viernes, 30 de octubre de 2020

Reflexión al Evangelio de la Fiesta de todos los Santos. (Mt 5,1-12)

En el lenguaje bíblico se llaman Bienaventurados a quienes llevan reproducida en su alma la imagen de Jesús (Rom 8,29). Nos centramos en la tercera Bienaventuranza:" los mansos”; ellos poseerán la tierra, el Reino de Dios. Jesús se refiere a los mansos por elección, no a los que por cobardía no hacen frente a quienes les ofenden pero se vengan de ellos a sus espaldas, por ejemplo difamándoles. Jesús es el Cordero Inocente  que se dejó aplastar por el mal para vencerlo. No abrió su boca ni al ser juzgado (Mt 26,59-63), ni en su crucifixión sino para decir: "Padre, perdónales, no saben lo que hacen". Jesús es el Cordero manso que se dejó aplastar por el mal, como única posibilidad de vencerlo. Entregado a Pilatos por envidia, bien lo sabía este (Mt 27,18), nos libró a todos de la opresión ineludible de la muerte. La venció y victorioso nos lo presenta el Apocalipsis: "Vi en el trono de pie a un Cordero como degollado" (Ap. 5,6). Degollado porque venía del sepulcro, pero de pie que es la postura de los vencedores. Sí, Bienaventurados los mansos porque con su audacia y sabiduría evangélica nos enseñan a todos el camino de la victoria, el de la Vida en abundancia (Jn 10,10).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

jueves, 29 de octubre de 2020

«Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo» (Lc. 11.41)

«Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo» (Lc. 11.41)

Dios quiere que no solo dé a mis hermanos de mis bienes materiales, quiere que me dé de corazón a los demás. Dando una parte de lo que tengo dentro, un poco de mi tiempo, paciencia, amistad, lealtad; siendo constante en mi entrega a los demás estoy entregando mi vida a Dios. Dar limosna de lo que tengo dentro, Dios me lo dio todo y me pide solo un poco, así quedaré limpia.

Cayta Montero

miércoles, 28 de octubre de 2020

Rayos de Luz

Todos sabíamos que vivíamos en un estilo de vida irreal e insípida; lo sabíamos pero disfrazamos nuestras frustraciones abrazándonos a la quimera de una autorrealización casi insultante, incluso escondimos nuestras carencias transcendentales bajo la alfombra de mil bullicios y pomposidades. Lo peor es que consentimos y capitulamos ante el engaño, consentimos también en adormilarnos hasta que nos alcanzó esta pandemia que de un manotazo puso en evidencia nuestra brutal indigencia. Arrancadas las caretas se hicieron visibles nuestras impotencias y desdichas y hasta nuestras debilidades mentales. Sin embargo entre las tinieblas que nos envuelven surgen rayos luminosos que nos invitan a todos a la esperanza. ¿Qué o quiénes son estos rayos luminosos? Son los discípulos de Jesús, son su Luz en el mundo (Mt 5, 13). Son los que nadando contra corriente en una sociedad satisfecha con ser nada ni nadie reflejan, sin condenar a nadie, la Vida en abundancia que les viene de Jesús (Jn 10, 10). Sufren la pandemia y sus inconvenientes y limitaciones como todos pero no sé abaten, es más son portadores de una alegría inagotable... y es que Jesús les dijo que nada ni nadie, ni siquiera esta pandemia conseguiría arrebatársela (Jn 16, 22).

P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

Salmo 92 (91), 2. 10: Es bueno dar gracias al Señor.

Salmo 92 (91), 2. 10:

Es bueno dar gracias al Señor.

Los malhechores serán dispersados.
Recuerdo un pasaje del Evangelio en el cual el Señor sana a varios leprosos y sólo uno se volvió para agradecerle. Una pena que sólo uno agradeciese la gracia recibida.
Me emociona mucho el Evangelio en el que la pecadora llora arrepentida sus pecados y derrama un perfume en los pies de Jesús y los besa. Es un gesto bellísimo de amor y de agradecimiento al Señor.
Es bueno dar gracias al Señor por todas las gracias que derrama en nuestros corazones y por todas las maravillas que hace en nuestra vida.
Este versículo me lleva al Magníficat en el cual se dice: "dispersa a los soberbios de corazón".  Señor crea en mí un corazón manso y humilde como el tuyo.

Salmo 92(91), 12:

Mis ojos despreciarán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.
Dame Señor las gracias necesarias para vencer toda tentación.
10 Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé;
11 me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé;
12 me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé.

Este versículo me lleva al salmo 117, 10 al 12:
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Ezequiel 36, 27 :
Gracias Señor. Hágase en mi tu Voluntad.

