Leemos en Isaías (5, 1):
"Una viña tenía mi amigo en un fértil otero. La cavó y la despedregó, y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agraces
¿Qué mas puede hacerse por mi viña que no se lo haya hecho..?"
Isaías se pregunta si se podía haber hecho más. Si pensamos que Dios habla a través de Isaías y que nosotros somos la viña, Dios nos pregunta que habiendo dado tanto Él por nosotros..., ¿cómo hemos respondido?
Y más que reproche, yo creo que Dios siente pena, sufrimiento, por ver un pueblo de dura cerviz, como nos recuerda el libro del Deuteronomio (Dt 9,13), cuando el pueblo de Israel se construye un becerro de oro.
Alabado sea Jesucristo
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