lunes, 3 de octubre de 2016

Jesucristo, el amigo que nunca falla (Tomás Cremades)

Quizá recordemos estas palabras vistas en alguna postal. Quizá también, por eso mismo, las dejamos pasar, sin incorporarlas a nuestro ser, sin guardarlas en el corazón como María guardaba “las cosas santas de Dios”.
Cuando todo falla, cuando todos fallamos, es cuando el Señor golpea a la puerta del corazón para recordarnos: Jesús, el amigo que nunca falla.
Falla el marido a su mujer; pierde el interés por ella, sin recordar que el amor hay que trabajarlo todos los días, porque puede “enmohecer”. Pero es que falla la mujer al marido, por el propio desgaste del matrimonio. Y es que la vida está llena de pequeñas o grandes frustraciones, de lo que quisiste y no conseguiste…
Fallan los hijos, que siguen caminos que tú no querías para ellos. Y falla el empresario que busca con desmedido afán “la cuenta de resultados”, rindiendo culto al “dios dinero”. Pero es que los trabajadores, fallan también formando “pequeños reinos de Taifas”, no siendo más fieles que los que los gobiernan.
¿Fallan los políticos? Sin comentarios. ¡Cuántos nos venden el lema de “defender a la ciudadanía”! ¡¡Los ciudadanos no estamos más limpios!!
Y cuando miras que el mundo globalizado derrocha y tira a la basura la comida que la otra parte del mundo no puede comer…Y cuando miras el sufrimiento del ser humano de toda edad y condición, que es masacrado en guerras, en tráfico de seres humanos, en asesinato de niños no nacidos y adultos que el mundo considera “inútiles”…Efectivamente el mundo es PROGRESISTA. ¡¡ eso es progreso!!
Jesucristo llama a nuestro corazón; Él nos hizo y somos suyos, ovejas de su rebaño. Siempre está ahí aun cuando no le veamos. Es como el azúcar que se disuelve en la leche de nuestro alimento. No la ves, pero sin ella la leche es agria.
Abre las puertas de tu corazón a Cristo resucitado. Él te ama como eres, no tienes que superar ningún listón de altura…Él es el Amigo que nunca falla. Su Palabra, que es el Evangelio, es la lámpara que ilumina nuestro camino, la Luz para nuestros pasos.

Lámpara es tu Palabra para mis pasos
Luz en mi sendero (Sal 118,105)
 
Cristo reina por siempre en nuestros corazones

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