Ante el sorpresivo embarazo de María, José decide desaparecer, no quiere en absoluto que ella este expuesta al escarnio de un tribunal público. Evidentemente él queda mal parado con esta decisión, pero su amor a María y su bondad le mueven a ello. Dios toma cartas en el asunto y le habla en sueños. Asunto resuelto, pensamos, sin embargo José no tiene como explicar ésta intervención de Dios a nadie, por lo que al recibir a Maria en casa se expone a todo tipo de burlas y maledicencias. José calla, con su silencio anticipa uno de los rasgos esenciales de los discípulos de Jesús...el de no buscar la aprobación ni testimonio de nadie cuando se abrazan al Evangelio. Así imitan a su Maestro y Señor, que proclamó: "Yo no busco el testimonio de nadie...el Padre que me ha enviado es quien da testimonio de mí" (Jn 5,34-37)
(P. Antonio Pavía)
www.comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario