Me saciarás de gozo en tu presencia proclama jubiloso el salmista ante la certeza de que Dios le recogerá al llegar el momento de dejar este mundo (Sl 16, 11). Es en primer lugar una profecía cumplida en Jesús en su Resurrección, profecía que alcanza también a sus discípulos. Este anuncio glorioso sobre nosotros es señalado por Jesús frecuentemente por ejemplo en la parábola de los talentos; recordemos que el Señor dijo a los que los hicieron fructificar: " Pasa al gozo de tu Señor" (Mt 25, 21-23). Quizás alguno se atemorice pensando que no podrá aprovechar los talentos recibidos. No tengamos miedo; la clave para dar el fruto que agrada a Dios es que Él sea realmente "nuestro" Señor; recordemos lo que leímos antes: "Pasa al gozo de -tu- Señor”. Si Jesús es verdaderamente nuestro Señor, daremos fruto en abundancia. Que Jesús sea tu Señor no implica relación de dependencia sino como la que Él desea contigo: de profunda intimidad... la que es propiciada en el Santo Evangelio guardado en el corazón.
P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com
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