26-01-2016 Toques del Alma
(Por el padre Antonio Pavía)
Cuando el corazón del hombre rechaza acoger a Dios como su Dios y Señor, no le queda otro remedio –su congénita insaciabilidad se lo exige- que acoger dioses y señores; toda una profesión de farsantes que, con sus cantos de sirena, terminan por ensordecer sus propios gritos de supervivencia.
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