miércoles, 6 de junio de 2018

SOBRE LA NECESIDAD DE ACUSARSE A SI MISMO


Corren tiempos en que acudir al sacramento de la Reconciliación, antes llamado de la Confesión, es cada vez, menos frecuente. Los cristianos olvidamos los enormes beneficios para nuestra alma que se desprenden de este maravilloso don y regalo de Dios.
Corren tiempos en los que escuchamos más a los que nos invitan a una vida más cómoda, sin tener que pasar por esta “humillación” ante un hombre, muy mal entendida.
Es cada vez más frecuente oír: yo me confieso con Dios. Eso por decir que no acuden al sacramento vis a vis con un sacerdote. Es un concepto no católico, seguido por otras religiones o sectas, que hacen muchísimo daño al que se considera digno de acercarse al Único que puede otorgar el perdón: Jesucristo.
Cuando uno dice confesarse con Dios, no con un hombre, está buscando alguien que le dé la razón de sus faltas, que sea complaciente de sus errores y magnánimo con él, y disculpe sus pecados, considerando siempre que la culpa fue del otro, que le hizo caer. Y lo curioso del caso es que siempre encuentra ese “alguien” que le disculpa: ES ÉL MISMO.
Si leemos con atención la carta de San Doroteo (Instrucción nº 7), de la lectura Patrística, nos dice que la causa de toda perturbación es que nadie se acusa a sí mismo
Y aducen que no tiene que confesar sus pecados- hay quien dice de forma arrogante no tener pecados-, a otro hombre.
Se podrían indicar muchas cusas de por qué confesar los pecados así, pero se me ocurre algo sencillo de explicar: los pecados personales que cometemos, producen un daño irreparable en nuestra alma, y en el conjunto de la sociedad. El sacerdote representa al mismo Jesucristo, que es únicamente quien perdona, y el sacerdote, en su Nombre, perdona los pecados. Y el hecho de que sea un hombre, explica, de una cierta manera, que pedimos el perdón para nuestra alma, y también reconocemos en ese hombre” el representante de esa sociedad perjudicada por nuestro mal.
Pensemos en el mal que cae sobre la sociedad por un pecado de asesinato; o por un pecado de aborto; o por una infidelidad conyugal, que puede degenerar en un divorcio, o al menos, si hay perdón por la parte ofendida, en un dolor de la misma. 
Pensemos que mal que origina el pecado de hurto o de robo; el pecado social de la corrupción política….el de la mentira…y así con los más graves y los menos graves.
Es decir, el pecado ofende a Dios, ensucia nuestra alma, y crea un mal en la sociedad.
Y no es un invento de la Iglesia Católica, como muchas sectas pretenden. Esas sectas que siguen “escrupulosamente” la Biblia, y se apuntan a libros sagrados, quizá están olvidando, entre otras, la Carta de Santiago, cuando dice: “…Confesaos, pues,  mutuamente vuestros pecados, y orad los unos por los otros para que seáis curados…” (St5,16)
Es decir, el sacramento de la Reconciliación, es un sacramento “sanador”, es un sacramento que cura nuestra impiedad, nuestra alma.
La confesión de los pecados es una fiesta de reconciliación, no es una carga de vergüenza; nos apena nuestra debilidad, pero celebramos con alegría el amor infinito del Padre, que otorga en Nombre de su Hijo el perdón, un perdón sin reproches, un perdón de Amor.
El padre de la parábola del hijo Pródigo, abrazó a su hijo sin dejarle hablar; le dio su mejor anillo, símbolo de la pertenencia a su Casa (la casa de Dios), y celebró la fiesta. Así es nuestro Dios.

(Tomás Cremades)

domingo, 3 de junio de 2018

Del Salmo 54



"Dios mío,e scucha mi oración,no te cierres a mi súplica; Hazme caso y respóndeme, me agitan mis ansiedades.
Me turba la voz del enemigo, los gritos del malvado ".

