martes, 1 de junio de 2021

LA QUIETUD DE LA TARDE

En la quietud de la tarde, llegas envuelto en los sonidos que tú creas, tú en tus criaturas y me siento parte de este lugar donde todo respira paz y todo tiene sentido. 
Nos llamas aquí a tu lado al terminar el día, te sientas a nuestro lado y nos miras.
Como si quisieras saber si te hemos visto en nuestras cosas, si hemos dejado que tu mirada y tu luz nos guiara, si le hemos concedido al día la virtud de transformarnos a través de ti.
Miramos atrás y recorremos el horizonte de nuestros pasos hoy: seguros del camino caminado y dudosos de haber mantenido los ojos abiertos para verte: no importa. 
Tú sigues sentado a nuestro lado en la quietud de la tarde, esperando como haces siempre y sabedor que ya hemos resucitado para ti y que lento o rápido seguro el espíritu hoy ha reinventado nuestra vida y la ha acercado a ti, por eso, hoy te conocemos mejor que ayer y mañana, seguro, un poco más, por tu gracia, solo por tu bendita gracia.
Porque hiciste de tu deseo de que nos parezcamos a ti nuestra esperanza y enredaste en nuestra alma el mayor y más hermoso de los sueños, sentir que nos cambias, que nacemos de nuevo, que ya resucitamos porque te dijimos si y que, cada día, como esta tarde serena, acorta el espacio entre nuestra alma y tus ojos, entre nuestra vida y la vida a tu lado.
Olga Alonso

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