"Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo". Ap.3-20
¿Qué frutos te gustaría ofrecer a Dios?
El fruto que deseo ofrecer a Dios es el de la santidad, ya que Jesús dice en Mt. 6-9 "santificado sea tu Nombre;" y Jesús mismo me enseña que la única manera de santificar el nombre de Dios es dando Frutos como lo dice en Jn 15:8 "Mi Padre es glorificado si dais mucho fruto y sois mis discípulos" al formar yo parte del Cuerpo Místico de Cristo soy esencia del mismo Cristo, por eso debo pedir al Padre mismo que me Glorifique para que yo pueda glorificarle a Él "Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti."Jn 17;1………………………………………………………………………………….
y como podría alcanzarlo.
Cómo puedo alcanzar la santidad, Jesús me dice:
"Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho. Seguid unidos a mí, que yo lo seguiré estando con vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid, así tampoco vosotros si no estáis unidos a mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo en él, da mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada."Jn 15;3-5
Primero que nada, lo que pido a Dios es que me dé un perfecto conocimiento de mí misma, que me abra los ojos a mi realidad como se la abrió al ciego del evangelio: "Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con barro los ojos del ciego Jn 5-6;9. Aquí yo veo la acción creadora de Dios Padre, en su infinita misericordia crea unos ojos nuevos al ciego, como en la creación cuando creó al primer hombre, lo hizo de barro, Gn 2;7 pero aquí hay algo más poderoso y es su saliva, su Espíritu Santo, la saliva es parte fundamental de la palabra, sin la saliva no se puede hablar, y a través del Espíritu Santo el Padre transmite la palabra a este ciego de nacimiento que soy yo, solo reconociéndome como tierra, que solo la Santísima Trinidad es Dios y solo Él está en el Cielo( Mt. 6;9) y es Luz yo puedo ver a través de su misma Luz. Algo indispensable aquí es la obediencia, Jesús manda al ciego a lavarse “y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo” Jn 9;7 La obediencia a Dios hizo que el ciego vea y ya viendo vuelva a Dios. Me llama a obedecer. Pero también estoy sorda por eso necesito que Jesús me abra los oídos y desate mi lengua. "Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!» Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente." Mc 7; 32-35
Jesús me impresionas, me llevas a parte quieres estar en intimidad conmigo y oras al Padre por mí, más que orar suplicas al Padre por mí (Sal 130;2). Y, «levantando los ojos al cielo, dio un gemido Mr 7-33» Gimes por mí para que el Padre cree en mí unos oídos nuevos. Señor que se desate mi lengua para que yo pueda alabarte “Señor ábreme los labios y mi boca proclamará tu alabanza” Sal 51,15.
Al abrirme los oídos Jesús pone sus palabras en mi boca, en mí corazón y esto es lo que hace que yo hable correctamente.
Si Dios Crea en mí un corazón puro Sal 51-10 Todo absolutamente todo lo que hay en mí viene de Dios, porque todo lo que sale de mi boca sale de mi corazón Mt 15-19, y al tener un corazón puro todo lo que sale de mí sale de Dios
Jesús si los ojos son el espejo del alma te suplico que mi mirada sea pura, solo para ti, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme (Sal 51:12), rocíame con el hisopo (Sal 51:9) que es tu mismo Espíritu: "El Espíritu Santo, el que el Padre enviará en mi nombre, él os lo enseñará todo y os recordará todo lo que os he dicho Jn 14;26"...
Tú mismo dices: "Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado."Jn 15;3 que tu palabra Señor se haga carne en mí y quede limpia, lávame y quedaré más blanca que la nieva (Sal 51:9). Lávame con tu Sangre Señor y realiza esta alianza nueva que sellaste conmigo desde la cruz: "De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. Lc 22;20"
Solo conociéndome a mí misma tal y como soy, por pura misericordia de Dios puedo ver la viga en mi ojo (Mt7;4) y la necesidad que tengo de que Dios me la saque. He aprendido a que debo escuchar porque al ser parte del Cuerpo Místico de Cristo "vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte." 1 Cor 12;27 Dios me habla a través de sus miembros, especialmente de sus pastores. Y así escuchándole podré subir con Él al monte Santo (Sal 24,3) a escuchar su palabra.