Esto le pasó al Señor en su pasión, los insultos, los azotes, las vejaciones y su muerte en las condiciones más infamantes....
Quiso padecer todo esto para que conozcamos hasta donde llega su amor por todos ..lo dijo en la cruz: Padre perdónales ... son tan tontos, tan prepotentes,... creen que se lo saben todo y no saben lo que hacen ....

¿Hay alguien que me ame así?  Solo tu Señor.
Y me enseñó que Dios siempre me escucha .. que no estoy sola, que sabe de mis penas y mis sufrimientos,... y he visto que con Jesús.. su Paz rescata mi a
ESTE ES NUESTRO DIOS

(Carmen Pérez)

viernes, 1 de junio de 2018

¿QUIEN ERES SEÑOR? (Hch 9,5) Solemnidad del Santísimo Cuerpo Sangre de Cristo ( Mc 14,12-16.22-26) 3-6-2018


Hoy celebramos el Corpus Christi, la Fiesta de la Eucaristía. Ya el salmista llamó Pan de los Fuertes al maná que sustentó a los israelitas en su caminar por el desierto, hasta la Tierra Prometida (SL 78,25). Satanás tiene su propio poder sin embargo, se frena ante la Fuerza de Dios que emana de su Palabra y de la Eucaristía. Juan en su primera carta alaba a los jóvenes de su comunidad por haber vencido al Maligno (1 Jn 2,13). Solo con la Fuerza del Evangelio podemos vencer lo que Pablo llama "el combate de la Fe" (2 Tm 4,6-8) Combate sin el que no hay discipulado y que sólo podemos vencer con la Fuerza de Dios. Pasamos del testimonio de Pablo al de San Agustín quien en sus magistrales Confesiones abriendo su corazón al Hijo de Dios le hizo esta súplica: "Fuerza de mi alma, entra en ella y ajústala a Tí y poséela"

(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
comunidadmariamadreapostoles.com

Salmo 14(13).- El hombre sin Dios

Texto Bíblico:

(Del Maestro de coro. De David.)
 
Dice el necio en su corazón: «Dios no existe».
Todos se han corrompido cometiendo abominaciones: no hay quien obre el bien.
El Señor se inclina desde el cielo sobre los hijos de Adán, para ver si queda alguno sensato, alguien que busque a Dios. Todos andan extraviados y obstinados por igual: no hay uno que obre bien, ni uno solo.

¿No van a aprender los malhechores? Devoran a mi pueblo como si comieran pan, y no invocan al Señor.
 Pero a su hora temblarán de espanto, porque Dios está con los justos.
Podéis burlaros de los planes del pobre, pero su refugio es el Señor. ¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel!
Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo exultará Jacob y se alegrará Israel. 

Reflexiones del padre Antonio Pavía: ​(extractadas de su libro "En el Espíritu de los Salmos" y publicadas con autorización expresa de la Editorial San Pablo)

