sábado, 6 de agosto de 2016

Señor ¡aumenta mi fe! (por Carmen Pérez)


"..Cuando el Señor reconstruya Sión , y aparezca en su gloria,..
Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que será creado alabará al Señor. " Salmo 102 (101)

Evangelio de San Juan: " ...lo que hemos visto, lo que hemos oído , lo que tocaron y palparon nuestras manos. eso os anunciamos.."

¡Para poder anunciar, hay primero que ver que es verdad lo que estamos diciendo y que esto se cumple ..... !

Para que los demás después de que tu seas reconstruido puedan también ellos experimentar y creer... ¡Señor aumenta mi fe!

Toques del Alma 199

La soledad es terrible, lleva la muerte en sus venas. No hay mayor soledad ni más hiriente que la de quien no ha descubierto la Voz dentro de sí mismo. No hay mayor maltrato que privar a la propia alma de la Voz que la hizo.

¿ QUIEN ERES SEÑOR? Hch 9,5 (para el Evangelio del Domingo 7 de Agostode 2016)

Te doy gracias Señor, porque desde que me tomaste de la mano y me invitaste a seguirte me has dado tu Sabiduría para pasar de largo frente a tantos banquetes en los que no estas Tú y que tanto me habían seducido y vaciado al mismo tiempo. ¡Sí! mi Dios, te doy gracias, porque Tú eres mi banquete, la Fiesta que no tiene fin. No me sueltes de tu mano hasta que llegue ese día glorioso en el que me digas : "Amigo/a fiel, pasa al Banquete de tu Señor"

(Padre Antonio Pavía)

Se nutren de lo sabroso de tu casa ( por Tomás Cremades)

Se nutren de lo sabroso de tu casa
Tú socorres a hombres y animales
¡Qué inapreciable es tu Misericordia, oh Dios!
Los humanos se acogen a la sombra de tus alas
Se nutren de lo sabroso de tu casa
Les das a beber del torrente de tus delicias 
Porque en ti está la fuente viva
Y tu Luz nos hace ver la luz(Sal 35)
 
Los hombres nos acogemos a la sombra de las alas de Dios. Las alas de Dios, son los brazos abiertos de Cristo en la Cruz redentora. Así como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así Él despliega sus alas, los toma y los lleva sobre su plumaje (Dt 32, 11)
El hombre que confía en Dios se nutre de lo sabroso de su casa. Y para saber qué es lo sabroso de su casa, nos detenemos un poco en el Salmo 62, cuando dice: “…Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos…” El alimento de los hombres de su tiempo era la grasa de los animales, lo más sabroso; en el contexto del Salmo, el salmista anhela encontrar también “lo sabroso” de la casa de Dios; por eso le dice: “…mi alma está sedienta de Ti y mi carne tiene ansia de Ti…”busca esas corrientes de agua de agua que le sacien y aneguen su alma. Y lo expresa poéticamente cuando dice: “…como busca la cierva corrientes de agua, así te busca mi ser, Dios mío…” (Sal 42)
En el encuentro de Jesús con la samaritana, (Jn 4, 10-35), Él le dice: “…Si conocieras el don de Dios y quién te pide de beber, tú le habrías pedido a Él, y Él te habría dado Agua Viva…” Esa agua Viva es el mismo Dios que se ofrece como alimento para el hombre. Y más tarde, en este mismo episodio, se lo recuerda a sus discípulos: “…Yo tengo para comer un alimento que vosotros no conocéis; es hacer la Voluntad del Padre y llevar a cabo su obra…”
En el Salmo propuesto, el salmista profetiza cuando habla del torrente de sus delicias. Este torrente, es el mismo Jesucristo; Él mismo se define como el Agua Viva que brota para la Vida Eterna.
Ya había profetizado Isaías“…Yahvé es mi salvación, y sacaréis aguas con gozo de los hontanares de la salvación…” (Is 12, 3)
Estremece el pensar que toda la vida de Jesús está ya profetizada en la Escritura, Salmos, Isaías, etc
Jesucristo es ese Torrente de Delicias, ese Pan vivo bajado del cielo, sus Palabras son verdaderos “hontanares de salvación”. En Él está esa fuente viva que nos hace ver su Luz. No en vano nos dirá: “…Yo Soy la Luz del mundo…(Jn 8,12)
Ahora podemos entender mejor qué es lo sabroso de su casa, y cómo nutrirnos de Él, con su Palabra, que es su santo Evangelio.
Alabado sea Jesucristo

viernes, 5 de agosto de 2016

Toques del Alma 198 (por el padre Antonio Pavía)

La fantasía es peligrosa, pero es como la sal, que si no se abusa de ella, da sabor a la comida. 

