Jesús enseña a rezar a sus discípulos, desde el corazón, con el Padre nuestro. A continuación les dice que una persona golpea a medianoche la puerta de la casa de un amigo, porque necesita unos panes. Dada lo intempestivo de la hora, el señor de la casa intenta disuadir a este tipo tan inoportuno. Como el tipo no ceja en sus golpeos y gritos, decide levantarse y darle lo que le pide aunque solo sea para quitárselo de encima.Y continua Jesús: "si este hombre hizo caso a su amigo aunque fuese solo para librarse de él..¿Qué no hará el Padre, por aquellos que le piden, le aman y le buscan? Cuando un hombre se acerca suplicante a Dios, éste no le atiende para quitárselo de encima, al contrario, le toma sobre sus hombros y como Buen Pastor le conduce hacia las Fuentes de la Vida, aquellas por las que clama su sediento y desgastado corazón. Así es como le reconocemos como Padre y así le invocamos en el Padre nuestro.
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