 El corazón insensato y Dios

Nos llama  la atención por su contundencia la frase: «Dice el necio en su corazón: no hay Dios». Casi llegamos al desconcierto cuando el salmista, añade que «el Señor se inclina desde el cielo para ver si queda alguno sensato, alguien que busque a Dios».
Dios ve que el ser humano, aún aquellos que le dan culto, sólo se buscan a sí mismos. 
Esto es lo mismo que experimentó Jesús en medio de su pueblo a los que llega a decir: «¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios?» (Jn 5,44). Y también escuchamos a Juan lo siguiente: «Sin embargo, aun entre los magistrados, muchos creyeron en él; pero, los fariseos no lo confesaban para no ser excluidos de la sinagoga, porque prefirieron la gloria de los hombres a la gloria de Dios» (Jn 12,42-43).
Ante el patente pesimismo del salmista, nos da la impresión de que el hombre se siente impotente en esta situación. Sin embargo, tiene una iluminación en su espíritu, y sabe que Dios terminará compadeciéndose y actuará para cambiar esa insensatez en sabiduría; y, con estas palabras de esperanza, el salmista cierra su oración: «¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel! Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo, exultará Jacob y se alegrará Israel».
Dios responde al grito del salmista, anunciando una promesa extraordinaria que va a cambiar el corazón insensato del hombre: Él mismo va a sembrar la Palabra en el corazón para llenarlo de su sabiduría. «Pondré mi Palabra en su interior y sobre sus corazones la escribiré y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo» (Jer 31,33).
Jesucristo, en quien se cumplen estas palabras proféticas, vive permanentemente con el oído abierto a la palabra del Padre; es más, Él mismo es la Palabra hecha carne y, por ello, tiene la plenitud de la sabiduría de Dios. Jesucristo rompe el velo de la incredulidad del ser humano, tiene el poder de abrir el oído de todo hombre y sembrar en su corazón la palabra de Dios. Esto fué lo que pasó con los dos de Emaús en el encuentro que tuvieron con Jesucristo. Fue como un Pentecostés. La Palabra en el corazón con la fuerza del fuego; y así acontece a lo largo de dos mil años. La pasión amorosa por la Palabra, el deleitarse con el Evangelio, establece una relación de Dios con el hombre y del hombre con Dios, exactamente igual a la de los dos discípulos de Emaús con el Resucitado. Y es entonces cuando Jesús transforma nuestra insensatez en sabiduría.

martes, 29 de mayo de 2018

CONVERSACIÓN ENTRE PADRE E HIJO (LA TRINIDAD)


El hombre, creado por Dios, a su imagen y semejanza ha traicionado a su Creador. Dios; Él ha creado de la nada, por su Poder, todos los seres vivientes y los inanimados, los astros, los mares, la tierra…nos lo recuerda el capítulo 1º del libro del Génesis.
Y ha creado al hombre (mujer), a su imagen y semejanza, para que sean felices con Él toda la eternidad. Sólo le pide fidelidad. Y el Tentador, el Maligno, en forma de serpiente, engaña a los dos. Y les hace ver el sentimiento celoso de Dios, que sólo quiere ser dueño del poder y la sabiduría…igual que ocurre ahora. El hombre cayó y sigue cayendo en los mismos desvaríos que Adán. El hombre actual quiere ser el que dicta la Ley. No necesita de Dios. Sabe más que Él, si es que cree…cuando no lo ignora con esa versión moderna del agnosticismo y el ateísmo.
Pero Dios ama profundamente al hombre. Es su obra más perfecta de la Creación. Y no se resigna a perderlo. 
Así podemos imaginar una conversación entre el Padre y el Hijo: “…Nuestra creación más perfecta, el hombre,  ha traicionado nuestro Amor; sólo el Hijo puede crear una Nueva Alianza de Amor ¿cómo podemos recuperar o rehacer esta situación? ¿Vamos a dejar que el hombre se pierda para siempre en las fauces del león (el Tentador, Satanás)?
Quien mejor refleja esta conversación Padre-Hijo es el libro de los Salmos, como no podía ser de otra manera, pues los Salmos es la oración con que se comunicaba Jesucristo con su Padre. Dice así:
“…Tú No quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo dije: “Aquí estoy.”Está escrito en el rollo del Libro que debo hacer tu Voluntad…”(Sal 40,7-9)
Bajaré a la tierra y seré un hombre entre los hombres, para que su castigo caiga sobre Mí, y el precio de sus pecados sea mi Cuerpo destrozado y mi Sangre derramada…el castigo que merece el hombre, lo asumiré yo, en mi Hijo 
Por eso dirá san Juan: “…habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo…” (Jn 13,1).Hasta el extremo de hacerse pecado por nosotros, clavando nuestros pecados en la Cruz (Col 2, 14-17): “…canceló nuestra nota de cargo…y la quitó de en medio, clavándola en la Cruz…”, nos dirá Pablo de Tarso.
Y a la luz del Salmo (91,4) que dice: “…Bajo sus alas te refugiará, su Brazo es escudo y armadura…”podemos mejor comprender que, ya más de dos mil años antes de Cristo, el autor sagrado, inspirado por el Espíritu Santo lo entonara. En efecto, las “alas” con que nos refugia, son los brazos de Cristo extendidos en la Cruz, que cual águila, nos lleva en sus palmas. Y su Brazo, es el Poder del Altísimo, representado por la Mano de Dios; este Brazo nos protege como escudo contra el Mal
Así comprobamos que toda la Escritura, el lenguaje de los Salmos, anuncia profundamente todos los secretos de la Revelación.
Alabado sea Jesucristo

