Hay un lugar escondido dentro de mí, un lugar de incalculable belleza…de incalculable valor. Podría asemejarlo a un extenso jardín rebosante de rosas rojas, o a una tierra cuajada de millares de piedras preciosas, o a un inmenso lago de nítidas aguas, donde pequeñas libélulas de colores plateados se reflejan como en un espejo, danzando envueltas en una brizna suave de aire fresco.
Mas… nadie puede entrar…
sino solo Tú, mi Señor, sino solo yo... solo los dos.
Surge cuando tu estas aquí… junto a mí,
cuando yo estoy ahí, junto a ti…
y si acallo los ruidos y si el silencio me envuelve y si cierro los ojos y si respiro entre arrullos de calmada quietud … solo entonces, solo en ese instante de un tiempo inexistente ,porque no hay tiempo ni hay instante… mi voz te llama y mi alma arropada en la oscuridad se prepara, aguardo en sigilo , respiro en Tu aliento, y oigo Tu voz que con dulzura me dice… levántate amada mía, ven! asómate a la ventana que llego brincando y saltando de gozo como un cervatillo, bajando por el sendero de la colina… solo por estar contigo.
El sol se levanta lentamente entre las montañas y tu figura es bella cuando tu sombra más cerca se acrecienta, los campos se han cubierto de espigas que se alzan erguidas hacia el cielo; buscan la luz de tus ojos, la suave brisa de Tu soplo que da vida,
te miro sonriendo me miras con tu dulce sonrisa, tus ojos se derraman en los míos hablándome en lo secreto y un torbellino de delfines afloran alborotados de júbilo sobre las olas de mi pecho…todo a mi alrededor, lentamente, se va desvaneciendo, queda el silencio de Tus rosas rojas, la quietud que emana del brillo de Tus piedras preciosas, el abandono en la luz que Tus aguas reflejan …y oigo tu voz que con dulzura me dice. Ven!, entremos, cerremos la puerta.
Loles
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