La historia del ingeniero Jean-Marc Potdevin, business angel, millonario, ex CTO de Kelkoo (un comparador de precios online), ex vicepresidente de Yahoo! Europa, casado con 4 hijos, deportista, aventurero, hiperactivo, y cristiano tibio y poco convencido hasta vivir un encuentro que cambió su vida. Fue en 2008, cuando empezó el Camino de Santiago, insatisfecho con lo que tenía y sin saber qué quería ni qué buscaba.
Cristo ofrece a veces a personas que parecen no esperar pero que están dispuestas a cambiar su vida desde el momento en que la luz de Dios se manifiesta a ellos.
Él lo cuenta así, en una de las etapas del Camino de Santigo, donde se inicia la ruta por el Camino Francés: “Es Él quien vino a mi encuentro. Cara a cara. Y eso es muy impresionante. Ocurrió un poco por casualidad. Había entrado en Puy en una capilla durante la adoración al Santísimo Sacramento –yo no sabía lo que era-, y casi instantáneamente se apareció frente a mí, muy grande, muy impresionante. Y yo que nunca he fumado ni tomado psicotrópicos, etcétera, puedo deciros que se hace raro ver lo sobrenatural surgir así”.
Yo sé lo que he visto, estaba perfectamente consciente en el momento de esta experiencia, de esta casi-experiencia de Dios, y he encontrado después en los libros criterios precisos que permiten distinguir un delirio místico de una casi-experiencia de Dios. Dicho esto, más tarde me he dado cuenta también de que hay que ser cauteloso con este tipo de aparición. Evidentemente la he buscado porque la sensación es tan buena que se busca la consolación en cuanto tal, pero eso es bastante peligroso. San Juan de la Cruz es claro al respecto: no hay que buscar este tipo de experiencia.
Cuenta que, con posterioridad, no hay que realizar ningún esfuerzo, ningún acto especial; es Dios quien actúa. Es Él quien hace todo el trabajo. No es necesariamente sencillo dejarle hacer. Pero he encontrado un libro que se ha convertido en mi libro de cabecera, Je veux voir Dieu , del Padre Marie-Eugène del Niño Jesús y en este libro él explica lasbuenas disposiciones que permiten justamente dejarle hacer al Señor para que venga a nosotros, entre ellas la humildad, el don de sí y el silencio.
La experiencia del francés Jean-Marc Potdevinforma parte de estos encuentros sorprendentes que Cristo ofrece a veces a personas que parecen no esperar pero que están dispuestas a cambiar su vida desde el momento en que la luz de Dios se manifiesta a ellos. “Dicho esto, ahora me pasa que hablo con los empresarios ya sea de Dios directamente (es un poco más raro) o indirectamente a través de la doctrina social de la Iglesia. Los empresarios se plantean preguntas sobre el sentido del trabajo, de la responsabilidad, de su compromiso, el sentido de la propiedad, el sentido del dinero. Y en ningún sitio se les educa. No son formados en las escuelas de comercio, de ingeniería, de negocios, ni en los MBA. Y sin embargo son cuestiones fundamentales.”
“Un segundo aspecto que es importante para mí en este libro: la función del testimonio. Yo no puedo guardar este tesoro para mí. Es un poco difícil hablar de estas cosas íntimas, de estas cosas de la fe. Pero no puedo guardar este tesoro: es necesario que lo dé. La gente no lo sabe. En todo caso, algunas personas no lo saben y yo no puedo guardarlo”. “Las palabras no pueden explicar lo que yo he vivido”
Tomado de las experiencia mística publicado por Religión en Libertad en Septiembre de 2014
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