Paloma Sebastián

martes, 27 de octubre de 2020

Os infundiré mi Espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos

"Os infundiré mi Espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos" Ezequiel 36,27


¿Cuál es el camino por el cual dice el Señor que quiere que caminemos para que según sus preceptos los guardemos y cumplamos?
Jesús dijo: "Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn. 14-6), no hay otro camino, sino, Jesús y su Palabra, ÉL mismo es la Palabra. 
ÉL es la Verdad que preserva nuestros pasos del mal y sus mentiras y seducciones. "Si permanecéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" Jn.8, 31-32).
ÉL es la vida en plenitud, el alimento y la fuerza para nuestra alma: "Buscadme y viviréis" (Amós 5,4).  
"Yo he venido para que tengáis vida, y para que la tengáis en abundancia" (Jn. 10,10).
Mas Jesús, conociendo la precariedad e indefensa humana les dijo a sus discípulos:
"El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante porque sin mí no podéis hacer nada (Jn. 15,5). Pero les dijo: "Os infundiré mi Espíritu", un defensor... el único defensor... y lo hizo el día de Pentecostés: "Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas que se dividían partiéndose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse". Desde este momento el Espíritu de Jesús actúa en nosotros y nos da la fuerza necesaria para poder guardar y cumplir lo que por nuestras propias fuerzas no podemos... vivir y anunciar el santo Evangelio.

María Pilar Pérez Rodríguez

lunes, 26 de octubre de 2020

PARTIR LA PALABRA. Salmo 5

SALMO 5,8:

"PERO YO POR TU GRAN BONDAD ENTRARÉ EN TU CASA, ME POSTRARÉ ANTE TU TEMPLO SANTO CON TODA REVERENCIA".

ESTE VERSÍCULO ME LLEVA A ESTE OTRO VERSÍCULO: SALMO 122 (121), 1-2: "QUÉ ALEGRÍA CUANDO ME DIJERON VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR, YA ESTÁN PISANDO NUESTROS PIES TUS UMBRALES JERUSALÉM." 

LA IGLESIA ES MI CASA, NUESTRA CASA Y EN ELLA RECIBIMOS AL SEÑOR EN  SU PALABRA, EN LA EUCARISTÍA. EN LA IGLESIA TENEMOS A NUESTRO ALCANCE LOS SACRAMENTOS QUE EL SEÑOR NOS HA REGALADO EN SU INFINITA MISERICORDIA PARA NUESTRA SALVACIÓN.
¡QUÉ ALEGRÍA ENTRAR EN TU CASA, SEÑOR!
SOMOS PEREGRINOS HACIA LA PATRIA ETERNA Y ALLÍ TAMBIÉN NOS TIENES PREPARADA UNA MORADA JUNTO A Ti.

SALMO 5, 12- 13:

"QUE SE ALEGREN LOS QUE SE ACOGEN A TÍ CON JÚBILO ETERNO; PROTÉGELOS PARA QUE SE LLENEN DE GOZO LOS QUE AMAN TU NOMBRE".

ESTE VERSÍCULO ME LLEVA A HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5, 41, EN EL CUAL SE NOS DICE QUE LOS APÓSTOLES SALIERON CONTENTOS POR HABER MERECIDO PERSECUCIÓN  A CAUSA DEL NOMBRE DE JESÚS. 
CONCÈDENOS SEÑOR A TODOS LOS QUE NOS ACOGEMOS A TÍ ESA SANTA ALEGRÍA DE LOS DISCÍPULOS DE JESÚS.

SALMO 5, 3:

"HAZ CASO DE MIS GRITOS DE AUXILIO".

ESTE VERSÍCULO ME CONDUCE A ESE PASAJE DEL EVANGELIO EN QUE UN CIEGO GRITABA CADA VEZ MÁS FUERTE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN DE JESÚS. 

EN ESTA MAÑANA MI SÚPLICA AL SEÑOR, MI GRITO ES POR TODAS LAS PERSONAS QUE ESTÁN FUERA DEL CAMINO DE JESUCRISTO, PARA QUE LO ENCUENTREN Y SE ABRACEN A ÉL Y PARA QUE YO PERMANEZCA EN ESE MISMO CAMINO HASTA EL FINAL DE MIS DÍAS Y NADA NI NADIE ME PUEDA SEPARAR DEL AMOR DE DIOS.

Paloma

viernes, 23 de octubre de 2020

Reflexión al XXX Domingo del Tiempo Ordinario (Mt 22, 34-40)

SOLO QUIEN ESCUCHA A DIOS LLEGA A AMARLE

El Evangelio de hoy pone en nuestros oídos La Palabra por excelencia: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. No hay duda que es un pasaje que nos estremece y seduce sin embargo son tantos nuestros desvaríos internos y externos que nos viene demasiado grande. La cuestión es que la firmeza y madurez de nuestro corazón para amar a Dios incondicionalmente depende de la calidad de nuestra escucha a su Palabra. Escuchar la Palabra para aprenderla o porque no queda más remedio, “porque hay que ir a Misa ", no produce ningún enderezamiento en nuestros desvaríos y cualquier propósito de cambio de vida termina en el punto de partida de siempre. A estos quizás se les pueda decir lo que Jesús dijo a los fariseos, no para humillarlos sino para que abriesen sus oídos al Evangelio que rechazaban: “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios, vosotros no las escucháis porque no sois de Dios” (Jn. 8, 47).

P. Antonio Pavía

Les das a beber del torrente de tus delicias

"Les das a beber del torrente de tus delicias, porque en ti está la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz".  (Sal 35,9-10)

¿Cuál es ese torrente en el que se encuentran las delicias del Señor?

