Un discípulo de Jesús crece en fidelidad en la medida en la participa de su Sabiduría; Pablo llama a Jesús: "Sabiduría de Dios" (1 Co 1,24). Hablamos de la Sabiduría de Dios, no de este mundo. Es la Sabiduría que emana de la Palabra como vemos en el capítulo 6 del Evangelio de Juan, llamado el Manantial de la Espiritualidad de la Palabra. Recordemos: Jesús había multiplicado los panes y los que habían participado del milagro, se escandalizaron de Él al decirles: "Mis palabras son Espíritu y Vida". Proclama así, como dicen los Padres de la Iglesia, su Divinidad. Todos, menos los Apóstoles, se alejaron de Él. Jesús se dirige a ellos y les dice: ¿También vosotros queréis marcharos? Pedro, inspirado por el Padre le dijo: "¿Dónde vamos a ir? Tú tienes palabras de Vida Eterna" Esta es la Fuente y la Fuerza de la Fidelidad de los Discípulos de Jesús. Han saboreado la Vida Eterna que brota de su Evangelio, y cualquier opción que les aparte de Él, del Discipulado, es un atentado contra ellos mismo, contra el deseo innato que todos tenemos de Vivir... los que hemos saboreado al menos algo de la Vida del Espíritu que emerge del Evangelio de Jesús, ante la tentación de dar marcha atrás decimos como Pedro: ¿Adónde vamos y dónde iremos? ¡Nuestros ojos y oídos se han acoplado a Jesús Camino, Verdad y Vida! Lo saben y esta es la Sabiduría, que no es la de este mundo, y que se convierte en la Roca de su Fidelidad.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario