"Y ahora Señor, ¿qué esperanza me queda?
Tu eres mi confianza.
Librame de mis iniquidades,
Escarmientas al hombre.
Como una polilla roes sus tesoros;
El hombre no es mas que un soplo" (Salmo 38)
Dice el Señor en el evangelio: "...haceos tesoros para el cielo".
Llenemos nuestras manos de tesoros de DIOS ... de su palabra, llenemos nuestras manos con cosas que luego podamos presentar y que nos pueda decir: ¡Pasad benditos de mi padre ... a vivir conmigo para siempre!
Que así sea.
BENDITO NUESTRO DIOS que nos alienta en nuestras luchas.
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