Ese torrente son las Sagradas Escrituras, especialmente el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Las Palabras que manan de dicho torrente son Espíritu y son Vida como dice en Juan 6,63. Y como dice en Juan1,9: "Jesús es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre". La Luz de Jesús se refleja en el Evangelio del cual estamos llamados a beber y a dejarnos iluminar para poder irradiar la gloria del Señor. Jesús es "el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte", tal y como se expresa en el Benedictus. Jesús ilumíname, ilumínanos. Haz que guarde tu Palabra. "El que me ama guardará mi Palabra y vendremos a él y haremos morada en él". Ese es mi deseo que Tú mi Dios, Santísima Trinidad, mores en mí y me sacie de tu Amor.

Paloma Sebastián

jueves, 22 de octubre de 2020

Me llamó por mi nombre

Me llamó por mi nombre

Aquí estoy Señor, le dije y le digo
Todos somos llamados por nuestro nombre a través del Bautismo
Estuve y estoy feliz por aquella llamada. En mi caso me afecta de modo particular: la palabra “llamada”, “vocación”.  La vida cristiana comienza con una llamada y queda siempre una respuesta, hasta el final. Y esto tanto en la dimensión del creer como en la del actuar
Me llamó por mi nombre, para encontrar a ellos. Humildad, por tanto, no es una palabra cualquiera, una como modestia, algo... sino que es una palabra cristológica. Imitar al Dios que desciende hasta mí, que es tan grande que se hace mi amigo, sufre por mí, ha muerto por mí. Esta es la humildad que hay que aprender, la humildad de Dios. Quiere decir que debemos vernos siempre en la luz de Dios; así, al mismo tiempo, podemos conocer la grandeza de ser una persona amada por Dios, pero también nuestra pequeñez, nuestra pobreza, y así comportarnos justamente, no como amos, sino como siervos. Como dice san Pablo: “No pretendemos imponer nuestro dominio sobre vuestra fe, lo que queremos es aumentar vuestro gozo" (2Cor 1,24)
Queridos hermanos de la Comunidad os aconsejo que os miréis a vosotros mismos a través de los ojos de Dios

Miguel Iborra

miércoles, 21 de octubre de 2020

Jamás se oyó decir

Jamás se oyó decir

"Jamás se oyó ni se escuchó, ni ojo vio, a un Dios que hiciese tanto por quien espera en Él" (Is. 64,3) 

Nos adentramos en este pasaje de Isaías a la luz de la experiencia de Pedro en la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28.) Jesús le llevo junto con Juan y Santiago al monte Tabor y se transfiguró ante ellos. Pedro, nos centramos en él, se quedó tan estremecedoramente  impactado ante la visión de Jesús resplandeciente que, olvidándose de todo solo acertó a decir: ¡Señor qué bueno, qué maravilloso es estar aquí contigo! ¡haremos tres tiendas!

Para Pedro y para cualquier hombre, limitados como somos en nuestras aspiraciones, esto ya es más que suficiente, no así para Jesús. Recordemos lo que pidió al Padre para sus discípulos la noche en que fue entregado por Judas: "Quiero que mis discípulos estén conmigo y contemplen mi gloria" (Jn 17,24) Contemplar es un verbo que tiene matices riquísimos en la Espiritualidad de la Palabra, en este sentido Jesús, que sabe que tras su muerte volverá resucitado al Padre, le está pidiendo que sus discípulos resuciten también y contemplen-participen de su Gloria, es decir, de su Transfiguración. Es por estas palabras de Jesús por las que Pablo nos dijo que Jesús "transfigurará nuestro cuerpo corruptible y llegará a ser glorioso como el suyo" (Flp. 3,21).

Recordemos el texto de Isaías "Jamás se oyó decir...". Pedro da fe de ello, pidió ver a Jesús Transfigurado desde la distancia, y el proyecto de Jesús sobre él y sobre ti era y es ¡Transfigurarle! ¡A Él y a ti! 


P. Antonio Pavía

"Velando medito en Ti"

"Velando medito en Ti".

Jesús en el Evangelio, en Mateo 26, 41, nos dice: "Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil".
¡Qué necesario es para el alma velar y orar meditando la Palabra de Dios! Ya que de Ella sacamos la Fortaleza y Sabiduría de Dios para no caer en la tentación. 
Los apóstoles no fueron capaces de orar y velar una hora junto al Señor en el Huerto de los olivos, se quedaron dormidos. Tenemos que estar despiertos para combatir a nuestro enemigo el diablo. En 1Pedro 5, 8 se nos dice: "Sed sobrios y velad porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar".
Velando y orando dejamos desarmado al demonio.

