En el camino de Israel por el desierto, Dios dijo a Moisés que hiciera una Tienda, llamada del Encuentro, que habría de levantar en cada etapa de su marcha, para poder hablar ambos. Dice el cronista del Éxodo que En esta Tienda: "Dios hablaba con Moisés cómo un hombre habla con su amigo" (Ex 33, 11). Sepamos, para nuestra alegría, que esta Tienda del Encuentro es una figura profética de la que Jesús levanta en el corazón de todo aquel que escucha su Palabra y la guarda en su corazón: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra y mi Padre le amara y vendremos a él y haremos morada -levantaremos la Tienda del Encuentro- en él (Jn 14, 23). Es una promesa que colma por completo el corazón de los verdaderos buscadores de Dios; promesa que lleva a su plenitud, la vida de quien cree en ella hasta hacerla Alma de su alma. Esta promesa de Jesús contiene su Fuerza y la Gracia, propias de Él y que nos permiten crecer hasta llegar a ser discípulos suyos.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
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