que se expande Aún no todo mi entorno conoce sobre esta parte de mi vida. Actualmente estoy comenzando a contar mi historia y estoy armando un blog personal, Judía y Católica, con pensamientos y escritos para personas que les interese este tema y gente que quizás sienta dudas, miedos y necesite compartirlo con alguien. De ningún modo diría que esta es una historia de conversión. La llamo una historia de “plenitud”, ya que no me convertí a otra religión. Soy judía y reconozco al verdadero Mesías del judaísmo que Dios envió, que es Jesús. Y Él transmite sus ideas, sacramentos, doctrinas, a través de la Iglesia. Por eso es que sigo al catolicismo. Esta Iglesia tiene la Eucaristía, a Dios presente, realmente presente en cada misa. Asimismo, no pierdo mis raíces, ni dejé de tener mis tradiciones. Mis hijas son judías y católicas. Van a una escuela hebrea, y también van a hacer los rituales y tomar los sacramentos católicos. Estas dos “religiones” son la perfecta comunión, plenitud, la perfecta unión. Dos piezas de un rompecabezas que encajan perfectamente y ninguna, jamás, elimina a la otra.

(Tomado del texto original de Religión en Libertad, y del Blog: Judía y Católica)

Poemas II.-LOS PIES Y LAS MANOS DE JESÚS (por Olga Alonso)


Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.

Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos.
Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
Lc 24; 28-30
 
LOS PIES Y LAS MANOS DE JESÚS


Los pies y las manos de Jesús, clavadas en la cruz son el reflejo de la voluntad de quien le llevó a la muerte.
La voluntad de sujetar contra el madero los pies que se acercaron y se acercan a tanta gente que clama, llamando a Dios.
Sus pies, que se acercaron a aquellos pescadores a los que dijo “sígueme”, sus pies que caminaros hacia la casa de Jairo y hacia la del Centurión Cornelio; sus pies caminaban entonces para estar cerca de los que sufrían y , por eso, quien le entregó a la muerte, clavó sus pies en la Cruz para que allí, quietos, traspasados por los clavos, no pudieran seguir cumpliendo la voluntad para la que fueron creados, llevar el amor de Dios hasta el dolor del hombre.
Y sus manos…..sus manos también fueron clavadas a aquel madero de muerte para que nunca más volvieran a colocar el barro sobre los ojos del ciego, para que no pudieran tocar los oídos del sordo, para que no pudieran escribir en el suelo su palabra de salvación, mientras despedía a la mujer a la que querían lapidar.
Sus manos, incapaces ya de repartir la bondad de Dios sobre los rostros de hombres y mujeres de buena voluntad que acudían a Él.
Pero Dios, nos regaló en la Cruz su victoria y, con las manos y los pies de Jesús inmóviles clavadas al madero, hizo brotar de su seno la sangre que salvó al mundo.
Superando la barrera de la muerte, nos regaló su gloria desde la misma Cruz, que parecía la muerte pero que, en realidad, era el principio de la Vida.
Y ahora, nosotros, los que hemos recibido en nuestro seno el mismo alimento que Jesucristo, la palabra de Dios, su Evangelio, entregamos al mundo esa misma gracia que recibimos.
Abrimos nuestro seno y de él brota lo que somos, lo que hacemos, lo que está destinado a llevar a los hombres hacia Dios.
Nos alimentamos del Evangelio y, entonces, Dios mismo brota de nuestro interior.
Así fue su voluntad y rezamos para no desfallecer. 
¡ Somos tan pequeños y, sin embargo Dios nos ha encomendado tan sublime tarea!
Señor, no nos abandones.
Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros,
rogando siempre y en todas mis oraciones con alegría por todos vosotros
a causa de la colaboración que habéis prestado al Evangelio, desde el primer día hasta hoy;firmementeconvencido de que, quien inició en vosotros la buena obra, la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús.
Fil 1;3-6
 

domingo, 29 de enero de 2017

Pastores Según mi corazón.- Cap XXII.- Éstos son mis predilectos


XXII.-Éstos son mis predilectos

 La opinión que tenemos de santo Tomás de Aquino es probablemente la de un gran teólogo envuelto en una montaña de pergaminos, documentos, libros, etc., lo que popularmente llamamos un ratón de biblioteca. Sin embargo, tenemos datos y motivos para apreciar en él a un gran pastor, un discípulo del Señor Jesús que supo encontrar el manantial de vida eterna que mana de las Escrituras.

