Mis ovejas oyen mi
voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo
les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Jn
10, 27-28
PERTENECERTE
Pertenecerte…
Formar parte del espacio que recorres con tus ojos cuando miras al
mundo.
Hacerse de cristal transparente para que nada impida que nuestro
interior se llene de tu luz.
Vaciarse por dentro y asegurar que tu luz no encontrará obstáculos a
su llegada.
Aligerar nuestro alma y ponernos de puntillas para permitir que tu fuerza
nos separe del suelo
Liberarnos de todo y buscar ese rayo de luz que nos conecta contigo
Fundirnos en un abrazo y sentir pertenecerte, como pertenece el aire
al espacio que habita,
los rayos de luz al sol y tu presencia a mi vida.
Qué amables son tus moradas, Señor,
Señor de los ejércitos!
Mi alma ansía y anhela
los atrios del Señor.
Señor de los ejércitos!
Mi alma ansía y anhela
los atrios del Señor.
Salmo
84
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