Paloma

martes, 20 de octubre de 2020

Por la mañana te expongo mi causa, y me quedo aguardando (Sal 5)

....por la mañana te expongo mi causa,

y me quedo aguardando. Y me pregunto, ¿sabemos esperar a Dios? ¿sabemos crecer en esa espera?. La espera es parte de esa escuela que nos convierte en discípulos porque nos dice a nosotros mismos y a Dios que, de verdad aceptamos su voluntad y entramos en su tiempo. La espera en Dios siempre tiene respuesta, como la tuvo para el anciano Simeón (Lc 2, 29), "Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz", y esa respuesta, aunque tarde según nuestro tiempo, viene acompañada de confianza y, por tanto de abandonarnos a la voluntad de  Dios como lo hicieron Abraham, Isaac, Jacob, Job, Jeremías... Cuánto nos cuesta esperar sin saber qué tendrá preparado para nosotros nuestro Señor y, sin embargo, sólo se puede crecer así, confiando, esperando, muriendo a nuestro tiempo, a nuestros planes, a nuestra propia desesperación y naciendo de nuevo al tiempo de Dios con un corazón paciente y entregado a su voluntad (Isaías 55:8). "Mis planes no son vuestros planes, mis caminos no son vuestros caminos". Esperar para crecer y hacerlo bajo sus alas, como esperó María a que se cumpliera la promesa que Dios le había dado a través del Ángel.  La esperanza de María fue como la esperanza de Abraham, de quien San Pablo dijo: “Esperó contra toda esperanza” (Rm.4,18).

Olga Alonso

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LUCES DEL ALMA DESDE EL CONFINAMIENTO”.A LA COMUNIDAD BIBLICA MARIA MADRE DE LOS APOSTOLES.

He podido ver a lo largo de cuanto ha ocurrido en mi vida que lo verdaderamente importante sucedido en ella "en Su Nombre", es tener conciencia de saber esperar, porque ÉL es el que quiere hacer en mí Su Voluntad.
Le pedí permiso al Padre Antonio para presentar el libro a la Comunidad, y me fue concedido.


Dadas las circunstancias de no poder hacerlo personalmente, ahí va el texto:
 
A modo de presentación
Mi reflexión de cada mañana comporta una sensación de pureza, de limpieza interior, de aire limpio y de estar dispuesto a servir y el corazón se me desborda. Total que  considero que empiezo bien el día, ya no sé si al final de la jornada habré sido testimonio, o he dejado en los aires la vibración sonora de un anhelo.
Mañana mi corazón volverá a florecer.
Manzoni escribía: “Deberíamos pensar más en hacer el  bien  que  en  estar  bien,  y  al  final  estaríamos también mejor”.
En definitiva  estoy refiriéndome a descubrir a Dios, porque también Dios nos necesita para moverse libremente  en  el  espacio  de  nuestra  alma  y  de nuestra vida.
Y  mira  por  donde,  a  raíz  de  una  pandemia,  la situación clínica y hospitalaria nos obligó al confinamiento.
Han sido muchas, muchísimas las ocasiones que he pensado en la triste insatisfacción de tantas y tantas personas que desde años ha, están confinadas por la ausencia de Dios en sus vidas.
Para todas esas  personas  que nunca  han querido abrir la puerta de su corazón y las que se han cerrado al  amor  que  congela  toda  espiritualidad,  el  libro Luces del alma desde el confinamiento, también les va a liberar de muchos miedos y condicionamientos externos.
Han  sido  muchos  días  recluidos  y  aunque   una mayoría  conocíamos el camino, ha sido en la noche cuando   hemos  aprendido  a  percibir  e  intuir  esas “luces del alma” que tenían que haber alumbrado con más fuerza  en nuestro interior y que ahora  se  nos ofrecen como un cielo abierto, porque es presencia indispensable ya que han  sido pintadas en el interior de nuestro corazón. Ambas cosas hoy son muy necesarias.
!Lo que no pase este año!
¡Qué ganas de buenas noticias!
Por ello este libro, prodigiosamente hilvanado, aspira alentar esa llama que arde en todos y cada uno de nosotros  y que nos acercará más y más a Dios.
Hay que demoler todas esas estatuas y falsos dioses que  invaden  nuestra  sociedad  y  se  adueñan  de nuestro corazón.
Desde “Luces del alma del confinamiento” muchas personas pueden y deben buscar el verdadero rostro divino.
Luces del alma desde el confinamiento, es la novedad donde devienen nuevos y originales sentimientos, de resonancias evangélicas, de gracia y esperanza reclamando nuestra atención, hacia la fuente donde emerge nuestro Redentor.
La salvación, por la Palabra, que hace latir lo humano con la palpitación de lo divino, como un signo de fraternidad, como nosotros la hemos recibido recientemente con esas caricias intimas y calladas de trigo limpio y en la  abundancia de espigas y grano, el Señor.
Es verdad que en nuestro país se conservan, aún, muchos valores espirituales que muestran nuestras raíces, pero también lo es, que poco a poco, nos vamos deslizando por otros caminos, por ello es importante dar por escrito la PALABRA y es nuestra obligación distribuirla para que sea degustada, como le agrada a Dios.
Felicito y agradezco de corazón al autor y a las personas que han colaborado y por supuesto a los miembros de la Comunidad Bíblica María de los Apóstoles, que vive siempre de cara al corazón, gracias por vuestra constancia, por vuestra fe y por vuestra generosidad.
La edición de este libro, tan humano y sencillo, ha sido un gran acierto en un momento oportuno y muy necesario.
¡Hoy es un día de los grandes!
Ya se ha roto el silencio, y muchas miradas anuncian otra reclusión, donde de nuevo llorará Dios y pasará un   día,   otro      y   otro   y   nosotros   seguiremos reclamando otras luminosas luces del alma, porque muchas personas continuarán ensombrecidas y angustiadas.
¡Buscad  a  Dios,  acaso ignoráis que  vivís sin esperanza y que vuestro corazón os lo pide!
Lo demás…
Agradezco de corazón vuestras oraciones y reconocimientos, pero yo no he hecho nada extraordinario, solo lo que tenía que hacer, quizá un sobre esfuerzo dada mi situación de movilidad, pero la Comunidad se merece todo esto y más.
Yo, sigo buscando nuevas respuestas, en el prójimo más vulnerable, que me acerquen a Dios”.
Miguel Iborra Viciana

lunes, 19 de octubre de 2020

Levanto mi alma hacia Ti

Levanto mi alma hacia Ti

"Alegra el alma de tu siervo pues la levantó hacia ti" 


