De nuevo, a unos días de la Navidad, dejo que seas tú quien hable y escuche en mi corazón un año más de mi vida, qué escondes en este misterio de haber decidido venir al mundo.
Espero, como los niños sus regalos, que me digas qué celebro, más allá de lo que escucho, de palabras repetidas. Quiero saber algo más, necesito tu sorpresa porque te siento a la puerta y sé bien que me hablarás.
Y, cómo no, Señor una vez más me respondes y esta vez para decirme que celebro aquel momento en que nació tu Evangelio y, por tanto, es Navidad, el momento del inicio de tu camino conmigo.
Porque con tu nacimiento, con tu Palabra en la boca, dibujaste para mí en el suelo de la vida, las huellas que me guiaron, la luz que me iluminó y el camino que me salva.
Porque he nacido de nuevo entre los tejidos de tu Evangelio que conocí porque tú, Señor del cielo y la tierra, fuiste hombre y pronunciaste palabras de creación que hacen nacer de nuevo a quién las lee y las guarda.
Te miro hoy en esa cuna y veo que en ese mismo lugar, nací yo a la única vida que lleva a la Eternidad.
Por eso, un año más, me recojo ante ti y busco qué podría yo decirte para saber expresar con mi limitada voz cuánto te amo y doy gracias por decirme hoy al oído que has llegado a celebrar conmigo, con toda la humanidad, que un año más Tú nos salvas, que nos tomas de la mano, que seguimos caminando en las huellas de tu Palabra, y que todo eso es posible porque Dios nuestro Señor, se hizo hombre en un portal.
Espero, como los niños sus regalos, que me digas qué celebro, más allá de lo que escucho, de palabras repetidas. Quiero saber algo más, necesito tu sorpresa porque te siento a la puerta y sé bien que me hablarás.
Y, cómo no, Señor una vez más me respondes y esta vez para decirme que celebro aquel momento en que nació tu Evangelio y, por tanto, es Navidad, el momento del inicio de tu camino conmigo.
Porque con tu nacimiento, con tu Palabra en la boca, dibujaste para mí en el suelo de la vida, las huellas que me guiaron, la luz que me iluminó y el camino que me salva.
Porque he nacido de nuevo entre los tejidos de tu Evangelio que conocí porque tú, Señor del cielo y la tierra, fuiste hombre y pronunciaste palabras de creación que hacen nacer de nuevo a quién las lee y las guarda.
Te miro hoy en esa cuna y veo que en ese mismo lugar, nací yo a la única vida que lleva a la Eternidad.
Por eso, un año más, me recojo ante ti y busco qué podría yo decirte para saber expresar con mi limitada voz cuánto te amo y doy gracias por decirme hoy al oído que has llegado a celebrar conmigo, con toda la humanidad, que un año más Tú nos salvas, que nos tomas de la mano, que seguimos caminando en las huellas de tu Palabra, y que todo eso es posible porque Dios nuestro Señor, se hizo hombre en un portal.
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