El pobre hombre rico de ésta parábola se sirvió de su riqueza para levantar un muro infranqueable entre él y los pobres. Fue a parar a un lugar de tormentos y desde allí suplicó a Abraham que alertase a sus hermanos; éste le responde que escuchen a Moisés y a los Profetas que simbolizan la Palabra dada por Dios a Israel. Esta catequesis de Jesús es fortísima: ningun milagro, ni siquiera la resurreción de un muerto, tiene poder para cambiar el corazón del hombre; tan solo su Palabra, el Evangelio. Con esta respuesta el Señor nos invita a dejarnos de rodeos..insiste: Escuchadme y encontrareis en mis palabras la fuerza para una verdadera y liberadora conversion.
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