Bienaventurado aquél que en un mundo en el que "donde las dan las toman" se deja levantar por el Señor sometiendo así toda rencilla y venganza que  alimentamos en nuestro corazón y que llegan a ser cadenas pesadísimas que nos arrastran al polvo. Por el contrario Jesús, Camino, Verdad y Vida nos atrae y conduce a la Fuente de la Vida que es el Padre. Es cierto que vivimos, siempre ha sido así, en una sociedad violenta. El ansia de tener, de dominar o burlarse del que no piensa como nosotros nos mueve a desencuentros que provocan malestares profundos y enemistades que no son en absoluto evangélicas por mucho que la Mentira que habita en ti pretenda justificarlas.
¿Y, cómo volar por encima de esta condición tan rastrera que a todos nos alcanza? ¡Con las alas del Evangelio! Sí, solo el Evangelio de Jesús engendra en el hombre esa Libertad, SÍ, con mayúscula, que nos permite decir con el salmista: "Tu paz rescata mi alma" (Sal. 55,19) El salmista profetizó la paz que solo Jesús nos puede dar (Jn 14,27)
P. Antonio Pavía. comunidadmariamadreapostoles.com


Pero a mí me das la fuerza de un búfalo

Del Salmo 91

Pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
Mis oídos escucharán su derrota.

El primero que derrotó a nuestro enemigo fue el Señor cuando en el desierto desprecio todo lo que Satanás le ofrecía, y nos dio a todos el aceite nuevo, el Evangelio, para poder nosotros también derrotar a nuestro enemigo. Ya no puede engañarnos. Y creceremos como un cedro frondoso en la casa del Señor, el cedro frondoso es para dar cobijo a nuestros hermanos y que todos sean capaces de derrotar a nuestro enemigo. 

El Evangelio es la fuerza que tenemos nosotros los débiles.

ÉSTE ES NUESTRO DIOS

Carmen Caleyo

sábado, 17 de octubre de 2020

QUÉ FRUTOS TE GUSTARÍA OFRECER A DIOS

QUÉ FRUTOS TE GUSTARÍA OFRECER A DIOS Y CÓMO PODRÍAS ALCANZARLO?
Sinceramente no sabia qué contestar,  pero ante mi impotencia y con mucha fe, he invocado al Espíritu Santo pidiéndole ayuda recordando las palabras que dijo Jesús,  algo así como "no tengáis miedo de hablar porque yo pondré mis palabras en tu boca". señor,  yo no podría ofrecerte nada si antes no lo he recibido de ti; tú dijiste "Sin mí no podéis hacer nada".  Pues para saber qué frutos me gustaría ofrecer al Señor primero tengo que escucharle para descubrir lo que le gustaría a El, qué le agradaría más. Pues dice el Evangelio que si "el grano de trigo no cae en tierra y muere, no puede dar fruto".  Ese proceso no gusta, nadie lo quiere porque es doloroso; sin embargo, el Salmo dice que "Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares"  "al ir iba llorando llevando las semillas",  o sea, está conlleva la responsabilidad,  el compromiso y el peso de trabajar por el anuncio del Reino que es la evangelización,  ser grano de trigo triturado, enterrado hasta morir por Él.  Pero también dice que "al volver,  vuelven cantando trayendo sus gavillas",  la cosecha, el fruto recogido de tantos nuevos discípulos rescatados para Dios y para su Gloria.  Esto es de su agrado.Dar la vida por el Evangelio es doloroso porque implica morir, hay una muerte al "hombre viejo" que da paso al "hombre nuevo" rebosante de vida y hay un cambio de vivir para mis instintos, al de vivir para la voluntad del Señor. El "hombre viejo" cae en tierra y muere para dar a luz al "hombre nuevo" en plenitud.Cristo fue el grano de trigo por excelencia enterrado y muerto en Cruz por Amor. "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos". Este árbol,  en sus discípulos jamás ha dejado de dar fruto y continuará siempre, porque el cuerpo de Jesús fue el primer y mejor fruto que colgó del madero del Árbol de la Vida...y en él venció la muerte. Esa es nuestra recompensa.  "Mirad, viene con Él su salario y su recompensa lo precede". Ayúdame Señor a ser grano de trigo, a morir a mis perversidades,  a no ser arrastrada por el torrente corrompido del mundo sin Dios.Llego a la conclusión de que el don que me gustaría ofrecerle al Señor, es el del discipulado,  para dejarle entrar en mi alma y juntos partir la Palabra en la intimidad,  en la Oración,  solos Tú y yo, como un amigo habla con su mejor amigo. Y si llegase a dar frutos ofrecertelos a Ti. "Con esto recibe Gloria mi Padre, con que deis fruto abundante"Quiero contagiarme Señor de tu Sabiduria, para que por este don crezcan en mi todos los demás frutos para poderte ofrecer.....es la única manera que encuentro para conseguirlo...Qué siempre permanezca unida s Ti íntimamente con mi lámpara encendida, como las "Vírgenes prudentes que tuvieron la sabiduria de tener sus alcucias llenas de aceite,  porque saben que su Señor es lo más importante, el primero en sus vidas y siempre están preparadas para el encuentro con el Señor,  cuidando la vida de Gracia que es la Palabra, la Oración y los Sacramentos.¡ALABADO SEA DIOS!Mari Pili