(Tomás Cremades)

lunes, 28 de mayo de 2018

Poemas II.-TE QUEDASTE EN EL PAN

"En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida..Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.»" 
Jn 6;47-51


TE QUEDASTE EN EL PAN
Te quedaste en el pan.
El autor de la creación contenido en el fruto de una pequeña semilla.
En coherencia con tu vida entre nosotros, te quedaste en lo pequeño, en lo sencillo, en lo cotidiano, el el alimento con el que cada día colmamos nuestra hambre y sostenemos nuestra existencia.
Y no fue casual, como nada de lo que hiciste.
Tenía que ser allí, en aquel trozo de pan donde se nos ofreciera cada día tu divinidad, la posibilidad de dejarte crecer en nuestro interior.
Tú, contenido en el fruto de una semilla y  nosotros, gestando en nuestro interior un ser nuevo y sabio, capaz de distinguir entre el camino embarrado y la Vida



"Venid a mí los que me deseáis, y hartaos de mis productos. Que mi recuerdo es más dulce que la miel, mi heredad más dulce que panal de miel .Los que me comen quedan aún con hambre de mí, los que me beben sienten todavía sed." 
Si 24;19-21

(Por Olga Alonso)

domingo, 27 de mayo de 2018

Del Salmo 107(106) 35-36


"Transforma el desierto en estanque,
el erial en manantiales de agua, 
coloca allí a los hambrientos, y fundan una ciudad para habitar."

Cuando se nos parte la palabra y la  vamos entendiendo poco a poco, 
Dios está transformando  nuestro desierto en manantiales de agua. Jesús nos dijo que de sus entrañas salta agua hasta la vida eterna... Para que los hambrientos puedan saciarse y lleguen ellos también a ser manantiales para los demás.
Esta es nuestra misión: ser manantial para los hermanos. ¡Señor! dános fuerzas para cumplir esta misión tuya, recuerda que nos mandas en medio de lobos.... pero como es tu misión todo saldrá bien .. 

ESTÉ ES NUESTRO DIOS

(Carmen Pérez)

viernes, 25 de mayo de 2018

Del Salmo 103

"Desde tu morada riegas los montes,y la tierra se sacia de tu acción fecunda. Él saca pan de los campos y vino que alegra el corazón."

El Espíritu Santo riega mis montes, mis ídolos... Y esto poco a poco ablanda la tierra reseca ..y la hace fértil.
El Señor, en la Eucaristía, nos da el pan y vino nuevo que nos alegra el corazón y nos da fuerzas para estar alegres aún en  los momentos duros que todos tenemos.
Para que se llenen de savia los árboles del Señor los cedros del Líbano que el plantó. Para que a su sombra descansen y se hagan fuertes todos los que escuchan y ven en estos árboles algo que les dice que ahí está la verdad 
y el camino y la vida.

