Seamos objetivos. Cuando usted reza, ¿Porqué cree usted que Dios le escucha?, ¿Exactamente en que lugar se produce el rezo? ¿Acaso Dios va a ese lugar a escuchar su oración? Sin embargo muchas veces usted se siente escuchado. ¿No será una imaginación suya?.
No soy teólogo y no pretendo ni sabría hacer la exégesis del rezo, pero entre las muchas formas de este, entiendo que podemos simplificar entre rezar en voz alta o interiormente.
Suponiendo que Dios escucha el rezo sea de la forma que sea, Dios tendría que estar en el espacio exterior para oír su voz o en el espacio interior para oír sus pensamientos o sentir su emoción.
O puede que el espacio exterior y el espacio interior realmente son lo mismo y en realidad no hay diferencia.
Está claro que el espacio exterior es común y si ambos rezamos en voz alta, Dios nos escucharía a ambos. ¿Pero que pasa si los dos rezamos mentalmente? ¿En que espacio mental está Dios en el suyo o en el mío, o en el de millones de personas que pueden estar rezando a la vez en silencio?.
Fíjese bien, en realidad no existe tal cosa como espacio exterior y espacio interior o mental, el espacio es el mismo con diferente perspectiva.
En realidad no existe tal cosa como su mente o mi mente, es la misma mente con diferentes pensamientos y emociones en el tiempo. Cuando usted o yo muramos, esa mente no va a morir, tal vez ya no tengamos pensamientos ni emociones, honestamente no lo sé, pero seguro que otros los tendrán, esa mente no va a morir.
Y esa mente no es de su propiedad privada, esa mente la comparte usted conmigo y con el resto de personas y ninguno de nosotros la hemos creado.
Esa mente que se manifiesta como un espacio interior, en la cual usted ve los pensamientos y sentimientos más hermosos o más inconfesables, esa mente la compartimos con Dios.
Así que puede estar seguro de que su oración es escuchada incluso antes de ser pronunciada.
Es usted libre de atender cualquier tipo de pensamiento o emoción, unos le ayudaran, otros le enfermarán, las ideas o emociones que usted alimenta no son solo para usted, estarán en el espacio mental que comparte con Dios y con los hombres, y alguien más en algún momento recogerá el producto de sus pensamientos y emociones, por supuesto usted será el primero.
No crea que todos los pensamientos y emociones que ve en su mente son de fabricación propia, seguramente los ha cogido de la mente común sin darse cuenta; un anuncio en la televisión, un artículo que leyó, algo que escuchó, o simplemente surgió en la mente y se desvaneció.
De usted depende limpiar o ensuciar ese espacio común, esa mente común que comparte.
Pensar, no siempre es inteligente.
Pero sobre todo lo que no debe olvidar nunca, es que ese espacio común, esa mente la comparte usted con Dios que es quien la ha creado y es en realidad, absolutamente pura y santa.
En realidad lo mejor que tienen las ideas ruidos y pensamientos es que desaparecen y si alguna vez decide no hacerlos propios todos ellos, verá sin duda que lo que queda entonces es el lugar que en el universo comparte con Dios, lleno de bondad y bienaventuranza…………. el Paraíso donde Él nos puso.
J.J. Prieto Bonilla.
Septiembre 2015
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