JUNTO A TI SEÑOR
"Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecidles no les maldigáis..., etc". Ante tantas heridas sufridas por el mal que nos han hecho y nos hacen, pensamos que Jesús pone muy alto el listón para seguirle. El Discipulado no va de esfuerzos sobrehumanos para superar el listón. Reparemos en como inicia Jesús este Evangelio: "Os digo a los que me escucháis… "Solo quienes abren sus oídos al Evangelio reciben la Fuerza y Gracia de Dios contenidas en sus páginas capacitándonos así para poder amar en la dimensión de Jesús, es decir, incondicionalmente”. Tenemos el gran peligro de leer o escuchar el Evangelio de corrido... porque ya nos lo sabemos. De esta forma oímos datos lingüísticos pero nos quedamos sin la "Fuente de la Vida" que es la Palabra; Manantial de Dios que riega el huerto de tu alma (Jr 31,12). Acerca de la calidad de nuestra escucha fijémonos en lo que la Escritura nos dice de Samuel: "...Dios estaba con él y no dejaba caer en tierra ninguna de sus palabras…" (1 Sm, 3, 19...). Por eso Dios estaba con él y él con Dios, porque asentaba las palabras que escuchaba en su corazón... no desperdicio ninguna de ellas.
P. Antonio Pavía
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