jueves, 15 de octubre de 2020

Reflexión al Evangelio del Domingo XXIX del Tiempo Ordinario (Mt. 22, 15-21)


¿A QUIÉN PERTENECES?

Unos judíos provocan a Jesús sobre si hay que pagar tributo a Roma o no. Si dice que sí, aprueba el dominio de Roma sobre Israel; si responde que no sería, ante los ojos de los romanos, un alborotador.

  Jesús pasa de la maldad de estos hombres y la aprovecha para darnos a todos una catequesis magistral. Toma una moneda y les pregunta: ¿De quién es esta imagen y está inscripción? Del César responden; les dice entonces: al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios.

 Al hilo de estas respuestas surge esta pregunta: ¿Y tú a quien perteneces? ¿Al príncipe de este mundo con su imagen de muerte?  (Jn, 14, 30-31). ¿O a Dios? cuya imagen es VIDA. Jesús, al hablar de imagen e inscripción, se refiere a una pertenencia a Dios, en la línea de su Catequesis sobre el Buen Pastor, que es Él en la que nos dice que llama a cada de sus ovejas por su nombre. (Jn. 10, 3) Nos llama por nuestro nombre diciéndonos: “He dado mi vida por ti yo, tu Buen Pastor, te llevaré a mi Padre que es también tu Padre”.

 Jesús nos dice hoy, día mundial de las Misiones, que hay millones de ovejas que están esperando que alguien les dé a conocer a su Buen Pastor, y como dice San Pablo: ¿Cómo lo van a conocer si nosotros no se lo anunciamos?

P. Antonio Pavía. comunidadmariamadreapostoles.com


miércoles, 14 de octubre de 2020

Luces del alma, desde el confinamiento

“Sapit qui Deum sapit”. Sabe el que conoce o saborea a Dios.

Largo ha sido el camino del confinamiento y no todos hemos percibido e intuido esas “luces del alma” que llamaban insistentemente a nuestro interior con fuerza sacra y glorificada.
Para las personas de esperanza tranquilizadora y optimista, que anhelamos reavivar esa llama que arde y anticipa nuestra capacidad de cercanía hacia Dios, que es ternura, cuando somos frágiles y fuertes a la vez y que siempre nos ha nutrido y guiado.
Os presento y recomiendo este libro del Misionero Comboniano P. Antonio Pavía, escrito en los meses más agudos de la pandemia, que a consecuencia de su patología adquirida en sus años en Ecuador, su confinamiento ha sido y es especialmente rígido.
Conozco a Antonio hace años e intuyo algo de los recovecos de su alma por lo que puedo decir que este libro rezuma la Espiritualidad de la Palabra, al igual que la treintena de libros publicados en España.
Este experto para convertir en alimento espiritual, la sabiduría acumulada por la Palabra contemplada,  como diría santo Domingo de Guzmán, nos ofrece un cielo abierto porque la presencia de las “Luces del Alma desde el confinamiento” ya ha sido tatuada con entusiasmo en nuestros corazones.
La colaboración, la sencillez y sabiduría de Olga y Loles, se han convertido en emocionadas palabras poéticas, que tanto le agradan a Dios.
Laus Deo.
Miguel Iborra Viciana

martes, 13 de octubre de 2020

El que anda a oscuras y carece de claridad, confíe en el nombre de Yavhe, que se apoye en su Dios"( Is 50, 10b)

"El que anda a oscuras y carece de claridad, confíe en el nombre de Yavhe, que se apoye en su Dios"( Is 50, 10b)

Dios nos invita por medio del profeta Isaías a confiar en su Nombre, es decir a apoyarnos en Él. La invitación es bellísima y la acogemos a la luz del Espíritu Santo pues sino corremos el riesgo de invocar el nombre del Señor en la adversidad.  Solo con la boca y no con el corazón (Mt. 15, 8) Invocar el nombre del Señor implica que está con nosotros en toda prueba ayudándonos pues su honor, el honor de su nombre está en juego (Sal. 23, 3) es por eso que nunca te dejará solo ante el mal que te acosa. En definitiva el compromiso de Dios con aquel que pone en Él su confianza es infalible. Ahora hemos de ver si nosotros somos honestos cuando invocamos el nombre del Señor, es decir cuando nos ponemos bajo su protección. Por ejemplo si una persona te hace mal, sea el daño que sea, tienes dos opciones: tomarte la justicia por tu mano o confiar en que El Señor, por el honor de su Nombre, te haga justicia. Si dejas que sea Dios quien te haga justicia un día podrás testificar como el Salmista lo que Dios ha hecho por ti ( Sal. 66, 16)

