11-01-2016 Toques del Alma
(Por el padre Antonio Pavía)
El discípulo de Jesús es fundamentalmente un oyente de la Palabra (St 1,22). No hablamos de un receptor de máximas morales sino de un amante. Tanto ama un cristiano a su Maestro y Señor que se acerca a su Evangelio no con la intención de aprender sino de “prenderse a él con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas”.
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