Si los santos no hubiesen tenido su pellizco de fantasía habrían tenido tanto miedo al Evangelio que lo hubiesen dejado de lado y, por supuesto, ni habrían sido santos ni habrían levantado el alma de nadie.

Clamaste en la aflicción

"Clamaste en la aflicción y te libré." (Salmo 80)

Los israelitas en el desierto protestaban porque no tenían carne y decían: allí comíamos todos los días... nos sacaste de Egipto para dejarnos morir en el desierto.

También nosotros cuando los problemas nos sobrepasan y ya no podemos más, le pedimos a Dios cuentas de porqué no nos saca del desierto en que estamos teniendo, sin darnos cuenta que nos quiere atraer con lazos de amor. 

Dejémonos seducir por Tí Señor!

(Carmen Pérez)

miércoles, 3 de agosto de 2016

Poemas II.- Los días de la tiniebla y la luz.-(por Olga Alonso)


…vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios."  Jn 20, 17b


 
LOS DIAS DE LA TINIEBLA Y LA LUZ


 
........Los días de la tiniebla y de la luz
Los días del desgarro y el reencuentro
La luz invasora de tu esperanza
Tu voz, como envuelta en paz.


La mirada hacia el cielo
Los ojos abiertos para acogerte
El alma, asomada a la ventana
y el cielo como único lugar donde habitar.


Así es el encuentro contigo.
Siempre descrito en nuestra mente,
Pero siempre distinto en tu voluntad
Así es tu amor clavado en el alma
Luminoso, involuntario, expansivo, total.


Déjame terminar de escribir cuanto antes.
Para poder leerte despacio y escuchar tu voz en mi alma.


 
Eterna eternidad.


Mi Padre.


 


Este es mi Reposo para siempre; 
aquí habitaré, porque lo he deseado. Yo lo bendeciré con abundantes provisiones, 
y saciaré de pan a sus pobres



Salmo 132, 14


 

domingo, 31 de julio de 2016

¿Adónde camina el mundo? En el asesinato del Padre Jacques Hamel

¿Adónde camina el mundo? En el asesinato del Padre Jacques Hamel
Todo asesinato es abominable, venga de quien venga, y sea a la persona que sea. Pero llama la atención que, cuando recientemente se produjeron los ataques al periódico Charly Ebdo, todo el mundo salió a la calle diciendo: “Yo también soy Charly”.
Ahora se produce este vil asesinato y aún estoy esperando que haya una manifestación similar. Nos contentamos con dar la noticia periodística, aunque las redes sociales sí han comentado el ruin acontecimiento.
Y me pregunto: 
¿Es que la vida de un sacerdote vale menos que la de cualquier otra persona?
¿Es que el trabajo de un determinado periódico, es más honorable que el trabajo ministerial, actuando como representante de la Iglesia de Dios?
¿No será que no valoramos como “trabajo” el que tantos y tantos sacerdotes, religiosos y misioneros, así como seglares comprometidos,  dejen su vida para ganar la Vida? El mundo ha perdido el norte; Europa ha perdido sus raíces cristianas. 
Dios ha recompensado al padre Jacques con la corona del martirio. Él sabe el fruto que esto dará en la Iglesia, ya repleta de mártires.
Y me sale del alma rezar: “…Ilumina, Señor, a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte…” (Canto del Benedictus, Lc 1, 68-79)
¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen! (Lc 23,34)
 
 

sábado, 30 de julio de 2016

¿QUIEN ERES SEÑOR ? Hch 9,5 (para el Evangelio del Domingo 31 de Juliode 2016)

¿QUIEN ERES SEÑOR  ? Hch 9,5
¡Señor dí a mi hermano que reparta su herencia conmigo! ...

He aquí la raíz de la mayor parte de los males que nos afligen. En la gran tarta que es el mundo, todos queremos morder nuestra parte y nunca nos parece suficiente, por lo que acechamos la parte del otro para arrebatársela provocando que nos mordamos unos a otros. Ójala tuviésemos la Sabiduíia del salmista que oraba así con Dios: ..¡Tú  eres mi herencia, mi parte y mi lote...me encanta mi heredad! Sl 16 (15)

viernes, 29 de julio de 2016

Toques del Alma 197

Toques del Alma (por el P. Antonio Pavía)

Para anunciadores del Evangelio. Cuando nos pesan los hombre,s tengamos en cuenta que más les pesamos nosotros a ellos con nuestras incoherencias. Cuando éstas no se dan, ellos nos sostienen al vernos desfallecer.

jueves, 28 de julio de 2016

Poemas II.- La oración son los brazos del Señor.-(por Olga Alonso)


... y como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su ropa se hizo blanca y resplandeciente. Lc 9,28-29


 
LA ORACIÓN SON LOS BRAZOS DEL SEÑOR


Siempre que queremos sentirnos abrazados por el Señor, rezamos.

