miércoles, 20 de noviembre de 2019

MI VIEJO ODRE

Vengo corriendo, descalza, con mi vestido sucio del polvo de los caminos que he tenido que recorrer para llegar hasta la Cruz, y poder darte un beso antes de morir.
Llegué cuando estabas agonizando, en la Cruz, me miraste y me sonreíste, me estabas esperando, al besarte mi ropa se impregnó de tu sangre, sangre que Tú me diste, y me dijiste guarda esta sangre en tu odre hasta que yo te diga lo que tienes que hacer con él.
Jesús, mi odre está viejo y la sangre la puedo perder, cuando lo miro, me doy cuenta que mi odre está recién cosido, no sé quien lo habrá podido hacer.
Estoy un poco aturdida, yo no soy nada y sin embargo Tú te has fijado en mí, para que guarde en mi viejo odre la sangre de las heridas que te hicieron en la Cruz. ¿Ha sido por ir a darte un beso cuando estabas en la Cruz, justo antes de morir?.
La gente cuando se entere y se van a sorprender y se preguntarán, ¿cómo teniendo sitios mejores, Jesús le va a dar su sangre a esa mendiga que ni siquiera tiene un techo para dormir?, pero yo lo tengo bien guardado y cumpliré con lo que Tú me has mandado hacer.
Me hubiera gustado presentarme ante Tí limpia y mejor vestida, pero Tú sabes muy bien que vengo sudorosa de tanto correr, con mi vestido sucio del polvo de los caminos y mis pies descalzos, siempre yendo de un lado a otro, buscando algo para comer. Tú ya  sabes que a mí me ha tocado vivir así.
A pesar de mis dificultades, voy a guardar con todo mi amor este viejo odre, hasta que Tú me digas  que tengo que hacer con él.
Un día cuando iba por un camino me encontré contigo Jesús, yo no te reconocí pero Tú a mí sí, me dijiste que querías que mi viejo odre donde está guardada tu sangre fuera el Sagrario de esa vieja capilla que frecuento yo, y que es donde va a orar la gente que es tan pobre como lo soy yo.
Me hubiera gustado ponerlo en el Altar mayor de alguna catedral, pero Tú elegiste la vieja capilla, allí en su Altar lo voy a poner, así los hombres sabrán que Dios puede estar en cualquier lugar, incluso en mi viejo Odre que ahora es el Sagrario que Tú elegiste para que guardara la sangre de las heridas que te hicieron en la Cruz.
No importa donde el Odre esté, lo importante es que los hombres vayamos a rezar ante el Sagrario, que es el puente entre los hombres y Dios.

Elia
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