Célebre es, por poner sólo un ejemplo, la exhortación que dirigió a sus hermanos dominicos dedicados en cuerpo y alma a la predicación del Evangelio, y que sirve para todos los pastores enviados por el Señor Jesús al mundo entero. Les dijo: “Anunciad lo que habéis contemplado”. El Tomás profesor, el académico, el investigador minucioso de las Escrituras, da el salto que sella la identidad de todo predicador del Evangelio. He aquí el salto: La Palabra va mucho más allá de una comprensión intelectual; la Palabra se contempla y, desde lo que nuestros ojos del alma han podido presenciar, se anuncia. Tenemos motivos fundados para creer que Tomás no habría hecho esta exhortación, tan real como profunda, si él mismo no hubiese experimentado esta contemplación.

Damos las gracias, desde la comunión de los santos que nos une, a Tomás, y nos metemos de lleno en una nueva dimensión del rostro de los pastores según el corazón de Dios. Son pastores que han cogido entre sus manos posesivas y acariciadoras la vida que habita en la Palabra, “en ella estaba la Vida” (Jn 1,4a). Una vez que la Palabra ha posado sus alas en sus manos, estos pastores son llamados a hacer una experiencia tan trascendente que podemos llamarla extramundana.

En sus manos el Evangelio se hace ver, oír, es como si Dios se dejara palpar. Ser testigo de esto es ser testigo de lo que es Dios: Todo. A partir de entonces y movidos por un impulso irresistible, también irrenunciable, la Palabra es anunciada; es tal la pasión que mueve al pastor que no tiene dónde reclinar la cabeza, dónde asentarse (Lc 9,58). Arrastrado por esta pasión, anuncia el Evangelio “a tiempo y a destiempo” (2Tm 4,2) y, parafraseando con cierta libertad a Pablo, podemos decir de él que “ya no es él quien vive, sino el Anuncio y la Fuerza del Evangelio quien vive en él” (Gá 2,20). Esta clase de pastores son continuamente vivificados, y tanto más, cuanta más vida mana de su boca (Lc 4,22).

Nos acercamos ahora al apóstol y evangelista Juan quien, con una belleza deslumbrante, -adivinamos el Manantial que corre por sus entrañas- nos habla de la Palabra desde los más diversos prismas: Vida, Comunión, Encarnación, Manifestación de Dios, Ojos que ven y contemplan, Manos que palpan, Oídos que oyen… (1Jn 1,1-3).

En unos pocos versículos, Juan –también él habla desde su experiencia y la de la Comunidad apostólica- describe las líneas maestras del crecimiento de la fe y de la comunión entre los discípulos del Señor Jesús; por supuesto, también de la misión que Él les ha confiado al llamarles con su Palabra creadora, Palabra que moldea sus corazones a imagen y semejanza del suyo.

 

Espejos del Dios vivo

El hecho asombroso es que tanto el discipulado con su pastoreo como la fe y la comunión interpersonal comparten líneas maestras. Nuevamente nos servimos de una libertad interpretativa para poner en la boca de Juan estas palabras que encontramos en los primeros versículos de la carta anteriormente citada: “Os anunciamos lo que hemos visto, oído, contemplado y palpado acerca de la Palabra de la vida, os lo anunciamos para que nuestra comunión sea fruto de Ella, la Palabra de Vida. Comunión que es también fruto de vuestra libertad: de que creáis, veáis, oigáis, palpéis y contempléis la Palabra de Vida que os anunciamos.

