Quien pretenda vivir con el agua que almacene en sus manos, poco a poco irá tomando conciencia del drama que supone el no poder retenerla; por mucho que se esfuerce, se le escapa poco a poco. Puede volver a llenar sus manos, pero no podrá impedir que se le vuelva a escapar. Dice Jesús a la samaritana.. "El que beba del agua que yo le dé....se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna Jn 4, 14
Cuando guardamos El Evangelio del Hijo de Dios en nuestras entrañas se convierte en un inagotable Manantial de Vida.
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