ESTE ES NUESTRO DIOS 
Y ESTA NUESTRA ESPERANZA

(Carmen Pérez)

¿QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5 Solemnidad de la Santísima Trinidad (Mt 28,16-20) 27-5-2018


Fiesta de la Santísima Trinidad. Jesús envía a sus discípulos por el mundo para anunciar el Evamgelio. Les dice: "Se me ha dado todo poder, id..".
No, no les envía al encuentro de los hombres, con remedios milagrosos ni fórmulas mágicas para aliviar sus males, sino con el poder de Dios Padre Hijo y Espíritu Santo que late en la Palabra, en el Evangelio y que actúa en quienes lo 
escuchan y acogen con sencillez. Éstos no experimentan ningún cambio repentino, pero sí viven paulatinamente un proceso bellísimo en su interior por el poder transformador del Evangelio que hospedan en sus entrañas.. la acción operante de la que habla Pablo en Ts 2,13. Es tal la seducción del Evangelio, que quien lo acoge, comprende que llegó la hora de dar el brazo a torcer ante el Único que le da la Vida que tanto busca aún inconscientemente. Ahi está el poder de la Palabra..no somete, seduce, te da anticipos de Vida,.. y como Dios ni quiere ni le apetece tener siervos, sino hijos, deja al hombre la última palabra decisoria para acoger o no la Vida y el Amor. 
Volvemos nuestros ojos a Pablo,.. no le fue fácil dar su brazo a torcer frente a Jesús a pesar de su aparatoso encuentro camino a Damasco.. al final se rindió y bendijo el día que lo hizo; podemos intuirlo a la luz de este testimonio imperecedero: "Ya no soy yo quien vive, es Jesucristo quien vive en mí " (Gal2,20). Esto mismo lo puede decir todo aquel que hospeda el Evangelio en sus entrañas.

(Antonio Pavía-Misionero Comboniano)
comunidadmariamadreapostoles.com

martes, 22 de mayo de 2018

¿SE ACUERDA ALGUIEN TODAVIA DE LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA? (2ªparte)


Breve explicación de los cinco Mandamientos De la Iglesia:

1.- Oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
La Iglesia nos propone este primer mandatoOír. Realmente se conforma con poco, aunque basta con interpretarlo para comprender que lo que realmente quiere decir es escuchar. Que por otra parte es el Mandamiento que ya se anuncia en el antiguo Testamento: ¡Escucha, Israel! Es lo que se conoce como el “Shemá”, en hebreo. 
Igualmente este mandato lo anuncia el Espíritu Santo en el Bautismo de Jesús, y años más tarde en la teofanía de la Transfiguración. Y es que de esta escucha se alimenta la fe. Nos dirá Pablo que la “fe viene por la `predicación del Kerigma”, por el anuncio de la Palabra de Dios contenida en el Evangelio.
Pero es que, además, nos pide la Iglesia que esta Misa sea “entera”. Desgraciadamente, hoy en día, muchos cristianos llegan con la Misa ya empezada, y se van sin terminar ni siquiera el Canto a la Virgen María, como si ella, fuera algo ya de menor entidad. La Misa es el Sacramento por excelencia, es el “paso del Señor”. Todos los domingos son esa Pascua que nos recuerda el paso del Señor la noche en que hirió de muerte a los egipcios, para proceder a salvar a los israelitas, como nos recuerda el libro del Éxodo.
Pero además la Misa es una “cita con Dios”. Él nos espera para intimar con nosotros, para regalarnos su Cuerpo y su Sangre, donde nosotros “le regalamos” nuestros presentes de pan y vino, para que los transforme en Él. La Misa es un envío para proclamar que Jesucristo ha muerto y resucitado para nuestra salvación. De hecho, la palabra Misa proviene del latín (mittere) que significa enviar. 
Y nos lo recuerda el sacerdote con el “Itemissa est”, que el pueblo llano traduce como:”Idos, la misa ha terminado”. Y que realmente quiere decir: “Podéis marchar, sois enviados”
Aún hoy en día muchos cristianos eligen la misa que consideran más corta, porque la homilía se les hace aburrida y larga. Otros preguntan: ¿Se cumple el precepto si llego antes del Evangelio?
Es conveniente llegar unos minutos antes de comenzar, y, en vez de saludar a los conocidos que ya están, (lo cual no es óbice para no hacerlo), hay que saludar al Señor, y decirle que le quieres escuchar, que has venido a verle, que deseas saber lo que él desea para ti…
2.-Confesar los pecados mortales una vez al año, o en peligro de muerte, o si se ha de comulgar
No podremos decir nunca que la Iglesia es exigente: ¡confesar una vez al año! O, si se ha de comulgar. 
Si la Misa es “una cita con Dios”, La confesión es una fiesta: Le decimos a Dios, a Jesucristo, representado en el sacerdote, que hemos pecado, que llegamos como el hijo pródigo de la parábola, que nos duele haberlo hecho y deseamos poner todos los medios para no volver a caer. Hay que huir de la vergüenza de contarlo, ya que no tuvimos esa vergüenza en cometerlo; recordemos que el Padre de la parábola, (Lc 15, 1-31) que representa al Padre Dios, ni le dejó hablar al hijo que volvía; que volvía porque tenía hambre…y, sin embargo, le abraza y no reprocha nada: así es nuestro Dios. 
Pero una fiesta así, ¿sólo una vez al año? Experimentemos el gozo del perdón de Dios. Después de la confesión, la Gracia de Dios nos llena de algo muy difícil de describir con palabras. ¡Experimentémoslo!
Si estamos en peligro de muerte con más razón; es el caso de que tengamos que acudir a una intervención médica, o nos hayan detectado una enfermedad grave o de riesgo…Y si hemos de comulgar con el Cuerpo de Cristo, hagámoslo en gracia de Dios. Nos recuerda san Pablo que “el que come el cuerpo y la sangre de Cristo indignamente, come y bebe su propia condenación”. (1 Cor 11,27)