Esta comunión es creación de Dios; no nuestra por muchos libros que devoremos, cursillos de personalización que hagamos, así como  simposios, etc. Todo pasa menos la Palabra que por siempre permanece. “La hierba se seca, la flor se marchita, mas la Palabra de nuestro Dios permanece por siempre” (Is 40,8).

Atados unos a otros indisolublemente por el Amor que fluye del Dios vivo, la comunidad entera comparte misión, la de su Señor; son pastores en el Pastor, y corazones para el mundo desde el Corazón. Por si fuera poco, Juan, al abrir nuestro espíritu hacia lo Infinito y Eterno, al mostrarnos la comunión interpersonal como don de Dios, pone lo que podríamos llamar el broche de oro al decirnos “…y nosotros estamos en comunión con Dios” (1Jn 1,3b).

El Emmanuel, Dios con –en comunión con- nosotros, nos ha puesto en comunión con el Padre. Por eso y sólo por eso nos atrevemos a ser pastores, sus pastores, según su Corazón, tal y como fue prometido y profetizado por Dios como don suyo para los tiempos mesiánicos. Él, el Mesías, su Hijo, es quien llevó y lleva a cabo la promesa del Padre.

El apóstol Pablo, en la misma línea de Juan, nos dirá que la Vida mana del Evangelio del Señor Jesús. Así se lo hace saber con su propio y peculiar estilo a Timoteo, su compañero de fatigas en el ministerio de evangelización que comparten: “Se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Evangelio…” (2Tm 1,10).

Al hilo de lo expuesto hasta ahora, podemos afirmar que pastores según el corazón de Dios son aquellos a quienes Él se manifiesta, se revela; son hombres que predican al Dios que ven, palpan, oyen y contemplan, que todo esto es lo que significa la palabra revelar en la espiritualidad bíblica. Al revelarse así, Dios forma el corazón de sus amigos, que lo son porque le buscan. El libro de la Sabiduría, recordemos que este término comparte significado con la Palabra, lo expresa así: “Entrando –la Sabiduría- en las almas santas, forma en ellas amigos de Dios y profetas” (Sb 7,27).

 

Mis ovejas les escuchan

Damos un paso más. Nos acercamos al profeta Daniel y nos hacemos eco de su experiencia. Dios llama sus predilectos a aquellos a quienes se revela, teniendo en cuenta         -como ya hemos dicho- la enorme riqueza que tiene el verbo revelar en la Escritura. Fundamento el título dado a Daniel basándome en que Dios mismo le hace saber que es el hombre de las predilecciones, y da la razón del porqué de este elogio. “Vino y me habló. Dijo: Daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligencia. Desde el comienzo de tu súplica, una palabra se emitió y yo he venido a revelártela, porque tú eres el hombre de las predilecciones…” (Dn 9,22-23).

Tremendamente pobres y desvalidos nos quedaríamos si fijásemos esa predilección de Dios solamente en Daniel, y no la abriéramos hacia su plenitud, es decir, hacia su propio Hijo. Dios mismo testificó su predilección primeramente en su bautismo a la orilla del río Jordán. Recordemos que se abrieron los cielos y que todos los presentes pudieron escuchar la Voz: “Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mt 3,17).

De esta forma testificó Dios su predilección sobre su Hijo y volvió a hacerlo en el monte Tabor en su Transfiguración. Nuevamente resonó la Voz: “Él es mi predilecto”. Sólo que en esta ocasión el Padre muestra el camino cierto para todos los buscadores de la Verdad al añadir: “¡Escuchadle!” (Lc 9,35). Sí, escuchadle, Él es “mi y vuestra”  Palabra. ¡Escuchadle! Podríamos añadir, como fue profetizado: y vivirá vuestra alma. “Aplicad el oído y acudid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma…” (Is 55,3).

