jueves, 16 de julio de 2020

¿Has visto la luz que emanan las estrellas?


¿Puede acaso el sol mirar sus adentros?
El sol que tan enigmático y radiante  salta de su lecho como un hercúleo guerrero recorriendo erguido de un extremo a otro su sendero , para mirarnos  desde lo alto del cielo  desprendiendo su fuego, su calor y su radiante luz vibrante de vida, un lucero tan extremadamente hermoso con un poder tan extraordinario capaz de disipar la oscuridad más densa lentamente, poco a poco, a medida que va despuntando en la mañana , que con su amor  en su centro explosiona estallando en  haces de luces que refulgentes se asemejan a  millares de bailarinas vestidas de  blanco tul brillante  que emprendiendo  una delicada danza van penetrando en todos los rincones de las cosas adormecidas prendiendo  luz en la luz dormida. Circundado en amor se expande hacia fuera como un torbellino de fuego, porque no puede contener dentro de sí tanta dicha de su Creador.
¿Puede acaso la luna volver sus ojos hacia dentro?
La luna que emerge sigilosa de su aposento cuando la tenue sombra va cubriendo de ensueño la luz de las cosas visibles envolviéndolas en el soporífero descanso de la noche nocturna, que como un amante sale buscando despavorida  que el sol desde lo lejos la mire con ternura para brillar en la oscuridad ,la luna puesta en el cielo como testigo fiel para siempre por nuestro Señor creador , ella, si se mirase hacia dentro por si misma solo vería oscuridad y vacío, pues necesita del sol para quedar prendida de luz en el cielo nocturno. 
Pero Tu y yo, podemos mirarnos dentro y encontrar la luz, encontrar el fuego que arde sin consumirse y el calor que hierve recorriendo a borbotones nuestras venas como una fuente de agua inagotable que sacia y sale fuera elevándonos más allá de las estrellas.
Y te pregunto…
¿Has visto la luz que emanan las estrellas, allá, en lo más alto de lo alto del cielo, prendidas en el manto azul de la noche oscura, cuan hermosa es su luz tan penetrante y misteriosa?
Una sola, apenas se distingue en el basto firmamento, pero todas juntas dibujan un inmenso resplandeciente tapiz, que vibra de pura luz radiante.
 Y es verdad, que ningún ojo humano es capaz de abarcar de tan extensa belleza y delicada armonía y, sin embargo, todo está en un calmado constante silencio. Un silencio que no es silencio porque dentro de ti escuchas …si cierras los ojos, el ritmo de los sonidos escondidos de la vida.
La vida… Palabra de vida que te envuelve, que te levanta y que continua, que es vida mucho antes de los tiempos, vida de la que emana la energía de la alegría, que te eleva con los brazos del alma abiertos para sumergirte en las aguas profundas del océano infinito del universo, haciéndote ser una milésima parte en la unidad de toda la creación, nacida del Don Divino de Amor entregado, misericordioso, de nuestro Padre Dios creador.

(Loles) 
comunidadmariamadreapostoles.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario