“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo
he venido para que tengáis vida y la tengáis en
abundancia.” (Jn 10; 10)
he venido para que tengáis vida y la tengáis en
abundancia.” (Jn 10; 10)
¡Qué soledad más profunda!
¡Qué dolor a veces causa!
Sentir que todo mi mundo
se desvanece ante mí.
Tal como Pedro sentía
que se hundían sus pies
entre las olas del mar.
Y llamarte, y no escucharte
y enfadarse, y temer
que Tú nos has olvidado
y que nuestro alma ya
no encontrará más descanso.
Nuestra pobre alma agotada
llena de miedo y dolor
y gritar como María:
“Se han llevado a mi Señor”
Ahora, que no tengo mundo
ahora, que no hay reposo
ahora, que elegí el camino
que quiero recorrer contigo.
Siento que muero y levanto
mis pobres ojos a Ti
si dijiste que Tú harías
este camino conmigo
dime Padre, dónde estás.
¿Por qué me has abandonado?
¿Por qué no veo tu rostro?
Quiero volver a tener
llena mi alma de Ti.
¡Qué dolor a veces causa!
Sentir que todo mi mundo
se desvanece ante mí.
Tal como Pedro sentía
que se hundían sus pies
entre las olas del mar.
Y llamarte, y no escucharte
y enfadarse, y temer
que Tú nos has olvidado
y que nuestro alma ya
no encontrará más descanso.
Nuestra pobre alma agotada
llena de miedo y dolor
y gritar como María:
“Se han llevado a mi Señor”
Ahora, que no tengo mundo
ahora, que no hay reposo
ahora, que elegí el camino
que quiero recorrer contigo.
Siento que muero y levanto
mis pobres ojos a Ti
si dijiste que Tú harías
este camino conmigo
dime Padre, dónde estás.
¿Por qué me has abandonado?
¿Por qué no veo tu rostro?
Quiero volver a tener
llena mi alma de Ti.
Quiero sentir tu presencia
quiero vivir la alegría
quiero despertar al mundo,
abrirles a tus promesas.
Quiero mostrarles tu Gloria
quiero iluminar sus Vidas
con la luz que tu me das.
quiero vivir la alegría
quiero despertar al mundo,
abrirles a tus promesas.
Quiero mostrarles tu Gloria
quiero iluminar sus Vidas
con la luz que tu me das.
“Dios mío, escucha mi corazón,
no te cierres a mi súplica;
hazme caso y respóndeme,
me agitan mis ansiedades…
y pienso: ¡Oh, si tuviera alas como de paloma!
¡Volaría de aquí y descansaría!”
Salmo 54; 1-9
Olga Alonso Octubre 2013
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