He aquí el testimonio grandioso de Dios sobre su Hijo. Escuchadle, sí, a Él que es mi Palabra. A la luz del testimonio de Dios sobre su Hijo, quiero decir algo acerca de los buscadores de Dios. De la misma forma que Él muestra nítidamente que su Hijo es el Amado, el Predilecto, el Revelador trasparente de su Misterio, del mismo modo, Él da un discernimiento, una sabiduría especial a todos los que le buscan con un corazón sincero.

Esta sabiduría y discernimiento, lleva a estos hambrientos de vida a distinguir entre pastores y pastores; entre los que hablan desde Dios revelándole por medio de la predicación, y los que hablan desde sí mismos, desde sus egos, aunque estén empapados de agua bendita, los que hablan desde la sabiduría humana, tan dejada de lado por los apóstoles como -por ejemplo- Pablo (1Co 2,4-5).
Los verdaderos buscadores de Dios distinguen entre la Voz encarnada en los pastores del Señor Jesús y las voces de los pastores hechos a la medida de la sabiduría humana. Los primeros  son reconocidos por las ovejas de Jesús; los segundos son ignorados. “Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen –ignoran- la voz de los extraños” (Jn 10,4-5).   

Hacer el bien (por Mila)


Sí, Señor intento hacer el bien a los que me rodean aunque a algunos les parezca poco o nada.
 


¿QUIEN ERES SEÑOR ? Hch 9,6 para el Evangelio del Domingo 29 de Enerode 2017


Jesús llama Bienaventurados a aquellos que consideran que su Evangelio es fiable. Considerar fiable el Evangelio del Hijo de Dios, no es cuestión de voluntarismos, que tienen corto recorrido, sino de apostar con Sabiduria. Una apuesta en la que está en juego ser pastoreados por la Muerte (Sl 49,14-15) o por Aquel de quien, como testificó Pedro, tiene palabras de Vida Eterna (Jn 6,68). Los discípulos del Señor son los nuevos anawin, aquellos que frente a las prebendas sociológicas que les ofrecian sus opresores en Babilonia a cambio de apostatar, apostaron y escogieron vivir bajo la tutela-amparo de Dios que no los defraudó jamás. Los discípulos de Jesús escojen vivir bajo la tutela-amparo de su Evangelio y podemos testificar que a lo largo de 2000 años su Buen Pastor estuvo siempre pendiente de ellos. 
www.comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 27 de enero de 2017

Todo en Tí es enseñanza (por Carmen Pérez)


"Ensalzaste tu majestaf sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos para reprimir al adversario y el rebelde."(Salmo 8).

Sacaste una alabanza Señor cuando en la cruz pediste el perdón para ellos ... y los dejaste confundidos  .se marchaban golpeándose el pecho ... así me diste a entender lo que  significa perdonar ... para mi y para el hermano...  

Señor todo en Tí es enseñanza para mí, todo lo has hecho Tú antes para que yo vea la salvación.

BENDITO SEAS

Mi bautismo (por Mila)


Señor, Dame tu Espíritu para que así no se apague en mí lo que en el día de mi bautismo me regalaste con tanta fuerza y amor: Tu Presencia. 


jueves, 26 de enero de 2017

Los “Semitismos” en la Escritura (por Tomás Cremades)


La palabra “semitismo” es muy probable que no se haya conocido bien en los lectores de la Sagrada Escritura, o incluso, en cualquier lector ajeno a ella. Expresa el 
“descarte de una intervención en el asunto de que se trate”, según la interpretación de los exégetas de la Biblia de Jerusalén; formas de expresión típica del tiempo aquel; son las mismas con que se expresa Jesús. Pero no son despectivas, son lo que ahora diríamos “modismos” del lenguaje.

