Todos los hombres de Dios maduran y crecen en su fe a la luz de sus noches oscuras. El Evangelio de hoy nos habla de la noche oscura vivida por Juan Bautista en la cárcel. Fue tan espesa, que a pesar de haber reconocido a Jesús como el enviado por el Padre tal y como habian anunciado los profetas,en su soledad,dudó de Él. La crisis de este hombre ilumina nuestras dudas y he aquí uno de los prismas más bello de lo que la Iglesia llama la comunión de los santos: los resplandores que irradian estos hombres y mujeres vencedores de sus tinieblas, iluminan y llenan de esperanza nuestras tinieblas.
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