P. Antonio Pavía. comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 9 de octubre de 2020

Reflexión al Evangelio del Domingo 28 T. Ord (Mt. 22,1-14)

Reflexión al Evangelio del Domingo 28 T. Ord (Mt. 22,1-14)

Muy real y actual está parábola de Jesús. Nos centramos en la primera parte. Un rey celebra la boda de su hijo y cursa la invitación a sus más allegados. Para su sorpresa, estos la rechazan aduciendo las más variadas excusas. En realidad la verdadera razón por la que estos, aparentemente allegados, declinan la invitación es que "sus cosas" son más importantes que "las cosas del rey", aunque esta vez se trate de la boda de su hijo. Esta parábola revestida con el típico estilo literario oriental nos alcanza de lleno. Nuestra adhesión al Hijo de Dios no es cuestión de palabras y más palabras por muy rimbombantes que sean. Tu adhesión a Jesús se mide según la prioridad que das en tu corazón a las cosas de Dios frente a las tuyas. Las cosas de Dios tienen un nombre: El Santo Evangelio. En fondo del Manantial de aguas vivas, que es el Evangelio de Jesús, se encuentran "sus cosas" que son perlas preciosas como la que encontró aquel buscador del que nos habla Jesús (Mt. 13, 45-46). Perlas que sólo son perceptibles para quienes buscan a Dios con todo su corazón. A estos Jesús les llama: “Pobres de espíritu”, pequeños ante los demás pero inmensamente grandes a sus ojos.
Una última cosa... en el lenguaje del Evangelio, pequeño es sinónimo de discípulo... de Jesús.
P. Antonio Pavía. comunidadmariamadreapostoles.com

jueves, 8 de octubre de 2020

Venid conmigo...

"Jesús dijo a Pedro y a Andrés, venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de hombres" ( Mc. 1, 17)

Se suele alabar la generosidad de los dos Apóstoles por su disponibilidad ante la llamada de Jesús, que es verdad, pero lo que hemos de resaltar, y esto vale para todo aquel llamado al Discipulado, es que el Generoso por antonomasia es Jesús al llamarles. Fijémonos que les dice: "Yo os haré llegar a ser..." Tengamos en cuenta que el verbo hacer es el utilizado por el autor del libro del Génesis al narrarnos la creación del mundo por parte de Dios y que no pocas veces los profetas llaman a Yavhé, nuestro Hacedor, por ejemplo (Is. 54, 5) En fin, que es Jesús quien se compromete con Pedro, Andrés... con todos para crear nosotros el Discipulado. Todo aquel que, consciente de su debilidad, confía en que Jesús culminará su obra en él, que es llegar a ser su discípulo, al constatar que la Fuerza y la Gracia que fluye del Evangelio moldean su ser de forma que ya no es siervo del Señor sino amigo (Jn. 15, 15), puede apropiarse de la confesión de fe del Salmista y proclamar : "Señor, tu promesa supera tu fama..." (Sal. 138, 2). ¡Si, Dios mío! Has hecho en mi lo que jamás hubiese podido imaginar. Y en su crecimiento le pide como el Salmista: que culmine el Discipulado en él: "Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos" (Sal. 138, 8). Con el salmista decimos todos. ¡Señor, ya sé que no hay cima mayor en este mundo que llegar a ser tu Discípulo! Tu qué me llamaste, culmina en mi tu obra por excelencia.

P. Antonio Pavia. comunidadmariamadreapostoles.com


martes, 6 de octubre de 2020

Mis culpas sobrepasan mi cabeza, son un peso superior a mis fuerzas

"Mis culpas sobrepasan mi cabeza, son un peso superior a mis fuerzas" (Salmo 38,7)


Podemos ignorar, pasar de nuestros pecados, pero estos no nos ignoran a nosotros. Por supuesto que puedes justificarte aduciendo razones de la más variada índole, pero ahí siguen, por eso lo sensato sería dejar que sea el Señor quien te justifique. En la Biblia, ser justificado significa ser declarado inocente y para esto vino Jesús al mundo, para declárate inocente como al publicano que entró en el Templo a rezar. (Lc. 10,9-14). Hemos leído el lamento del salmista: "¡Mis culpas son enormes, no puedo cargar con ellas, me aplastan!" Tengamos entonces presente como presentó Juan Bautista a Jesús, ante la muchedumbre que cargada de culpas se había congregado a orillas del río Jordán: "Ahí le tenéis, El es el Cordero de Dios que carga con el pecado del mundo" (Jn. 1,29) ¿Cuándo seremos lo suficientemente sabios como para descargar nuestros pecados, nuestras culpas en Jesús, el que nos justifica, el que nos declara inocentes ante el Padre...? Si, por imposible que parezca, así es como nos ama Dios


P. Antonio Pavía comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 2 de octubre de 2020

SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE, NO PUEDE DAR FRUTO


" SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE, NO PUEDE DAR FRUTO "