¿Por qué digo ahora esta expresión? Pues porque hay veces en el Evangelio, e incluso en la Biblia, en que aparecen frases que, entendidas de forma literal, según nuestra cultura romana o helénica, pueden despistar en su contenido, o incluso, conducirnos a error de lo que se pretendía comunicar. Ahí van varios ejemplos:
En Lucas (Lc 8, 19-21), le dicen a Jesús: “Tu Madre y sus hermanos están fuera y quieren verte”.
No faltará quien, apoyándose en ello, quiera ver una Madre-María-, con varios hijos. Esta afirmación es totalmente falsa. Entre los israelitas el término “hermano” hace referencia a “pariente”. Como dice Pablo en la carta a los Corintios:”…Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, algunos de los cuales viven todavía, y otros murieron…” (Cor 15, 3-7). No hay-todos lo sabemos- ninguna madre que haya parido a quinientos hermanos.
En las bodas de Caná, cuando el vino se acabó, el texto dice exactamente“¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora” (Jn 2,1). Es ejemplo de una expresión usada por Jesús que, en nada, desprecia a María. Es un claro SEMITISMO. Al llamarle “mujer”, Jesús está dirigiéndose a toda la Humanidad; de la misma forma le llama al pie de la Cruz en (Jn 19,26), al darnos a su Madre por medio de Juan.
Esta misma expresión de “Mujer”, la emplea el libro del Apocalipsis cuando dice: “Una mujer vestida del sol” (Ap, 12,1)
E, igualmente, en el libro del Génesis (Gen 3,15-20) dice: “…Enemistad entre ti y la mujer, entre su linaje y el suyo…” 
Por tanto, el término “mujer” refiere a la Humanidad entera, y no precisamente a su Madre en exclusiva, quitando así toda acepción de desprecio.
Esta expresión: ¿Qué tengo yo contigo? Es empleada en muchas ocasiones, algunas de las cuales paso a enumerar:
En (Jueces11, 12), en las conversaciones de Jefté con los amonitas dice: “Jefté envió al rey de los amonitas mensajeros que le dijeran: “¿Qué tenemos que ver tú y yo para que vengas a atacarme en mi propio país?
En (Mt 8,29), en el Evangelio de Los endemoniados gadarenos, ante la visita de Jesús, responden: “… ¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?
Por último, en el libro 1 de los Reyes, se relata un milagro realizado por Dios a través del profeta Elías, en la persona del hijo de la viuda en cuya casa se hospedaba. El hijo ha muerto, dejando a su madre en la más completa indigencia; ya sabemos que en aquellos tiempos las viudas quedaban totalmente desamparadas a la muerte del marido; y si, además, pierde al hijo, queda definitivamente perdida de sustento y al albur de la caridad pública. Dice así:”… ¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo? (1 Reyes 17, 17-24). Si continuásemos el relato, sabríamos que Elías, en Nombre de Dios, realiza el milagro devolviendo la vida al hijo.
Conviene que, cuando vayamos a rezar con la Palabra de Dios-el santo Evangelio-, nos pongamos en sus Manos, elevando nuestro espíritu hacia Él, para que ilumine nuestra oración. El demonio sabe muy bien llenarnos de dudas. Pero Jesús, Luz del mundo, iluminará nuestros pasos, como dice el Salmo 118 en el versículo 105: “…Lámpara es tu Palabra para mis pasos, Luz en mi sendero…”
Alabado sea Jesucristo
 

miércoles, 25 de enero de 2017

El justo crecerá (por Carmen Pérez)


"El justo crecerá como una palmera. Se alzará como un cedro del Líbano"(del Salmo 91)

¿Quién es el justo?..  para mí, el que busca a Dios, ese es el que quiere ajustarse con Él.
El justo sabe que con sus fuerzas es imposible pero confia en el Señor ... que Él ponga lo que le falta .que le dé fe en las palabras de su Evangelio .... porque no me es fácil perdonar .ni amar al que no me quiere .ni desprenderme de las cosas que me atan: afectos, bienes  .... y poder seguirte Señor.
Pero confío que cerca de las corrientes de aguas de tu Evangelio llegue a crecer como ese cedro del Líbano pra poder ser medicina para los demás....QUE ASI SEA SEÑOR

lunes, 23 de enero de 2017

AMAR LA EUCARISTÍA.- HISTORIA.- CAPÍTULO 9.