Me llama a ser Humilde: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Mt. 3-11
A ser mansa, es decir a tener un dominio total de mi carácter para así tratar con caridad a todos mis hermanos: Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Mt. 3;4
A dolerme por los pecados de los otros pidiendo y gimiendo a Dios por la conversión del mundo (Sal. 130;2): Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Mt. 3;5
A tener hambre de Dios, de su amor infinito, desear y orar para que Reine en todo el mundo, que venga y brille su Gloria: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados”. Mt. 3;6
A pedir a Dios me regale un poquito de su misericordia para saber perdonar como Él me perdona y amar a mis hermanos como Él me ama: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” Mt. 3;7.
Me regale un corazón puro que me permita ver a Dios en mis hermanos y en la Santa Misa especialmente en la Eucaristía. “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” Mt. 3;8.
A revestirme de Cristo Col 3 12;15. “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” Mt. 3;9.
A no tener miedo a proclamar su nombre, y olvidarme de los respetos humanos: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Mt. 3;10
Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa." Mt 5;3-11………………………………………...
Y Pablo, en Corintos 1;13 1-8 me enseña que para que se realicen en mi las bienaventuranzas debo aspirar al don más elevado que hay que es el mismo Dios, el Amor. Ya que Dios es amor y nosotros somos su creación, creados por amor. Pablo me enseña que Dios es Paciente, Servicial, no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. Dios nunca falla.
Me enseña a que debo revestirme de la armadura de Dios:
"Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos. Col 3 12;15.
Cómo puedo yo alcanzar estos frutos primero siendo agradecida por encima de todo revistiéndome de su amor, de Él mismo Col 3 14, pidiendo a Dios con suplicas y gritos si es preciso: “!Señor escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos al clamor de mis súplicas! Sal.130;2. Así me llama a cambiar mi pecado en gracia, es decir someter mi carácter como lo hizo Pedro cuando se lanzó al agua en el Lago Tiberiades "Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Jn 21;7 "mortificándome a mí misma, cambiando la impaciencia por paciencia, la ira por paz, la intolerancia por tolerancia. Sembrando mi pecado en lo más hondo de la tierra, para así morir a mí misma y poder nacer a una vida nueva cayendo en lo más hondo, pasando a ser sima “En tus manos están las simas de los montes” Sal. 94;4 en tus manos están los humildes.
Como dice Pablo: "Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta. 1 Cor 37
Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. 1 Cor 42-44
Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!" 1Cor 54-57
Jesús me invita a vivir en mi interior allí mana la Fuente de Vida, en mi bautizo Dios se donó a mí la tercera Persona de la Santísima Trinidad: Dios Espíritu Santo, y puso su fuente de agua viva que mana a la vida eterna Ez 47 1-12. Me enseña que debo ir desde el levante, es decir dejarme dirigir por su palabra que es el agua viva desde el amanecer de mi fe, en sus veras hay todo tipo de árboles frutales, y en sus aguas peces en abundancia, los frutos de su palabra nunca se acabarán.
Me invita a estar pendiente de su llamada, como las 5 vírgenes de las parábolas del evangelio Mt 25;9, como Mateo Mt 9;9-13, que, sentado en el despacho de los impuestos, de su propio pecado, lo llamó él lo dejó todo y lo siguió. Jesús se dirigió a la casa de Mateo que es su propia alma y dese allí sacó todos sus dominios y le enseñó a ser misericordioso Misericordia quiero, que no sacrificio Mt 9;13.
Señor dame la gracia de ser ese alguien que te ama, enséñame a guardar tu palabra. Ven a hacer morada en mí "Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. " Jn 14_23
Qué escuche tu llamado Señor y que te abra las puertas de mi alma, las nuevas y las antiguas “¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria” Sal 23:9, que deje salir de mí mi pecado el nuevo y lo viejo Mt 13;52, y dejar que entre Jesús en mi alma y con un Látigo eche todos mis pecados fuera Jn 2; 15-16
En resumen, todo se reduce al AMOR. Abrir las puertas de mi alma para que Jesús entre en ella, como con los discípulos de Emaús (Lc 24;13-25) me parta la palabra y haga una pascua conmigo como en la última cena con sus discípulos Lc 22; 7-20.
Señor que mis oídos mis ojos y todos mis sentidos vean para el levante. Siempre toda yo fija en ti y se cumpla tus palabras en mí
No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca. Jn 15;16
Esta es la vida eterna que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado Jesucristo Jn 17, 3
Dios me llama a ser y dar testimonio “Pero también vosotros daréis testimonio porque estáis conmigo desde el principio” Jn 15-27
CAYTA