En el texto anterior relatábamos la conversión de los esposos Scott y Kimberly. La conversión de Scott fue en 1986, pero la conversión de Kimberly no ocurrió sino cuatro años después.El Señor sabe hacer las cosas, y “…a cada uno le da la comida a su tiempo...” (Sal 104,27).
Ambos autores del libro “Roma dulce Roma: Nuestra jornada hacia el catolicismo”,Kimberly describió la lucha que experimentó viviendo en un matrimonio mixto con su esposo recién convertido al catolicismo romano.Escribe::“Traté de adaptarme a la vida de Scott como católico. La semana después de Pascua, Scott dirigió un estudio bíblico en nuestro hogar y yo permanecí sentada allí. Cuando se le pidió a un joven que iniciara con una oración, él rápidamente rezó un Ave María. Abandoné el cuarto en agonía, caí de rodillas en mi habitación y lloré amargamente - ¡Cómo se atrevía a pronunciar esas palabras en mi casa, echándole sal a mi herida abierta desde la conversión de Scott! Más tarde, traté de reunirme nuevamente con ellos, pero sus comentarios y expresiones de devoción católica me abrumaban. Pronto Scott trasladó el estudio bíblico fuera del hogar, por lo cual me sentí muy agradecida”. Debió ser duro para ella la experiencia de su marido.
Finalmente, Kimberly suavizó su posición y estuvo de acuerdo en asistir a misa con su esposo. Ella describe así en la página 142 los pensamientos que pasaron por su mente: “Una tarde tuvimos la oportunidad de estar en misa en donde tuvo lugar una procesión Eucarística al final. Nunca había visto esto antes. Conforme observaba, hilera tras hilera de hombres y mujeres adultos se arrodillaban e inclinaban la cabeza en reverencia cuando pasaba la custodia, yo pensé: ‘estas personas creen que es el Señor, y no sólo pan y vino. Si éste es Jesús, esa es la única respuesta apropiada. Si uno se arrodilla ante un rey hoy, ¿cuánto más ante el Rey de reyes, el Señor de señores? ¿Será correcto no arrodillarse?’
“Pero continúe rumiando, ¿qué sino es? Si quien está en la custodia no es Jesús, entonces lo qué están haciendo ellos es total idolatría. Por lo tanto, ¿será correcto arrodillarse? La situación destacaba lo que Scott había dicho desde el principio: de que la Iglesia católica no es solamente otra denominación - o es verdadera o es diabólica”.
Conforme pasaba el tiempo, la perspectiva protestante de Kimberly de la Eucaristía y María cambió gradualmente. Finalmente se encontró a sí misma como su esposo Scott, en la posición en la que tuvo un encuentro Eucarístico que cambió su vida. Y sigue diciendo: “Durante un tiempo de oración la semana antes de Pascua, estaba asombrada de lo mucho que la custodia parecía simbolizar para la iglesia católica. Como muchos protestantes, me preocupaba que María, los santos y los sacramentos eran obstáculos entre los creyentes y Dios, de tal manera que para acercarse uno a Dios tenía que ir a su alrededor. Ellos parecían complicar la vida con Dios innecesariamente - como acrecentamiento en los lados de tesoros hundidos, tenían que ser descartados para tener lo que era importante’.
“Pero ahora podía ver que la verdad era lo opuesto, el catolicismo no era una religión distante, sino una presencia orientada - los católicos eran los únicos que tenían a Jesús físicamente presente en las iglesias, los veía como tabernáculos vivos después de recibir la Eucaristía. Y como Jesús es la Eucaristía, el mantenerlo a él en el centro permite que todas las ricas doctrinas de la iglesia emanen de él, de la misma forma como los hermosos rayos dorados brotan de la hostia en la custodia”.
Dice el Libro del Génesis: “…Y vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno” (Gen 1,31)
Efectivamente, sólo Dios sabe los tiempos y las circunstancias de cada persona, y respeta la libertad de cada uno, pero sale cada momento a nuestro encuentro como le salió a Kimberly, respetando sus tiempos, sus angustias, sus dudas, sus circunstancias.
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