CORPUS CHRISTI
La devoción a la adoración al Santísimo Sacramento fuera de la misa se fue extendiendo de tal modo que pronto se instituiría la festividad del Corpus Christi, que fue promovida por Juliana de Cornillón. Nació en Retines; Lieja, en 1.193 en el seno de una familia de ricos agricultores, pero a la edad de cinco años quedó huérfana de ambos padres lo que motivó que ingresara en la Leprosería convento de Lieja, allí se practicaba el celibato, la oración y se compartían los bienes; estudió Latín lo que le permitió leer a San Agustín, San Bernardo, cuyos sermones sobre el Cantar de los Cantares recitaba de memoria, así como a los Padres de la Iglesia. A los 14 años fue admitida en el convento.
Desde siempre tuvo una gran devoción al Santísimo Sacramento. A partir de 1.209 tuvo una serie de visiones místicas, En una de ella vio la luna resplandeciente con una mancha en el centro, lo que ella interpretó que faltaba una fiesta en el calendario litúrgico, esa debía de ser la fiesta del Santísimo Sacramento que debía de ser instituida para aumentar la fe de los fieles y para restituirle las ofensas cometidas en su contra.
De este modo dedicó todas sus energías a instituir esta festividad ayudada por la Beata Eva de Lieja. En el año 1.222 Juliana fue elegida Priora de Mont Cornillon lo que le ayudó en su labor. De este modo pudo obtener el consejo de Jean de Lausanne, canónigo de Saint Martin, Jacques Pantaleon, Archideacono de Lieja, Guy Obispo de Cambrai y futuro Papa Urbano IV y los teólogos dominicos como Hugo de Saint Cher. También comunicó sus visiones al príncipe-Obispo de Lieja Robert de Tourote. Por aquel entonces los Obispos podían establecer fiestas en sus diócesis. Así que éste, convocó a un Sínodo y estableció dicha fiesta que debía de celebrarse el jueves posterior a la festividad de la Santísima Trinidad; al mismo tiempo el Papa ordenó que un monje llamado Juan escribiera el oficio para dicha ocasión así la primera profesión del Corpus se celebró en la ciudad de Lieja en 1246.
Los burgueses de Lieja se opusieron a la celebración porque significaba un día de descanso más para la población y algunos religiosos no estaban dispuestos a asumir nuevos dispendios. Por lo que Juliana tuvo que dejar su convento y marchar de monasterio en monasterio. Murió en 1.258 en la casa de las monjas cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.
Sin embargo, más tarde un Obispo alemán tuvo conocimiento de este evento y lo extendió por Alemania y así se fue extendiendo esta fiesta.
Luego, el Papa Urbano IV, tenía en aquel tiempo la corte en Orvieto, un poco al Norte de Roma. Muy cerca de esta localidad se encuentra Bolsena, donde en 1.264 se produjo el milagro de Bolsena: un Sacerdote que celebraba la Santa Misa tuvo dudas que la consagración fuera algo real. Al momento de partir la Sagrada forma, vio salir de ella sangre de la que se fue empapando enseguida el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión a Orvieto el 19 de Junio de 1.964. Hoy se conservan los corporales donde se apoyó el cáliz y la patena que se utilizó durante la misa en Orvieto, y también se puede ver la piedra del altar en Bolsena manchada de sangre.
El Santo Padre movido por el prodigio, y a petición de varios obispos, hace que se extienda la fiesta del Corpus Christi a toda la Iglesia por medio de la Bula “Transiturus” del 8 de Septiembre de 1.264, fijándola para el Jueves después de la octava de Pentecostés y otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la Santa misa y al oficio.
Luego el Papa encargó un oficio para esta fiesta a Santo Tomás y a San Buenaventura, éste último, mientras que el Papa leía el oficio de Santo Tomás, renunció al suyo.
En la Eucaristía del 11 de Agosto de 1264, en la que el Papa estableció esta fiesta, remarcó el amor de Cristo el cual deseó permanecer físicamente con nosotros hasta el fin de los tiempos. Así el Papa manifestó: “Cristo está con nosotros en su propia substancia” porque “Cuando les dijo a los Apóstoles a la hora de ascender al cielo que Él estaría con ellos todos los días, hasta el fin del mundo” por lo tanto les confortó con la graciosas promesa que Él permanecería y estaría con ellos incluso con su presencia física.
El Papa Urbano IV comisionó a Tomás de Aquino para que compusiera la Liturgia de las Horas para la fiesta del Corpus Christi, que sería celebrada anualmente el Jueves siguiente a la Santísima Trinidad.
Aquino compuso tres himnos para la fiesta, que son los más bellos de la liturgia católica. Estos expresan la permanente fe de la Iglesia en la presencia de su fundador. También explican por qué el creyente adora a Cristo en el Santísimo Sacramento. Los tres himnos forman parte del oficio divino. Son los siguientes:
-O salutaris Hostia es un acto de adoración de Cristo el Salvador, Víctima que abrió de par en par las puertas del Cielo al hombre.
-Tantum Ergo Sacramentum, es un acto de adoración a la palabra hecha carne, donde la fe proporciona aquello que los sentidos no pueden percibir.
-Panis Angelicus, es un acto de adoración de esa cosa maravillosa que da de comer a los pobres y humildes gracias al banquete del Rey y Señor encarnado
Aquino, al igual que la Iglesia, nunca separó la Eucaristía como sacrificio, comunión y presencia. Pero, como la Iglesia, Él también se dio cuenta que sin la presencia real de Cristo no habría un sacrificio ni comunión real. Aquino asumió que Dios se hizo hombre para que pudiera ofrecerse a sí mismo en el Calvario y continua ofreciéndose Él mismo en la misa. Él se hizo hombre que pudo darse a sus discípulos en la Última Cena y continúa dándose a nosotros en la Santa Comunión. Se hizo hombre para vivir en carne y sangre en Palestina y continua viviendo ahora en la tierra como el mismo Jesús que murió y resucitó de entre los muertos y está sentado en la derecha del Padre. 