Tan solo levantar los ojos y lanzar una palabra a Jesús desde nuestro corazón, y sentimos sus brazos infinitos abrazando nuestra soledad, nuestro miedo, nuestra angustia.


 Tanto nos aprieta contra Él que, a medida que nuestra oración discurre lentamente, sentimos que nuestra pena se diluye y su amor nos invade.


 Deberíamos rezar sin descanso para no dejar de experimentar estos momentos, pero, para poder rezar tenemos que parar nuestro tiempo y entrar en el tiempo de Dios.


 Y el tiempo de Dios exige silencio y los hombres vivimos entre tanto ruido….


 A veces  el ruido de nuestro interior es incluso más fuerte que el de nuestro entorno.


 El ruido de nuestros planes, de nuestra vanagloria, de nuestro control, de nuestras vanidades, de nuestra soberbia.


 Somos así, Padre, a Ti no te vamos a engañar.


 Estamos hechos de polvo divino mezclado con barro muy pesado que sujeta nuestros pies al suelo.


Queremos elevarnos, pero el barro tiene querencia a la tierra.


 Por eso, cuando rezamos, Tú consigues que nuestro barro cambie su naturaleza durante unos minutos y todo nuestro ser se convierta en una nube de Ti, entre tus brazos.


 Todo nuestro cuerpo elevado y fundido con el corazón de Dios, en un abrazo infinito, intenso, eterno….


 Señor, te estoy llamando, ven de prisa, 
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia, el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.  
Salmo 140, 1-2

miércoles, 27 de julio de 2016

PARA SIEMPRE

¿Qué tenemos para siempre?. Quizás la ternura de una madre, la vocación consagrada, el honor de una Institución, la belleza plasmada en un lienzo, o una ideología política-social. Tal vez, algunos de estas propuestas bien pudieran reflejar esa permanencia y sentirlas como…”para siempre”; pero no, todas son caducas. Entonces ¿qué nos queda para siempre? ¿Quién es permanente fiel? ¿Quién puede mantener un amor perpetuo y para siempre? ¡Solo Dios y en Dios!  Quien para hacerse entender y mostrar su alianza de Amor “para siempre”, con nosotros sus criaturas, culmen de su obra creadora, nos muestra la esencia de su Ser, que es Amor y Misericordia. Y se hace “presente” encarnándose el Verbo, su Palabra, su propio Hijo Jesucristo, en nuestra humanidad caída y por ello finita. Y así al cumplir la voluntad de Dios, su Padre, mostrando (sin ceder) la Verdad, el Camino y la Vida que nos lleva a su Gloria, implantando su Reino, sufrió pasión y muerte. Pero Dios y su Espíritu lo Resucitó, devolviendo a todos los humanos, la plenitud perdida. Solo en Dios, por Jesús y  su Palabra, tenemos la certeza de recibir su Amor infinito y su perdón, caminando junto a nosotros, con su Presencia real, hecha sacramento, por el Espíritu Santo…, y  ¡para siempre ¡
En Tres Cantos (Madrid) a 13 e Julio del 2016. Manuel Armenteros Martos. 

lunes, 25 de julio de 2016

El trabajo, ¿castigo o don de Dios? (Por Tomás Cremades)

