Mal le fué al hijo pródigo alejarse de la VIDA para tejer su vida; mal y de mal en peor porque el plan de vida que tan ensoñadoramente habia dibujado en su imaginación se fué estrechando más y más dando paso a la axfisia. Así hasta que tuvo la audacia de escuchar los ecos de su corazón: "En la casa de mi Padre hay Pan hay Vida en abundacia...." y se encaminó hacia su Padre. Apenas éste le vió acercarse, sus entrañas, espoleadas por la conmoción, tomaron forma de brazos y se fundieron con las entrañas dolientes pero buscadoras de su hijo.. Ni un reproche, ni un solo reproche...solo unas entrañas que se encuentran cara a cara.
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