Poemas II.-LA TIERRA (por Olga Alonso)


¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya

el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador.
Jn 4; 35-36
LA TIERRA
La tierra de la que estamos hechos.
Tierra en tus manos para crearnos
Tierra bendecida por ti
Tierra santa porque tú la tomas
 
Y en ella creas a cada uno
Cada uno, único; único para ti.
Y esta tierra renacida en tus manos y convertida en un ser
Es tierra regada, tierra fértil, lugar para los frutos,
Frutos llenos de vida
 
Pero , a veces, tierra yerma
Tierra abandonada, tierra maltratada y pisoteada
Tu obra en manos del mundo y al albur de los dioses del mundo
Tierra seca, tierra agrietada y muerta
Tierra sin vida por voluntad del hombre
Tierra que tú miras y ansías hacer revivir
 
Tierra sobre la que lloras.
Tierra que recoges con tus manos
Y devuelves a los campos de donde partió: los campos de Dios
Y, en esos campos, de nuevo
Tierra fértil, tierra viva, tierra santa, de nuevo bendecida por ti.
 
…de la tierra está brotando la verdad, y del cielo se asoma la justicia.
El Señor mismo dará la felicidad, y dará sus frutos nuestra tierra.
La rectitud andará delante de él, la paz irá siguiendo sus pisadas."
Salmo 85; 12-14
 
 

Aniversario Rádio Maria


Hoy se cumplen  ¡18 AÑOS! del comienzo de las emisiones radiofónicas en España de Radio María.
En ese día, la emisora se instaló en España y comenzó su maravillosa programación. Hoy en día también se ha propagado a numerosos países.

Para muchos, Radio María es la Reina de la Radio

Nuestras FELICITACIONES y AGRADECIMIENTOS !