3.-Comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo por la festividad de Pascua de Resurrección.
Fiesta culminante en la espiritualidad de la Iglesia. ¡Qué mejor tiempo para recibirle dignamente! Cristo ha venido  para eso: para hacerse pecado por nosotros, para clavarlos en la Cruz, como nos dice san Pablo. Para que en la Misa celebremos los santos misterios de su Pasión Muerte y Resurrección. No es pues, de extrañar, que la Iglesia, Madre y Maestra, nos pida este acercamiento dignamente recibido, en estas fiestas de la Pascua de Resurrección.
4.-Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manada la Santa madre Iglesia.
Aquí empieza un tema muy polémico hoy en día. Hoy en día todo se cuestiona…no se acepta como una recomendación buena, excelente, para el hombre. ¡No! 
Actualmente se dice:” pues ese día comeré marisco, que además es más caro y mejor!” No es, como dicen algunos para “que el hombre se sacrifique y se fastidie” ¡No!
Sería un objetivo tan pobre… ¿entenderíamos una Iglesia así? ¿Lo aceptaríamos de buen grado? La contestación es obvia. Y el que así contesta, sabe que no es así. Simplemente busca para no cumplir, para dejar en ridículo a la Iglesia.
El motivo de no comer carne es para que en esos momentos pensemos que algo especial está sucediendo: que el miércoles de ceniza y el viernes Santo, únicos días en que manda la Iglesia este cumplimiento es para eso, para recordar. El miércoles de ceniza nos recuerda la”nada” del ser humano. Que somos fruto del polvo de la tierra, que Dios nos sacó como a Adán de la nada, y que a esa nada hemos de retornar. Pero que nuestra alma está hecha para Dios; y de esa nada, volverá, por su Poder a unirnos el día final.
El Viernes Santo celebramos la Muerte del Señor. El día más importante de nuestra salvación. En este día en que hemos de estar en ayuno con Él, en oración con él, en abstinencia de carne con Él. 
Si no estamos dispuestos a esto, no merecemos realmente el nombre de cristianos.
El ayuno obliga hasta la edad de sesenta y cinco años; la Iglesia entiende que a esa edad la persona puede tener problemas de salud, y deja al criterio del cristiano ayunar o no. Pero la abstinencia por otro alimento sustitutorio, no impide de una buenaalimentación.
5.- Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
Con todo lo que la Iglesia realiza en caridad por todos los hombres sin distinción de sexo, raza, religión, edad… ¿no es justo ayudarla en sus necesidades? Si la Iglesia dejara su colaboración en el mundo, los Estados tendrían que realizarlo, y el coste de esto sería muy superior a lo que recibe la Iglesia. Ésta no recibe aportación del Estado, aportan los fieles, los que valoran su entrega y su esfuerzo, su generosidad. Aportamos los que queremos y creemos que el servicio prestado, en la recepción de los Sacramentos es insustituible para nuestra salvación. Y en el orden material ya queda dicho. 
Pues consideremos que a los Mandamientos de Dios, unimos los de la Santa Madre Iglesia, que nos acompaña en el camino de la salvación.

