15-01-2016
Toques del Alma
(Por el padre Antonio Pavía)
La Palabra se hizo carne, habitó entre nosotros, y como concluye Juan en el Prólogo de su Evangelio, volvió al seno del Padre. Está en el Padre y también en el mundo, sigue siendo Emmanuel, Dios con nosotros. Todo aquel que da permiso a Dios para que grabe su Palabra en su corazón (Jn 14,23), emprende un camino glorioso hacia el seno de Dios. Nos lo dijo su propio Hijo: “Quiero que donde esté yo estéis también vosotros” (Jn 14,3b).
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