El hombre no se salva por sus fuerzas ni la conversión se da por el miedo a la muerte.
Cuando se piensa que todo está en las propias fuerzas es cuando más se fracasa y se hunde ya que no tiene firmeza, viene el cansancio, el querer siempre ir hacia atrás, el hallar consuelo y refugio en el pecado, como dirá San Pablo "volver al hombre viejo" cuando Cristo nos a hecho totalmente nuevos. Por eso, vivir la gracia en el amor es gratuidad de Dios, si nos abrimos a El con todo nuestro ser; no es un romanticismo ni discursos sino un llamado a ser experiencia de vida. No son la fuerza propia y el temor q nos da la conversión sino el amor. Los miedos y temores se acaban, no tienen consistencia porque sabemos q todo pasa y lo que hoy vivimos no se repite y el tiempo avanza y no se detiene. Es ahí donde se vive la gracia en el "hoy" venciendo en Cristo.
El amor todo lo puede y no hay pecado que sea más fuerte que El!
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