(Tomás Cremades)




viernes, 18 de mayo de 2018

¿QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5 Domingo de Pentecostés (Jn 20,10-23) 20-5-2018


"Recibid el Espíritu Santo...como el Padre me envió yo os envío a vosotros" Hoy celebramos Pentecostés, el envío por parte de Jesús, del Espíritu Santo a sus discípulos. Fijémonos que en las aguas del Jordán el Espíritu Santo se posó sobre Jesús y fue por ello que pudo llevar a cabo la misión con la que su Padre le envíó al mundo. Es decir que para cumplirla tuvo que ser revestido de la Fuerza y Sabiduría de lo alto, pues bien, solo desde esta misma Fuerza y Sabiduría,no entro en detalles de intensidad, Jesús envía a sus discípulos a Anunciar el Evangelio por el mundo. Los discípulos de Jesús no son dechados de heroísmo ni de generosidad. Estas " virtudes" tienen su desgaste que terminan por arrojarnos a la mediocridad sutilmente consentida. Los discípulos de Jesús se apoyan en la Fuerza y Sabiduría que les confiere su Señor y Maestro, por eso anuncian sin dar lecciones a nadie. Su Llibertad interior y exterior asombra a ricos y a pobres... se abren a todos sin atarse a nadie. No es fácil que el mundo les acepte, su insumisión a sus cánones solivianta a los que han renunciado a su lugar junto a Dios (Jn 14,3). Pentecostés: La Fuerza y Sabiduría de Dios al servicio de quien quiera ser discípulo del Señor Jesús. ¡Si! mucho tenemos que celebrar hoy los que haciendo caso omiso de nuestra debilidad nos hemos embarcado en esta Llamada-Epopeya de la Vida.

Antonio Pavía.-Misionero Comboniano
comunidadmariamadreapostoles.com

jueves, 17 de mayo de 2018

Del Salmo 88


"Tú, encolerizado con tu ungido,
lo has rechazado y desechado,
has quebrado su cetro glorioso y has derribado su trono, has acortado los días de su juventud y lo has cubierto de ignominia.
¿Hasta cuando te esconderás Yahvé?"

Tenía que morir Jesús, para dar respuesta a esta pregunta del Salmista ... y nuestra también. Como dice San Pablo, si Cristo no hubiera resucitado vana sería nuestra esperanza. Pero el Padre lo resucitó, para que ya no tengamos miedo, para que sepamos que tenemos un sitio preparado por el Señor .. junto a Él, donde ya se terminan la tristeza y la penas de este mundo. 

¡Gracias Señor! Por amarnos tanto, has querido pasar Tú toda la Pasión,  para salvarnos y decirnos que somos tus amigos .
¡Qué detalle Señor has tenido conmigo cuando me llamaste, cuando me dijiste que Tú eras mi amigo.... !

(Carmen Perez)