Para poder dar frutos tengo que estar muy unida a la Vid, es decir, a Jesucristo, porque separada de Él , no puedo hacer nada. Y estando unida a la Vid, al Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, podré derrotar al egoísmo y así fructificará el Amor. " Aspirad a los carismas mayores ". " El mayor de los dones es la Caridad ". Para morir al egoísmo y poder dar el fruto del Amor es necesario tener muy vivo al Señor en mi corazón, y eso sólo se puede conseguir teniendo una relación diaria de amor con Él, mediante la oración y escuchando y meditando la Palabra de Dios. " Si alguien escucha mi voz y  abre la puerta , entraré en su casa y cenaré con Él y Él conmigo". Es por medio de la oración que el Señor va transformando mi corazón y capacitándolo para dar los frutos del Espíritu Santo. 
La Palabra de Dios limpia mi corazón . " Vosotros ya estáis limpios gracias a la Palabra que habéis escuchado ". Para que yo pueda dar frutos necesito orar , meditar la Palabra de Dios, ser paciente, perseverante y no perder nunca la esperanza en el Señor. " Mi alma espera en el Señor, espera en su Palabra " . Este versículo me lleva al anciano Simeón , el cual fue perseverante en acudir todos los días al Templo y con paciencia esperaba que se cumpliese la Promesa que se le había hecho. Al fin, el anciano Simeón pudo abrazar a Jesús. " Ahora puedo por fin descansar en paz porque han visto mis ojos al Salvador". Alcanzó a abrazar a Jesús porque perseveró , fue paciente y creyó en la Promesa del Espíritu Santo. 
Deseo amar como Tú, Jesús y por eso clamo a Tí y te ruego que me enseñes a amar y me llenes de tu Sabiduría y Fortaleza para morir como el grano de trigo y poder dar fruto. Me dices : " Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis , llamad y se os abrirá " y tu derramas tu Espíritu Santo en mí y haces que sea capaz de amar  " Yo derramaré mi Espíritu Santo y haré que guardéis mis mandatos". Y como a Pedro me preguntas si te amo y yo te respondo: Tú, sabes que te quiero. Y me dices : " Apacienta mis ovejas", acércalas a mi Santo Evangelio para que yo las pueda alimentar . " Id anunciad el Evangelio".

" Este es mi Mandamiento , que os améis unos a otros como yo os he amado . " Nadie tiene mayor amor que el que da la Vida por sus amigos ". Jesús dió la vida por mí y me pide que yo ame como Él , dando la vida por mi pŕojimo, muriendo a mí misma, al ego , vaciándome de mí y llenándome de Dios.
" No sois vosotros los que me habéis elegido , soy Yo quien os ha elegido y os he  destinado para que vayáis y déis fruto y vuestro fruto permanezca, de modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre , os lo dé " . Así que , Padre Dios, te pido que en tu Nombre pueda dar frutos. Y Tú me dices: " El que permanece en Mí y Yo en él, ése da fruto abundante". Por tanto, si permanezo en Dios y Dios en mí , puedo dar fruto abundante.

GLORIA AL PADRE, GLORIA AL HIJO, GLORIA AL ESPÍRITU SANTO. 

P S

Marta, Marta andas inquieta y preocupada con muchas cosas;solo una es necesaria

Escuela de la Palabra.

Señor escucho Tu voz que como una suave brisa llega a mi encuentro, impregnando mi alma con Tu dulce aliento, y te oigo decir " No tengas miedo ,las cosas del mundo son del mundo, demasiado ruido, demasiadas voces, demasiadas distracciones "Marta, Marta andas inquieta y preocupada con muchas cosas;solo una es necesaria " Lucas 41.
Dejar todo en Tus manos ,cumplir Tu voluntad,escuchar Tu Palabra que recobra  de vida mi alma. No hay descanso más seguro, ni morada más alta que ascender hasta Tu monte Santo donde me aguardas. oh! Rey mío déjame volar hasta la cumbre más alta, déjame ser solo en Ti.
Vuela alma mía, vuela alto donde nada ni nadie pueda quitarme la mejor parte, oh! Bendita dulzura de mi vida déjame ser en ti.

Loles

Reflexión al Evangelio del XXVII Domingo del Tiempo Ordinario. (Mt 21,33-43) 4-10-2020

JESUS NUESTRA ROCA ANGULAR

Se debería suponer que Israel, que lleva el título de "Viña de Yahvé" y ,testigo de tantas maravillas hechas por Él a su favor, tendría que, rendido incondicionalmente ante tanto amor, producir abundantes frutos de Verdad, Paz, y Misericordia...etc . 
No fue así y es que la ponzoña del pecado original, que a todos nos alcanza, no contenta con no dar fruto, dicen ¡Basta de ser la Viña de Yavhe, la viña es nuestra".... "no hay Dios que nos pida cuentas" (Sl 72,11) y cuando Jesús pregunta por los frutos, se lo quitan de enmedio. Jesús les recuerda : "La piedra rechazada por los arquitectos es la piedra angular" (Sl 118,22). Una pregunta: ¿Donde vamos sin esta Piedra Angular cuando el viento de la existencia se nos vuelve en contra?  Nos derrumbamos hacia la arena. Sin embargo el que se apoya en Jesús, Piedra y Roca Angular, permanece en pie y desafiante a cualquier viento contrario (Mt 7,24-27).

P. Antonio Pavía-Misionero Componían
comunidadmariamadreapostoles.com