He podido ver a lo largo de cuanto ha ocurrido en mi vida que lo verdaderamente
importante sucedido en ella "en Su Nombre", es tener conciencia de saber esperar, porque
ÉL es el que quiere hacer en mí Su Voluntad.
Le pedí permiso al Padre Antonio para presentar el libro a la Comunidad, y
me fue concedido.
Dadas las circunstancias de no poder hacerlo personalmente, ahí va el texto:
A modo de presentación
Mi reflexión de cada mañana comporta una sensación de pureza, de limpieza
interior, de aire limpio y de estar dispuesto a servir y el corazón se me desborda.
Total que considero que empiezo bien el día,
ya no sé si al final de la jornada habré sido testimonio, o he dejado en los aires
la vibración sonora de un anhelo.
Mañana mi corazón volverá a florecer.
Manzoni escribía: “Deberíamos pensar
más en hacer el bien que en estar bien, y
al final estaríamos
también mejor”.
En definitiva estoy refiriéndome a
descubrir a Dios, porque también Dios nos necesita para moverse libremente en el espacio de nuestra
alma y de nuestra
vida.
Y mira por donde,
a raíz de
una pandemia, la situación clínica y hospitalaria nos obligó
al confinamiento.
Han sido muchas, muchísimas las ocasiones que he pensado en la triste insatisfacción
de tantas y tantas personas que desde años ha, están confinadas por la ausencia
de Dios en sus vidas.
Para todas esas personas que nunca han querido abrir la puerta de su corazón y las
que se han cerrado al amor que congela toda espiritualidad, el libro
Luces del alma desde el confinamiento, también les va a liberar de muchos miedos
y condicionamientos externos.
Han sido muchos días
recluidos y aunque una mayoría
conocíamos el camino, ha sido en la noche cuando hemos aprendido a percibir
e intuir esas
“luces del alma” que tenían que haber alumbrado con más fuerza en nuestro interior y que ahora se nos
ofrecen como un cielo abierto, porque es presencia indispensable ya que han sido pintadas en el interior de nuestro corazón.
Ambas cosas hoy son muy necesarias.
!Lo que no pase este año!
¡Qué ganas de buenas noticias!
Por ello este libro, prodigiosamente hilvanado, aspira alentar esa llama
que arde en todos y cada uno de nosotros y que nos acercará más y más a Dios.
Hay que demoler todas esas estatuas y falsos dioses que invaden nuestra sociedad y se adueñan de nuestro corazón.
Desde “Luces del alma del confinamiento” muchas personas pueden y deben buscar
el verdadero rostro divino.
Luces del alma desde el confinamiento, es la novedad donde devienen nuevos
y originales sentimientos, de resonancias evangélicas, de gracia y esperanza reclamando
nuestra atención, hacia la fuente donde emerge nuestro Redentor.
La salvación, por la Palabra, que hace latir lo humano con la palpitación
de lo divino, como un signo de fraternidad, como nosotros la hemos recibido recientemente
con esas caricias intimas y calladas de trigo limpio y en la abundancia de espigas y grano, el Señor.
Es verdad que en nuestro país se conservan, aún, muchos valores espirituales
que muestran nuestras raíces, pero también lo es, que poco a poco, nos vamos deslizando
por otros caminos, por ello es importante dar por escrito la PALABRA y es nuestra
obligación distribuirla para que sea degustada, como le agrada a Dios.
Felicito y agradezco de corazón al autor y a las personas que han colaborado
y por supuesto a los miembros de la Comunidad Bíblica María de los Apóstoles, que
vive siempre de cara al corazón, gracias por vuestra constancia, por vuestra fe
y por vuestra generosidad.
La edición de este
libro, tan humano y sencillo, ha sido un gran acierto en un momento oportuno y muy
necesario.
¡Hoy es un día de los grandes!
Ya se ha roto el silencio, y muchas miradas anuncian otra reclusión, donde
de nuevo llorará Dios y pasará un día, otro
y
otro y nosotros seguiremos
reclamando otras luminosas luces del alma, porque muchas personas continuarán ensombrecidas
y angustiadas.
¡Buscad a Dios,
acaso ignoráis que vivís sin esperanza
y que vuestro corazón os lo pide!
Lo demás…
Agradezco de corazón vuestras oraciones y reconocimientos, pero yo no he hecho
nada extraordinario, solo lo que tenía que hacer, quizá un sobre esfuerzo dada mi
situación de movilidad, pero la Comunidad se merece todo esto y más.
Yo, sigo buscando nuevas respuestas, en el prójimo más vulnerable, que me
acerquen a Dios”.
Miguel Iborra Viciana