El trabajo, ¿castigo o don de Dios?
Planteadas así las cosas, si hacemos una encuesta incluso entre las personas religiosas, pienso que ganaría el considerar el trabajo como un castigo divino.
¿De dónde nos viene, pues,  este castigo?
Si nos vamos a la Biblia, además de libro por excelencia, Palabra revelada por Dios para los creyentes, pero para los no creyentes libro misterioso que contiene infinidad de verdades ciertas, contrastadas por la experiencia humana unas, veladas otras…Algo ha de tener para ser el libro más leído y vendido.
Pues bien, si nos vamos a la Biblia, en el Libro del Génesis se nos relata el principio de los tiempos, con la bellísima imagen de Adán y Eva en el Paraíso. No tienen que trabajar, todo está al alcance de la mano y tienen todas sus necesidades cubiertas, al igual que sus apetencias. No existe la concupiscencia como un deseo desordenado, no sólo en el plano sexual, sino en el plano más general de cualquier deseo.
Es sobradamente conocido el episodio del tentador en forma de serpiente. El hombre ya pecador, que ha desobedecido a Dios, se siente “desnudo”. En el capítulo 3 del Génesis, versículo 8 y ss., dice:”…Yahvé Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? Éste contestó: Te he oído andar por el jardín y he tenido miedo porque estaba “desnudo”, por eso me he escondido”.
Estar desnudo es estar en pecado, haber transgredido el mandato-palabra-de Dios. Es curiosa esta apreciación.  Si vamos al Evangelio según san Juan, en el Epílogo, hay un dato similar: resulta que el Señor Jesús ha muerto en la Cruz. Los discípulos no entienden nada del por qué han pasado estos acontecimientos. No han comprendido el mensaje de Jesús. Creían en un reino de este mundo donde se peleaban por los primeros puestos; le traicionaron abandonándolo cuando más los necesitaba; se durmieron en el Monte de los Olivos cuando Jesús era tentado para abandonar su Misión, hasta sudar sangre…Pecaron de traición al no reconocerlo en el Sanedrín…estaban en pecado de traición y apostasía…Y eran conscientes de ello. Y se vuelven a su vida anterior, con ese: “Voy a pescar”, “vamos también nosotros” (Jn 1,3). Todo ha sido una horrible experiencia; una horrible pesadilla; y piensan en volver a su vida anterior.
Se parecen al pueblo de Israel por el desierto, mirando los tiempos de esclavitud con nostalgia porque podían comer ajos y cebollas, en vez del maná, que ya les sabía siempre igual…Nosotros también tenemos esa tentación de mirar atrás…
Y aparece Jesús en la orilla preguntándoles por la pesca. Lo reconoce Juan. Y dice: “Es el Señor”Y Pedro, impetuoso, amante de Jesús, a pesar de todo, se lanza al mar, después de ponerse las ropas. Textualmente es así: “…cuando Simón Pedro oyó: es el Señor, se puso el vestido-pues estaba desnudo- y se lanzó al mar…”
Es la misma frase del Génesis; de ahí que este estar desnudo es la conciencia interior de estar en pecado; es el mismo pensamiento de Adán.
Y bien: sabemos lo que le ocurrió a Adán: perdió la gracia santificante, le vino el estar sujeto a la muerte, a las enfermedades, y un largo etc. Tuvo que ganarse el sustento con su trabajo, y demás problemas que conocemos. ¿Fue castigo de Dios? ¡No! Dios ama, no castiga. Se castiga el hombre con su conducta. Pero si el hombre pecó, Dios, en su infinita Misericordia, le envió a su Hijo Jesucristo para que fuera la Víctima propiciatoria del perdón.
¿Podía haber elegido el Padre un perdón menos cruento, menos doloroso? Podía haberlo hecho. Pero nosotros no podemos entender. Aceptamos este gran misterio de Dios, como “un niño”, porque los que son como niños son herederos del Reino de los Cielos. Y Jesús acepta de buen grado el trabajo de su padre adoptivo José; el trabajo de carpintero. Poco sabemos de la infancia de Jesús, y nada sabemos de la adolescencia de Él desde los doce años a los treinta. Sabemos que aceptó el trabajo de su padre terrenal; no hizo ascos al trabajo. 
María su Madre y nuestra Madre, fue un ama de casa tradicional de su época; amó a su marido y a su Hijo con amor de madre y esposa, como una madre de su tiempo, como una madre de nuestro tiempo. Es el ejemplo de Madre por excelencia.
En las cartas de san Pablo, nos recuerda que era curtidor de pieles, para no ser carga para nadie y ganarse el sustento de cada día. “El que no trabaje que no coma” (2 Tes  3,10)Por tanto, tampoco le hizo asco al trabajo. ¿Y nosotros, dónde estamos?San Josemaría Escrivá de Balaguer pone “luz y taquígrafos” al anunciar la santificación en el trabajo. Voy a explicarme mejor: podemos realizar cualquier trabajo, por sencillo que sea, por ejemplo, recoger la mesa, lavar los platos, llevar los niños al colegio…cosas comunes que, aparentemente tienen el cariz de irrelevantes. Si lo hacemos ofreciéndoselo a Dios, es meritorio.
Todo trabajo es digno, no es despreciable, aunque sea “recoger la basura de la calle”. Se puede hacer porque me pagan por ello; pero si se hace por amor a Dios, ofreciéndoselo a Él, se convierte en meritorio; y además, seguro que nos esmeramos más, al tomar conciencia de estar en su Presencia. Y se lo podemos contar a Él mientras lo realizamos. Es la santificación en el trabajo. Así entendido, se convierte en oración permanente, y se realiza con más exquisitez, como merece al estar con Él.
Probemos esta experiencia, aunque solo sea una vez. El trabajo entonces se nos hará menos penoso, tendremos ganas de comenzar por la mañana para volver al encuentro, a la particular “tienda de encuentro”, donde Moisés hablaba con Dios “cara a cara” como un amigo hablaba con su amigo (Ex 33,7). Así el castigo será convertido en gracia a los Ojos de Dios

Alabado sea Jesucristo